jueves, 28 de febrero de 2013

Destiny - Cap: 4


-Obviamente… -Dijo Miley entrando a la casa-. De haberlo sabido, te habrías ido con mi hija en el primer vuelo al otro lado del mundo.

Nick cerró la puerta y la siguió a la sala. -¿De qué estás hablando?

-Tienes custodia limitada, Nick. No puedes simplemente llevarte a Destiny sin consultarlo conmigo antes.

-Pensé que habíamos resuelto esto por teléfono. Sólo la traje aquí porque ella me lo pidió. ¿Tiene algo de malo? Es mi hija, y me hace muy feliz que quiera pasar algo de tiempo conmigo.

-El problema es que no quiere pasar tiempo contigo, simplemente quiere estar alejada de mi por la simple discusión que tuvimos esta mañana.

Nick se rascó la nuca. –No sabía que tenías novio.

Miley se quedó sorprendida. -¿Qué? Eso no viene al caso. Además, ¿Por qué te importa?

Él bufó. –No es que m importe, pero no puedes llevar hombres a la casa. ¿Qué te has llegado a creer? ¡Mi casa no es un burdel!

Repentinamente, la mano abierta de Miley fue a dar contra la mejilla de Nick. -¿Qué te has llegado a creer tú? ¡Esa dejó de ser tu casa inmediatamente te largaste! ¡Y lo que  haga con mi vida, es asunto mio!

Nick se llevó la mano a la mejilla, la sentía caliente. Era la segunda vez en quince años que Miley le pegaba. No dijo nada, solo la miro.

-¡Y me llevo a mi hija ahora mismo!

Él la tomó fuerte por el brazo, impidiéndole que se fuera. –No te le vas a llevar a ningún lado. –Ordenó, con la voz imponente-. Destiny me pidió quedarse esta noche, y así será. –La pegó contra la pared, y puso ambas manos a cada lado, acorralándola.

-Aléjate de mí. -Miley logró decir.

Nick desvió la vista, pero sin alejarse de ella. -Miley... Ya no quiero pelear contigo.

-Eres tú quien siempre comienza. –Murmuró.

Él dejó salir una risita irónica. –Sabes que no es cierto, mi vida.

Ella lo miró a los ojos. –No me llames así.

Nick decidió ignorarla. Descansó su frente contra la de ella. –Desde esta mañana… No he podido dejar de pensar en ti.

Miley descansó sus manos sobre el pecho de él, con la intención de mantenerlo a distancia, pero no fue posible ya que en ese momento no estaba pensando con claridad. –Nick... Ese beso no significó nada. No puede significarse nada.

-¿Por qué no? –Preguntó, acariciándole los labios con los dedos.

Ella bajó la mirada ante la imponente de Nick. -¿Qué es lo que quieres, Nick?

Estaban a punto de unir sus labios en el más apasionado de los besos cuando escucharon un ruido proveniente de la habitación de Destiny.

-¿¡Destiny!? –Nick gritó, a pasos rápidos seguido por Miley.

Cuando abrieron la puerta de la habitación se encontraron a Destiny apoyada de la pared, con desesperación reflejada en los ojos. La laptop de Nick estaba destrozada en el piso.

-No se me acerquen. –Murmuró, agitada.

-Dest… -Nick la miró espantado.

-¿Qué es lo que pasó? -Miley preguntó, estaba parada detrás de Nick, como buscando protección.

-Quiero estar sola. –Destiny ordenó.

-¡No! –Nick le gritó imponente-. ¡Estoy harto de que evadas todas las malditas preguntas que te hacemos!

Tanto Destiny como Miley lo miraron sorprendidas. Podían contar con una mano las veces que Nick maldecía. Y este era uno de esos momentos en los que simplemente perdía la paciencia.
-Vas a decirme, ¿O debo preguntarte otra vez? –Nick volvió a hablar.

-Es que… -Destiny tragó en seco-. Me molesté por algo papá, y bueno…. Sabes que al igual que mi mamá, tiró las cosas cuando me molesto.

Miley la miró con incredulidad. –Tu comentario estuvo tan fuera de lugar.

Ella la ignoró. –No quise arruinar tu laptop, pero…

-¡Eso es lo de menos! –Nick aún no lograba calmarse-. ¡Me desespera no saber que te pasa! ¡Me molesta que no confíes en mí, que no me cuentes las cosas! –Luego de decir esto, salió de la habitación.

