jueves, 28 de febrero de 2013

Destiny- Cap: 3


Destiny llegó tarde a su clase de inglés. La verdad es que tenía miedo de entrar y se había quedado sentada en el baño esperando a que todos los estudiantes desaparecieran de los pasillos. Para cualquiera, ser la única hija de una estrella de rock y una diseñadora de modas, sería la vida perfecta, pero no para ella. No tenía amigos, las personas en la escuela la odiaban, la envidiaban  hasta el punto de hacerla odiar su propia vida. La hacían sentir inútil y desprotegida, los chicos no gustaban de ella… Era todo un desastre.

-Destiny… -La maestra de inglés llamó su atención-. Llegas tarde.

-Ya sé. –Contestó, mientras caminaba al final del salón para sentarse en el último pupitre-. Se me presentó una emergencia.

-Espero que no se vuelva a repetir. –Terminó, y continuó con su lección.

-Hola… -Eric, el chico que siempre se sentaba delante de ella se dio vuelta.

-Hola. –Destiny respondió seca, con la mirada fija en su cuaderno. A pesar de que ella no era popular, odiaba que Eric le hablara. 

-Si quieres te paso las notas que no pudiste copiar. –Le ofreció.

-No necesito tus notas, gracias. –Susurró, para que la maestra no le llamara a la atención.

-… De acuerdo. –Asintió, y se dio la vuelta.

-Y bien… -La maestra comenzó a hablar desde su escritorio-. El proyecto de esta semana es sobre las dificultades de ser hispano en América. –La mayoría de la clase abucheó al escuchar esto-. ¡Vamos, chicos! ¡Tenemos muchos hispanos en California! Será divertido.

-No tenemos hispanos en esta clase. –Una estudiante le dijo-. Así que no hay nada que nos conecte a este proyecto.

-Te equivocas. –Ashley, la chica popular de la escuela sonrió mientras hablaba-. Tenemos un hispano en clase. –Y giró su cabeza hacia Destiny. En cuestión de segundos, todos los ojos estaban sobre ella.

-No sabía que eras hispana, Destinee. –La maestra le dedicó una sonrisa.

Ella se puso roja de inmediato. –No lo soy. –Murmuró-. No soy hispana.

-¡Si es cierto! –Un chico exclamó-. ¡Tu madre, esa que diseña ropa! ¡Todos saben que es hispana!

-Mis abuelos son españoles, es todo. (ok ignoren esto hahah es raro y no tiene nada que ver)

-Vamos, Destiny… No hay nada de que avergonzarse, la cultura hispana es muy colorida, y única y…

-Oye, Dess... –Alex, su crush desde noveno grado, se levantó de su escritorio y se acercó a ella-. ¿Aun está soltera tu madre? ¿Le puedes dar mi número? –La clase se echó a reír.

-¡Chicos! –La maestra gritó.

Destiny tomó sus cosas y salió corriendo del salón.

-¡Siempre lo arruina todo! –Lloró mientras ponía algunos libros en su casillero-. ¡La odio tanto! –Cerró el casillero y sacó el celular de su bolso.

 ********

-¡Ven aquí! –Nick se tiró a la cama, atrayendo a Camilla sobre él.

Ella sonrió. –Tengo una audición en media hora. –Comenzó a quitarle uno a uno los botones de la camisa.

Nick la besó. –Te prometo que en quince minutos terminamos. –Sonrió pícaro, buscando la manera más rápida de despojarla de su pantalón-.  Además, ¿hace cuanto tiempo que no estamos juntos?

-Siempre estás cansado, o de mal o humor. –Camilla lo miró con sus gigantescos ojos azules.

-Hoy no. –Nick cerró los ojos, y volvió a besarla. Pero algo extraño le sucedió. Se imaginó que era  Miley a quien besaba.  Que era su piel bronceada la que acariciaba. Abrió los ojos para encontrarse otra vez con la realidad.
-¿Pasa algo? –Camilla preguntó al ver la expresión en el rostro de Nick.

-No. –Se dio la vuelta, tomando el control-. Quiero que seas mía, solo eso.

En ese momento el teléfono de Nick comenzó a sonar en su bolsillo. Él gruñó.

-Puede ser importante. –Camilla se hizo a un lado para que el pudiera sacar el teléfono con comodidad.

