Destiny lloró por aproximadamente cinco minutos antes de hablar. –Estabas de tour la primera vez que lo hice… Fue en Acción de Gracias hace dos años… -Dejó escapar un sollozo-. Pero tenía miedo, así que… No me hice daño en realidad… La escuela se volvía cada vez más estresante y no lo toleraba…–El cuerpo completo le temblaba-. ¡Lo hago porque necesito tener el control de lo que siento y lo que no! ¡Porque el dolor físico es lo único que puede llenar el vacío que tengo dentro! ¡Lo hago porque lo merezco, porque soy un total fracaso!
Mientras ella hablaba, Nick descansaba su frente contra el volante, y lo apretaba con fuerza con las dos manos, tanto, que estaban rojas.
-¡Sé que no soy la hija que mamá y tú esperaban! No hago deportes, ni toco ningún instrumento. No soy sociable, y si no fuera tan cobarde hace tiempo habría acabado con mi vida…
Al escuchar aquello, Nick abrió la puerta del auto y salió de él. Se alejó un poco y Destiny lo escuchó gritar. Fue un grito de rabia, impotencia y desahogo. Un grito que salió de lo más profundo de su garganta.
Cuando volvió a entrar, Destiny notó su rostro enrojecido y como apretaba la mandíbula. Arrancó el auto y no dijo nada en todo el camino. Ella tampoco se atrevió a abrir la boca.
Antes de bajarse del auto en el estacionamiento del departamento, Destiny lo enfrentó. -¿Estás molesto conmigo?
Nick negó con la cabeza. –Estoy molesto conmigo… -La voz apenas le salía de la garganta-. Nunca pensé que… te sintieras tan miserable.
-Para que veas que no vivo en un mundo rosa. –Tomó su iPod y su celular y se bajó del auto.
Estuvieron en silencio en el ascensor y cuando entraron al departamento, Destiny se fue a su cuarto.
Nick se sentó en el sofá de la sala con una botella de whiskey escocés que acababa de tomar del mini bar. Miley llegó aproximadamente una hora después.
-Hueles a alcohol… -Miley le dijo cuando le abrió la puerta.
Nick volvió al sofá y alzó la botella para que la viera. -¿Gustas?
Ella se cruzó de brazos. -¿Qué es lo que pretendes?
-Se corta desde los catorce.
-¿Qué?
-Destiny… Y nunca nos dimos cuenta.
-No puede ser… -Se cubrió la boca con las manos.
-Mañana a primera hora voy a llamar a ese psicólogo.
Miley se sentó junto a él. –Tengo miedo…
-Nadie dijo que sería fácil.
-Tampoco nadie dijo nunca que sería tan difícil.
Nick no quiso volver a tocar el tema con Destiny, tampoco quería que Miley lo hiciera, había sido suficiente por un día.
-Será mejor que me vaya… -Miley le dijo a Nick-. Tengo que trabajar mañana.
-Por favor, quédate… Es tarde.
Ella trató de ocultar su sonrisa. –No quiero terminar como anoche.
Nick alzó las manos. –Prometo que me mantendré al margen.
-Nick…
-¿Qué es lo que hablaste con ese hombre?
-¿Con Josh? Le dije que necesitaba tiempo, que no podía tener una relación con el ahora.
-¿Eso les dices a todos? –Preguntó divertido.
Miley suspiró. –Solo para calmarlo por un tiempo…
-¡No! ¡No me toques! –Se escuchó la voz de Destiny desde su cuarto-. ¡Mamá! ¡No, no! ¡Suéltame!
Miley y Nick corrieron a la habitación, para encontrarse a Destiny dormida, revolviendose en la cama.
-Despiértala con cuidado, Nick…
Nick la estabilizó, abrazándola con delicadeza. –Dess… Dest… -La sacudió ligeramente-. Es un mal sueño… Dest…
Los ojos café de Destiny se abrieron de repente, estaba sudada y el corazón le palpitaba a mil. –Papá… -Dijo al asegurarse de que era Nick quien estaba a su lado.