Miley y Destiny se quedaron mirándose una a la otra.

Destiny suspiró. –Mamá, perdóname.

-Sólo queremos ayudarte, Destiny. No nos veas como el enemigo, porque no lo somos. Nick y yo te amamos más que a nuestra vida.

Ella asintió. –Lo sé… Es que a veces no puedo controlar mi ira.

-¿Por qué estás molesta?

-Digamos que… Las cosas en la escuela no están yendo bien. –Mintió.

Miley asintió. -¿Qué te parece si lo olvidas por el fin de semana? No puede ser tan malo.

-Tienes razón. Lo haré.

-¿Quieres volver conmigo a casa?

Destiny negó con la cabeza. –No… Papá se sorprendió cuando le dije que me quedaría esta noche… No quiero desanimarlo más. Además nos vendría bien un rato a solas… Quisiera disculparme.

-Está bien. –La abrazó y la besó en la frente-. Nos vemos mañana.

De vuelta en la sala, Miley se encontró a Nick con un vaso de alcohol en las manos.

-No tomes. –Se sentó junto a él en el sofá.

-¡Estoy desesperado! ¡No sé que hacer!

-Tienes que tomarlo con calma, Nick. –Puso su mano sobre la rodilla de él-. Nadie dijo que tener una hija adolescente sería fácil.

-Te juro que… En momentos como este me arrepiento de no haber tomado otra decisión con respecto a Destiny.

-¿Qué otra decisión, Nick? -Miley se veía molesta-. ¿Abortar? ¿Darla en adopción?

-Tal vez. –Confesó, desviando la vista.

-¿Cómo te atreves a decir algo así?

-¡Por Dios, Miley! ¡No es nada del otro mundo! Muchas parejas toman decisiones como esa, e incluso  su matrimonio dura para  toda la vida.

Ella lo miró aterrada. -¿Hubieses preferido dar a nuestra hija en adopción para “salvar” eso que teníamos? ¡Destiny ni siquiera es la culpable de nada!

Nick se rascó la cabeza. –Olvídalo, ¿si? –Se levantó del sofá-. Necesito descansar, ha sido un día bastante largo.

Ella lo imitó. –Sí, me parece que estás algo confundido… Será mejor que me vaya. ¿Vas a pasar a dejar a Destiny, o prefieres que yo venga por ella?

Él la encaminó a la puerta. –Yo la llevo, no te preocupes.

-Nick… -Miley le acarició la mejilla-. Espero que lo que dijiste  sobre nuestra hija no sea lo que en realidad sientes.

Nick puso su mano sobre la de ella, la dirigió a sus labios, y la besó en la palma. –Necesito dormir.

Ella sonrió a medias. –Está bien.

-Buenas noches.

Miley asintió. –Buenas noches.

Nick se acercó lentamente y la besó con delicadeza en los labios. –Buenas noches.
A la mañana siguiente, Destiny se levantó temprano y ayudó a Nick a preparar el desayuno.

-¡Lograste no quemar el pan! –Destiny le dijo a Nick, divertida-. Estoy orgullosa de ti, papá.

Nick rio. –Muy graciosa… Tengo para decirte que soy muy bueno en la cocina.

Destiny rio.

-Dessie… Hace poco hablé con unos amigos que tengo, y están dispuestos a pasar tu fiesta de dieciséis por MTV.

-¿MTV?

-Sí. –Nick le dedicó una sonrisa a su hija, mientras pinchaba insistentemente una salchicha con su tenedor-.  ¿Qué es lo que quieres hacer ese día?  Tienes un par de meses para que todo quede perfecto, aunque puede que prefieras conversar de esto con tu madre y no conmigo.

Destiny tomó un sorbo de su jugo de naranja. –No pienso hacer nada especial ese día.

-¿De qué hablas? Cielo, cumplirás dieciséis…

-¿Y eso qué? –Se levantó de su asiento y se dirigió a la sala-. Quiero que me lleves a casa.

Nick la siguió. –Destiny, ¿fue algo que dije?

-No. –Contestó seca-. Simplemente quiero irme a casa.

-Escucha, si no quieres una fiesta, de acuerdo… Solo era una opción.

-Bien. Ahora quiero que me lleves a casa.

-Pensé que podríamos ir a algún otro lugar antes de…

-¿A qué otro lugar, papá? Sólo quiero estar en mi casa.

Nick se pasó la mano por el rostro. –Como gustes.

De camino a casa de Miley, Nick no se atrevió a mediar palabra. No podía dejar de pensar en lo que estaba sintiendo por su ex esposa últimamente. Era como si todo lo que sintió por ella alguna vez, volvía de nuevo, pero esta vez, con el doble de pasión.

-No tienes que bajarte. –Destiny le dijo antes de abrir la puerta-. Mamá no está.

-Con más razón, deja que te haga compañía.

-Papá… Puedo cuidarme sola, ¿de acuerdo? No necesito que te quedes. Yo te llamo si ocurre cualquier cosa. Es más, llamaré a mamá para decirle que ya estoy aquí.

-De acuerdo. –Nick asintió-. Acércate. –Cuando ella estuvo lo suficientemente cerca, Nick la besó en la mejilla-. Cuídate, mi amor.

Destiny sonrió a medias. –Te quiero, papi. –Se bajó de la camioneta y se encaminó hasta la casa. Nick no arrancó hasta que se cercioró de que estuviera dentro.

-Ma'… -Destiny rebuscó en el refrigerador mientras mantenía su teléfono entre el hombro y la oreja-. ¿Qué haces? ¿Dónde estás?... Sí, papá ya me trajo… Sí, pero yo le dije que no era necesario… ¿A que hora vienes?... ¿Traes algo de comer?...  Está bien, te espero… -Colgó la llamada, sacó una lata de soda y cerró la puerta. Luego subió corriendo a su cuarto.

Terminó en la computadora unas tareas para la escuela, hasta que escuchó un ruido en el piso de abajo.

-¿Mamá, eres tú? –Preguntó al pie de las escaleras, al no obtener respuesta comenzó a bajar. En la sala se encontró con Josh-. ¿Qué está haciendo aquí?

Él sonrió. Traía un arreglo de rosas azules. –Al parecer dejaste la puerta abierta.

-Mi mamá no está. Puede volver cuando ella regrese.

Josh dejó las rosas sobre la repisa. –Podemos… conversar mientras ella regresa…-Se acercó a Destiny más de lo apropiado.

Ella comenzaba a sentirse incómoda con su mirada sobre ella. –No me parece buena idea… -Se echó hacia atrás.

Él le puso la mano sobre el hombro. -¿No te agrada mi compañía?

Su roce le provocó escalofríos por todo el cuerpo. -¡No me toque! –Trató de zafarse pero ya Josh la tenía acorralada contra la pared.

-Todo va a estar bien… -Le susurró al oído y luego pasó a besarle y lamerle el cuello.

-¡Basta! ¡No! –Logró empujarlo pero no lo suficientemente lejos como para tener tiempo de escapar.

Él volvió a tomarla bajo su control. -¡Planeaba hacer esto por las buenas! –La tomó por el cabello y la tiró sobre el sofá-. ¡No me das más opción, niña!

-¡Suéltame! –No pudo controlar las lágrimas de ira e impotencia que llenaban sus ojos-. ¡Por favor! ¡Mamá!

-No te va a doler… -Se puso sobre ella y con una mano detuvo a Destiny, mientras le deshacía los pantalones con la otra-. Te lo prometo…

 ****
-Creo que voy a llamar a Destiny y decirle que voy a llegar un poco más tarde. -Miley sacó su celular del bolsillo. Estaba en su estudio.

-De acuerdo. –Su amiga Marcelle tomó unos bocetos del escritorio-. Te esperamos en el salón de juntas.

-No espera, tengo que contarte algo. –Se puso el teléfono al oído, y esperó. –Que raro… No contesta su celular… Esa niña…

-Debe estar haciendo otra cosa. –Marcelle se sentó frente al escritorio-. Ya luego la llamas. ¡Ahora cuéntame!

-Bueno… -Miley sonrió y se sentó junto a ella-. No sé lo que está pasando entre Nick y yo…

-¿Entre Nick y tú? ¿Cómo así? ¡Habla!

-Es que… No sé… … Anoche me besó como si fuese algo natural...

-¡Detente, detente! –Marcelle abrió los ojos como platos-. ¿Se han estado… besando?