-Tranquila… -La besó en la frente-. Fue solo un sueño…
Destiny se incorporó, volviendo poco a poco a la normalidad. –Solo un sueño.
Miley se acercó. -¿Por qué no vas a darte un baño, corazón?
Destiny la miró con amargura. –Quiero que te vayas.
-Destiny…
-¡No te quiero cerca de mi! –Saltó de la cama-. ¡Te odio! –Se encerró en el baño.
Miley no dijo nada. Se sentó en el borde de la cama con el rostro entre las manos.
-Está muy alterada. –Nick le dijo, sentándose junto a ella.
Miley alzó las manos. –No soy de hierro, lo siento. –Se levantó-. Me voy a casa.
Eran alrededor de las siete cuando Nick abrió los ojos, estaba sudado porque había olvidado encender el aire acondicionado. Todavía tenía la ropa del día anterior. Se encontró a Destiny comiendo cereal en la cocina.
-¿Qué es lo que pasa con tu mamá? –Le preguntó como todo saludo.
-¿De qué hablas? –No se molestó en levantar la vista de su teléfono.
-Dame el teléfono. –Le extendió la mano.
Destiny lo miró. -¿Qué?
-Que me des el teléfono.
-Papá…
-No te estoy haciendo ninguna pregunta, ni me interesa tu opinión. Quiero que me des el teléfono, y quiero que me lo des ahora.
Destiny se lo dio, sin estar segura de lo que Nick pretendía. Él lo apagó, y lo puso en el bolsillo de sus jeans.
-Cuando aprendas a comportarte con respeto, lo vas a tener de vuelta.
-¡No puedes quitarme el teléfono!
Nick se cruzó de brazos. –Puedo y lo hice. Me voy a bañar, cuando esté listo te llevo a la escuela. –Desapareció por el pasillo.
-¡Maldita sea! –Destiny apretó los puños-. ¡Maldición! No puedo estar sin mi teléfono, no puedo… ¿Cómo me voy a comunicar con Taylor mientras esté en la escuela?
Nick volvió alrededor de diez minutos después. Llevaba puestos unos jeans grises, una camisa a cuadros y un cárdigan color kaki. –Vamos.
Destiny tomó su mochila y lo siguió fuera del departamento.
No hablaron en todo el camino, antes de bajarse frente a la escuela, Destiny se giró hacia él. –Lamento… Lo que le dije a mamá.
Nick no la miró. –En la tarde la llamas y le dices.
-Se siente extraño que seas tú el duro… Siempre es el trabajo de mamá.
Él se aclaró la garganta. –Se te hará tarde.
Luego de dejar a Destiny se detuvo en Jack’s & Joe a comprar desayuno para dos. Después condujo a la boutique de Miley. Había unas cuantas mujeres viendo vestidos cuando entró.
Primero posaron su vista en el portavasos y la bolsa de papel que traía en las manos, luego miraron fijamente su cara, olvidándose por completo de los vestidos.
-¿Puedo ayudarlo en algo? –Una joven rubia de baja estatura se acercó a él.
-Me gustaría ver a Miley, si es posible.
-Deme un segundo. –Tomó un walkie talkie del bolsillo trasero de su falda-. Miley, un cliente quiere verte. ¿Vienes o le digo que pase?
-Estoy muy ocupada ahora. Pregúntale si puede venir más tarde.
La joven miró a Nick, esperando su respuesta.
El no dijo nada y se encaminó a la parte trasera, por el pasillo donde estaba la oficina de Miley.
-¡Espere! ¡Ella no puede…!
Nick la ignoró.
Cuando abrió la puerta de la oficina, Miley estaba sentada detrás de su escritorio, tecleando su computadora, mientras Marcelle tomaba café en uno de los sofás.
-¿Nick? –Dijo al levantar la vista.
Marcelle se giró a verlo. –Oh wow… -Murmuró.
-¿Desayunaste? –Alzó lo que traía en las manos.
Miley no dijo nada.
-Bueno… -Marcelle se levantó-. Los dejo, gusto en verte, Nick. –Dijo antes de salir.
-Igual. –El asintió.