-Sí, bueno… Cuando paso por primera vez, nos dijimos que había sido una estupidez y que no lo volveríamos a hacer, pero… Anoche estuve en su casa por algo de Destiny, y se despidió con un beso como si fuésemos algo, y estoy confundida.

-Pensé que estabas interesada en Gustavo, amiga.

-Y así es, pero… Nick está revolviendo mis sentimientos y estoy hecha bolas.

-No puedes permitir que juegue con tus sentimientos una vez más, Miley. Tienes derecho a ser feliz.

-Ya sé, Marce, pero… ¡Ugh! ¡Estoy confundida!


Destiny- Cap: 3


Destiny llegó tarde a su clase de inglés. La verdad es que tenía miedo de entrar y se había quedado sentada en el baño esperando a que todos los estudiantes desaparecieran de los pasillos. Para cualquiera, ser la única hija de una estrella de rock y una diseñadora de modas, sería la vida perfecta, pero no para ella. No tenía amigos, las personas en la escuela la odiaban, la envidiaban  hasta el punto de hacerla odiar su propia vida. La hacían sentir inútil y desprotegida, los chicos no gustaban de ella… Era todo un desastre.

-Destiny… -La maestra de inglés llamó su atención-. Llegas tarde.

-Ya sé. –Contestó, mientras caminaba al final del salón para sentarse en el último pupitre-. Se me presentó una emergencia.

-Espero que no se vuelva a repetir. –Terminó, y continuó con su lección.

-Hola… -Eric, el chico que siempre se sentaba delante de ella se dio vuelta.

-Hola. –Destiny respondió seca, con la mirada fija en su cuaderno. A pesar de que ella no era popular, odiaba que Eric le hablara. 

-Si quieres te paso las notas que no pudiste copiar. –Le ofreció.

-No necesito tus notas, gracias. –Susurró, para que la maestra no le llamara a la atención.

-… De acuerdo. –Asintió, y se dio la vuelta.

-Y bien… -La maestra comenzó a hablar desde su escritorio-. El proyecto de esta semana es sobre las dificultades de ser hispano en América. –La mayoría de la clase abucheó al escuchar esto-. ¡Vamos, chicos! ¡Tenemos muchos hispanos en California! Será divertido.

-No tenemos hispanos en esta clase. –Una estudiante le dijo-. Así que no hay nada que nos conecte a este proyecto.

-Te equivocas. –Ashley, la chica popular de la escuela sonrió mientras hablaba-. Tenemos un hispano en clase. –Y giró su cabeza hacia Destiny. En cuestión de segundos, todos los ojos estaban sobre ella.

-No sabía que eras hispana, Destinee. –La maestra le dedicó una sonrisa.

Ella se puso roja de inmediato. –No lo soy. –Murmuró-. No soy hispana.

-¡Si es cierto! –Un chico exclamó-. ¡Tu madre, esa que diseña ropa! ¡Todos saben que es hispana!

-Mis abuelos son españoles, es todo. (ok ignoren esto hahah es raro y no tiene nada que ver)

-Vamos, Destiny… No hay nada de que avergonzarse, la cultura hispana es muy colorida, y única y…

-Oye, Dess... –Alex, su crush desde noveno grado, se levantó de su escritorio y se acercó a ella-. ¿Aun está soltera tu madre? ¿Le puedes dar mi número? –La clase se echó a reír.

-¡Chicos! –La maestra gritó.

Destiny tomó sus cosas y salió corriendo del salón.

-¡Siempre lo arruina todo! –Lloró mientras ponía algunos libros en su casillero-. ¡La odio tanto! –Cerró el casillero y sacó el celular de su bolso.

 ********

-¡Ven aquí! –Nick se tiró a la cama, atrayendo a Camilla sobre él.

Ella sonrió. –Tengo una audición en media hora. –Comenzó a quitarle uno a uno los botones de la camisa.

Nick la besó. –Te prometo que en quince minutos terminamos. –Sonrió pícaro, buscando la manera más rápida de despojarla de su pantalón-.  Además, ¿hace cuanto tiempo que no estamos juntos?

-Siempre estás cansado, o de mal o humor. –Camilla lo miró con sus gigantescos ojos azules.

-Hoy no. –Nick cerró los ojos, y volvió a besarla. Pero algo extraño le sucedió. Se imaginó que era  Miley a quien besaba.  Que era su piel bronceada la que acariciaba. Abrió los ojos para encontrarse otra vez con la realidad.
-¿Pasa algo? –Camilla preguntó al ver la expresión en el rostro de Nick.

-No. –Se dio la vuelta, tomando el control-. Quiero que seas mía, solo eso.

En ese momento el teléfono de Nick comenzó a sonar en su bolsillo. Él gruñó.

-Puede ser importante. –Camilla se hizo a un lado para que el pudiera sacar el teléfono con comodidad.

-¡Papá! –La voz de Destiny del otro lado de la línea hizo que Nick se estremeciera.

-¿Estás llorando? ¿Qué pasa, mi amor?

-Quiero irme a casa.

-¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?

-¡Solo quiero irme a casa! –Chilló.

-Destiny… Tal vez si llamas a tu madre…

-Quiero que tú vengas por mí. Me parece que me debes por lo menos eso, ¿no?

Nick suspiró. –Estaré ahí en unos minutos.

-¿Destiny? –Camilla preguntó cuando Nick terminó la llamada. Ya estaba totalmente vestida y se ponía algo de maquillaje.

-Cada vez está peor…. –Se levantó y se abotonó la camisa-. Lo siento, mi vida.

Ella le sonrió y le rozó los labios. –Está bien. Tal vez tengamos suerte esta noche. –Tomó su bolsa de sobre la cómoda-. Vuelvo en la tarde.

 ******

-¿Me quieres explicar que pasó? –Nick le exigió a Destiny tan pronto ella se subió a la camioneta-. ¿Has estado llorando?

-Déjame en paz, papá. –Recostó la cabeza de la ventanilla.

-Nena… Créeme que muero por ayudarte, pero si no me dices cual es el problema, yo…

Destiny tomó aire. -¿Puedo quedarme en tu casa esta noche?

Nick se sorprendió. -¿En mi casa?

Ella asintió. –No te he visitado desde que era una niña. No vas a negármelo, ¿o si?

-No, pero… Tienes que preguntarle a tu mamá.

-No creo que se moleste. Lo más probable es que quiera tiempo para estar a solas con su novio.

-¿Tiene novio? –Hubiese deseado que su tono de voz no sonase tan sorprendido.

-Así es… -Destiny asintió-. Se quedó a dormir anoche.

-¿Se quedó a dormir en tu casa?

-Sí. –Respondió de lo más natural.

Nick golpeó el volante con la muñeca, y murmuró algo que Destiny no pudo entender. No volvieron a decir nada más en todo el camino.


-Ponte cómoda. –Nick le dijo, poniendo las llaves sobre la repisa-. Tu cuarto está tal como lo dejaste la última vez que estuviste aquí. Tengo comida china en el refrigerador por si tienes hambre, solo hay que calentarla.

-Me gusta fría. –Destiny respondió casi automáticamente.

-A mi también. –Nick sonrió, al darse cuenta de aquel pequeño detalle que tenia en común con su hija.

Destiny observó el lugar con detenimiento. Estaba organizado, algo raro en su padre. Se notaba el toque femenino. -¿Vives con esa mujer?

Nick suspiró. –Esa mujer se llama Camilla. Y no, no vivimos juntos, pero se queda a dormir de vez en cuando.

-Espero que no se quede esta noche. –Lo miró desafiante. Nick logró identificar la misma mirada de Miley.

-Destiny… Es mi novia.

-Y yo soy tu hija.

-¿Estas segura de que quieres quedarte aquí?

Ella tomó su mochila del sofá y se dirigió a la habitación al final del pasillo. –Eres increíble.

Aquella habitación era horrible. Nunca se lo había dicho a Nick, pero la odiaba. No era pequeña, eso lo admitía, pero no soportaba aquel color pálido en las paredes. Ni las dos simples ventanas con vista a la nada, y mucho menos el horrendo ventilador de techo que su padre había escogido.

Se dejó caer en la cama y tomó su celular. Taylor no le había escrito hoy. Odiaba cuando la olvidaba. Él era la única persona que la comprendía. Se habían conocido unos meses antes en una página web, intercambiaron datos y hablaban cada día desde entonces. Taylor le había enviado unas cuantas fotos suyas, y hablaban por teléfono, pero nunca por video chat, él era muy tímido. De repente, Destiny se comenzaba a sentir sola cuando no hablaban, él era la única persona que en verdad la escuchaba.