-¿Qué estás haciendo aquí? –Le preguntó cuando estuvieron solos.
Miley tenía puesto un vestido camisero de color azul grisáceo de mangas tres cuartos que le quedaba a mitad de muslos, un cinturón marrón en la cintura y sandalias del mismo color.
-Te traje de desayunar. –Puso las cosas sobre el escritorio.
-Nick, tengo mucho trabajo.
-Y también un estómago que llenar.
Miró la bolsa de reojo. -¿Jack's & Joe?
Nick asintió y se acercó a ella, tomándola por la cintura. –Recordé que es tu favorito.
-¿Cómo amaneció, Dessie?
-Le quité su celular.
-¿Por qué? –Lo miró extrañada.
-Por lo que te hizo anoche…
-Tengo miedo que se sienta mal e intente… -Descansó las manos sobre el pecho de Nick-. Tú sabes…
-La vamos a llevar esta tarde con el psicólogo.
-¿Y si no quiere?
Nick suspiró. –Dame un respiro, Miley.
Ella le rozó la nuca con los dedos. –Estás tenso.
-¿Cómo sabes?
-Te tiembla esto aquí. –Con un dedo de cada mano masajeó las sienes de Nick-. Y se te oscurecieron las pecas… -Le acarició la base de la nariz con su dedo índice-. Muy pocas personas notan estas pecas en tu nariz…
Nick sonrió. -¿Se me oscurecen las pecas cuando estoy tenso?
Ella asintió.
-Vaya… -Se sentó en la silla de Miley y la atrajo hacia él, hasta que estuvo sentada sobre su regazo.
Estuvieron en silencio por largos segundos.
-¿Qué es lo que más te gustó de mi? –Miley le preguntó a Nick.
El la miró extrañado. -¿Lo qué más me gustó?
-Síp.
-¿De ti?
-¡Sí!
-Me enamoraron tus ojos.
-¿Mis ojos?
Nick asintió. –Pero como hombre que soy, debo admitir que no fue la primera cosa que vi.
-¿Y que fue lo primero?
Él trató de contener su sonrisa, mordiéndose la lengua. –Aquí… -Deslizó sus manos al trasero de Miley.
Miley rió. -¿En serio?
-Sí, la primera vez que te vi, soñaba con arrancarte esos shorts que estabas usando.
-¿Recuerdas los shorts? Eran mis favoritos.
-Eran bastante provocadores.
-No me caías nada bien cuando te conocí. Tenías esa actitud de estrella de rock estirada y arrogante.
-¿Arrogante yo?
Miley sonrió. –Era usted bastante arrogante, señor Jonas. Pienso que todavía lo eres, quiero decir… Eso es lo que dejas ver a quienes no te conocen en realidad.
-Pero, tú me conoces.
-Y muy bien.
Nick la besó en la frente. –Se nos va a enfriar el desayuno.
*****
-¡Destiny! –Ashley Kowalski, la diva de North Hollywood detuvo a Destinee en el pasillo.
Destiny la miró extrañada. -¿Si?
Ashley se aclaró la garganta, mirando a su alrededor. –Tengo una fiesta este miércoles por la noche, ¿Quieres venir?
-¿A tu fiesta? –La miró con incredulidad-. ¿Por qué?
Ashley sonrió exageradamente. -¡Vamos! ¡Será divertido! –Vio a algunas de sus amigas acercarse por el pasillo-. Bueno… ¡Debo irme! –Avanzó a pasos rápidos hacia sus amigas.
-¿Qué diablos? –Destiny murmuró para sí, mientras se ponía un mechón de cabello detrás de la oreja.
-¿Vas a música? –Douglas se apareció junto a ella. Llevaba su saxofón colgado al hombro.
Ella asintió. -¿Tocas el saxo?
Él sonrió de lado. –Hemos estado juntos en esa clase por los últimos dos años, y apenas lo notas.
Destiny desvió la vista. –No suelo fijarme mucho.
-Si sabes la razón por la que Ashley te invitó a su fiesta...
-Ni la más mínima idea.