Sintió dos gruesas lagrimas correr por sus mejillas cuando pensó en la humillación que acababa de recibir en la escuela. En la secundaria North Hollywood, Destiny no tenía amigos, todos la conocían, hablaban de ella, pero nunca con ella. La veían como un ***** raro y le costaba mucho sobreponerse a aquello. Aunque tenía una vida perfecta, era una adolescente con muchos problemas, problemas que solo Taylor conocía.

Se levantó de la cama y sacó una navaja de su mochila. Corrió al baño y allí se encerró. Sudaba, temblaba. Se sentó en el excusado y con la navaja presionó firmemente la piel de su muñeca. Una vez, otra vez... Tres veces... Cuatro. La sangre comenzó a aparecer poco a poco en las finas heridas que acababa de hacerse. Destiny  miraba expectante, tranquila.

Cuando la sangre se había hecho un poco más abundante, se desvistió y entró a darse una ducha.

******
-¡Será una perfecta oportunidad para conocernos! –Camilla había reaccionado muy bien al saber que Destiny se encontraba con Nick.

-No. –El desvió la mirada-. No creo que deban conocerse.

Camilla lo miró extrañada. –Pero, estamos bajo el mismo techo, amor… En algún momento tendrás que presentarnos.

Nick suspiró. –Camilla… Será mejor que te vayas a casa por esta noche.

-Tu hija no está interesada en conocerme, ¿es eso?

-Es solo una niña, está confundida.

-No tiene ninguna razón para odiarme.

Él la tomó por la cintura. –No te odia, no digas tonterías.

Camilla bufó. -¡Claro que me odia! Me odia porque tal vez piense que fui la causante de tu divorcio, o cree que pienso remplazar a su madre.

-Camilla, entiéndeme… Yo no sé como manejar estas cosas.

Ella se apartó de él y tomo su bolsa que estaba sobre el sofá. –Nunca te pondría a elegir Nick, pero si tu hija no está dispuesta a hacer un esfuerzo por tu felicidad, entonces yo tampoco. –Le dedicó una mirada apagada y luego salió del departamento.

Nick golpeó la pared con un puño, luego se miró los nudillos colorados. No podía elegir entre su novia y su hija, era algo absurdo. Destiny era su niña, y ahora que repentinamente estaba comenzando a acercarse a él, no podía simplemente dejarla ir. Y por el otro lado, Camilla… la mujer que le daba luz a sus días con tan solo una sonrisa. Y luego estaba Miley.... en quien no había podido dejar de pensar en todo el día, por alguna extraña razón.


-¿Quieres ordenar pizza, o algo? –Nick entró a la habitación de Destiny. Ella estaba tecleando con furia en su celular.

-Estoy bien. –Murmuró, sin prestarle atención.

Nick se sentó al borde de la cama. –Tenemos que hablar.

Ella dejó lo que estaba haciendo y se incorporó, apoyándose en sus codos. –No tenemos nada de que hablar, papá.

Antes de que pudiera decir nada, el celular de Nick comenzó a vibrar insistentemente en su bolsillo. -¿Miley? –Sentía pinzadas en su sexo tan solo al mencionar su nombre-. Miley, por Dios, cálmate… -Se salió de la habitación para continuar la conversación sin que Destiny escuchara.

Al cabo de unos minutos Destiny fue a la sala, donde Nick estaba entretenido viendo el algún programa de trivia en el televisor.

-¿No hay nada mejor? –Le preguntó, parándose detrás del sofá.

Nick volteó para verla. –Te sorprendería los chistosos que son estos programas. Tengo palomitas en la alacena, ¿Por qué no te sientas?

-De hecho… ¿Me prestas tu laptop?

-Está sobre mi cama, no te quedes hasta tarde. –Destiny se fue pero Nick siguió dando órdenes-. ¡Tu hora de dormir es a las 9:30! –Bromeó.

Nick se estaba quedando dormido frente al televisor cuando escuchó el timbre, había alguien en su puerta. Nunca recibía visitas, así que tal vez era Camilla que había cambiado de opinión.

Abrió la puerta para encontrarse nada más y nada menos que con la madre de su hija. –No sabía que vendrías...