-Quiere que la invites a tus dieciséis, con eso de que vas a pasar tu fiesta por MTV.
-¿MTV?
-Sí, todos en la escuela están enterados… Te lo digo porque seguramente van a tratar de hacerse tus amigos y…
-¿Por qué te importa?
-Ouch. –Douglas sonrió-. Solo quería advertirte.
-No necesito tus advertencias. –Aceleró el paso hacia el salón de música.
Todos estaban en sus asientos, a excepción de ella y Douglas. La maestra se veía algo desorientada. Era una señora de unos cincuenta años que vestía como si los tiempos no hubiesen modernizado.
-Jonas, Booth, llegan tarde. –Los miró por encima de sus gafas.
-Nada personal, señorita Flannery. –Le dijo Douglas con una sonrisa mientras tomaba su asiento.
Y es que el moreno de ojitos grises conquistaba a cualquiera con aquella sonrisa de "yo no fui". A cualquiera excepto a las chicas de North Hollywood. Era el tipo de chico con muchas amigas, pero ninguna lo suficientemente interesada en el. Nadie se daba a la tarea de mirar detrás de aquellas gafas de marco grueso.
La maestra sonrió. –Ya que están todos, quiero que sepan que tanto yo como el señor Wain, el otro maestro de música, estamos preparando un evento especial para celebrar el 85 aniversario de nuestra preciada escuela.
Algunos estudiantes comenzaron a abuchear.
-¡Vamos, chicos! ¡Será divertido! –La maestra dio un pequeño salto de alegría-. Vendrán personalidades que se graduaron aquí como Brian Austin Green, Alyson Hannigan, Morgan Webb. –Juntó las manos complacida-. ¡La banda tocará! ¡Será perfecto!
Alex, el chico que Destiny amaba en secreto, levantó la mano. -¿Todos tocaremos?
-Haré audiciones, pero estoy segura de que todos están preparados. Señorita Jonas…
Destiny fue despertada de su ensueño. -¿Si?
-¿Tiene usted contacto con su padre todos los días?
Ella la miró extrañada. Toda la clase centraba su atención en ella. Odiaba ser el centro de atención. ¿Qué le importaba si veía a Nick todos los días? –Umm… Sí…
-¡Genial! –La maestra sonrió-. Estaba conversando con el comité hace rato, y nos preguntábamos si… Habría alguna posibilidad de que le pidieras a tu padre tocar en el evento con su banda…
-Bueno… No lo sé… Siempre está muy ocupado, no creo que tenga tiempo de tocar en una escuela…
-Ya sé, ya sé… Pero como su hija, estoy segura de que tienes cierta influencia sobre él. ¡Apuesto a que puedes convencerlo!
Destiny apretó los puños, estaba comenzando a sentirse ansiosa. –Veré que puedo hacer.
-Sería genial si The Administration tocara en la escuela, Jonas. –Alex le dijo.
Destiny sintió sus orejas arder, y el rostro se le puso colorado. –Haré lo posible por convencerlo.
-Mañana te dejo saber la fecha exacta. –La maestra sonrió y luego comenzó la lección.
Destiny se pasó el resto del día llena de ansiedad, solo pensaba en llegar a casa y comunicarse con Taylor. Cuando salió de su última clase a las 3:04, se dirigió a su casillero, y tomó todas las cosas que se iba a llevar a casa. En la puerta principal había un par de paparazzi y un considerable numero de estudiantes amontonados, buscando sus quince minutos de fama. Todos haciendo sus historias de lo “bien” que conocían a Destiny, y lo mucho que disfrutaban de su compañía.
Antes de salir, se subió la capucha de su sudadera, y trató de pasar inadvertida en medio de la multitud.
-¡Ahí va! –Oyó a un chico gritar, y sintió los flashes sobre ella.
Vio la camioneta de Nick aparcarse junto a la acera, el salió de ella a toda prisa y caminó en su dirección, obteniendo así la atención de los paparazzi.
-Nick, ¿es cierto que has vuelto con tu ex esposa?
-¿Terminaste tu relación con Camilla Kerlaske?
Nick tomó a Destiny por los hombros y la apoyó contra su cuerpo mientras se hacían paso entre los molestos estudiantes, de vuelta a la camioneta.
-Nick, ¿nos permites unas fotos?
-Les voy a permitir unas fotos cuando dejen a mi hija fuera de esto. –Dijo, bastante molesto, sin detenerse.
-¿Permitirías a tu hija seguir tus pasos?
-Nick, ¿cómo te sientes al ser nominado a los Grammy's una vez más?
-¿Crees que ganes este año?
Nick no contestó. Abrió la puerta del copiloto y ayudó a Destiny a entrar, luego dio la vuelta, y tan pronto estuvo adentro, arrancó la camioneta.
-Disculpa… -Dijo cuando estuvieron alejados.
-No es tu culpa… -Destiny admitió.
-Destiny, cuando lo decidas, puedes volver a un colegio privado.
Ella negó con la cabeza. –Fue mi decisión. Voy a estar bien.
Nick asintió. -¿Cómo te fue hoy?
-Aparentemente todos saben acerca de mi fiesta… La cual va a pasarse por MTV…
-Es imposible detener los rumores. Me lo propusieron y yo quedé en avisarles, pero no he vuelto a tocar ese tema.
-¿Qué edad tenías cuando te graduaste de la secundaria?
-16.
-¿Puedo tomar clases en casa?
-No. –Respondió naturalmente.
-¿Por qué no?
-Porque no es lo mismo, y porque no tienes necesidad. Pero, como te dije, puedes transferirte a un colegio privado cuando gustes. Estoy seguro de que volverán a aceptarte con gusto.
-Lo pensaré. –Recostó la cabeza de la ventanilla.
-Destiny… Voy a llevarte con un psicólogo.
-¿Un psicólogo? –Lo miró extrañada-. No estoy loca.
-Sé que no lo estás, pero necesitas ayuda que no te podemos dar tu mamá y yo.
Destiny suspiró. –Está bien… Iré con el psicólogo si eso te hace feliz. –Necesitaba mantener a Nick contento, sabía lo duro que podía llegar a ser-. Papá… Maroon5 va a dar un concierto en Los Angeles…
-¿Maroon5? ¿En serio?... ¿Quieres ir?
Ella asintió. –Más que nada.
-Adam es un gran tipo. Hace días que no hablamos.
-¿¡Conoces a Adam Levine!?
-¿Bromeas? ¡Somos amigos!
-¿¡Eres amigo de Adam Levine!? ¡Oh por Dios!
Nick rió. -¿Quieres conocerlo?
Nunca antes había usado la fama de Nick para su propio beneficio, pero después de todo, él era su padre y ella tenía todo el derecho. -¿¡Estás hablando en serio!?
-Por supuesto, estoy seguro de que no se negará a recibirte en backstage. O tal vez podamos invitarlo a comer.
Destiny estaba complacida, ya ni siquiera recordaba que irían con un psicólogo. De todas formas, ella necesitaba la ayuda… Entonces Josh vino a su mente. ¡Maldito! Le quitó todo lo que era…
Nick aparcó frente a un simpático consultorio en Studio City.
-Aquí estamos. –Giró a mirar a Destiny luego de apagar el motor.
-Es… Bastante cerca de casa.
Nick suspiró. –Dessie… Todo va a estar bien.
Ella asintió. –Gracias.
-Vamos. –Salió del auto y Destiny lo siguió.
Cuando entraron, la recepcionista los recibió con una sonrisa. Era una chica de veintitantos años, menuda, piel blanca, ojos verdes, el cabello negro totalmente corto.
-¿Puedo ayudarlos?
Nick puso las manos sobre el buró. –Hice una cita esta mañana. Es para mi hija. Nos recomendó Daniel Conway.
-El doctor Conway. –Volvió a sonreír-. Es un gran medico.
-En efecto.
-¿Me da su nombre? –Comenzó a teclear en su computador.
-Destiny Jonas.
-J-o-n-a-s, D-e-s-t-i-n-y. –Decía mientras tecleaba.
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