-¡Papá! –La voz de Destiny del otro lado de la línea hizo que Nick se estremeciera.

-¿Estás llorando? ¿Qué pasa, mi amor?

-Quiero irme a casa.

-¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?

-¡Solo quiero irme a casa! –Chilló.

-Destiny… Tal vez si llamas a tu madre…

-Quiero que tú vengas por mí. Me parece que me debes por lo menos eso, ¿no?

Nick suspiró. –Estaré ahí en unos minutos.

-¿Destiny? –Camilla preguntó cuando Nick terminó la llamada. Ya estaba totalmente vestida y se ponía algo de maquillaje.

-Cada vez está peor…. –Se levantó y se abotonó la camisa-. Lo siento, mi vida.

Ella le sonrió y le rozó los labios. –Está bien. Tal vez tengamos suerte esta noche. –Tomó su bolsa de sobre la cómoda-. Vuelvo en la tarde.

 ******

-¿Me quieres explicar que pasó? –Nick le exigió a Destiny tan pronto ella se subió a la camioneta-. ¿Has estado llorando?

-Déjame en paz, papá. –Recostó la cabeza de la ventanilla.

-Nena… Créeme que muero por ayudarte, pero si no me dices cual es el problema, yo…

Destiny tomó aire. -¿Puedo quedarme en tu casa esta noche?

Nick se sorprendió. -¿En mi casa?

Ella asintió. –No te he visitado desde que era una niña. No vas a negármelo, ¿o si?

-No, pero… Tienes que preguntarle a tu mamá.

-No creo que se moleste. Lo más probable es que quiera tiempo para estar a solas con su novio.

-¿Tiene novio? –Hubiese deseado que su tono de voz no sonase tan sorprendido.

-Así es… -Destiny asintió-. Se quedó a dormir anoche.

-¿Se quedó a dormir en tu casa?

-Sí. –Respondió de lo más natural.

Nick golpeó el volante con la muñeca, y murmuró algo que Destiny no pudo entender. No volvieron a decir nada más en todo el camino.


-Ponte cómoda. –Nick le dijo, poniendo las llaves sobre la repisa-. Tu cuarto está tal como lo dejaste la última vez que estuviste aquí. Tengo comida china en el refrigerador por si tienes hambre, solo hay que calentarla.

-Me gusta fría. –Destiny respondió casi automáticamente.

-A mi también. –Nick sonrió, al darse cuenta de aquel pequeño detalle que tenia en común con su hija.

Destiny observó el lugar con detenimiento. Estaba organizado, algo raro en su padre. Se notaba el toque femenino. -¿Vives con esa mujer?

Nick suspiró. –Esa mujer se llama Camilla. Y no, no vivimos juntos, pero se queda a dormir de vez en cuando.

-Espero que no se quede esta noche. –Lo miró desafiante. Nick logró identificar la misma mirada de Miley.

-Destiny… Es mi novia.

-Y yo soy tu hija.

-¿Estas segura de que quieres quedarte aquí?

Ella tomó su mochila del sofá y se dirigió a la habitación al final del pasillo. –Eres increíble.

Aquella habitación era horrible. Nunca se lo había dicho a Nick, pero la odiaba. No era pequeña, eso lo admitía, pero no soportaba aquel color pálido en las paredes. Ni las dos simples ventanas con vista a la nada, y mucho menos el horrendo ventilador de techo que su padre había escogido.

Se dejó caer en la cama y tomó su celular. Taylor no le había escrito hoy. Odiaba cuando la olvidaba. Él era la única persona que la comprendía. Se habían conocido unos meses antes en una página web, intercambiaron datos y hablaban cada día desde entonces. Taylor le había enviado unas cuantas fotos suyas, y hablaban por teléfono, pero nunca por video chat, él era muy tímido. De repente, Destiny se comenzaba a sentir sola cuando no hablaban, él era la única persona que en verdad la escuchaba.

Sintió dos gruesas lagrimas correr por sus mejillas cuando pensó en la humillación que acababa de recibir en la escuela. En la secundaria North Hollywood, Destiny no tenía amigos, todos la conocían, hablaban de ella, pero nunca con ella. La veían como un ***** raro y le costaba mucho sobreponerse a aquello. Aunque tenía una vida perfecta, era una adolescente con muchos problemas, problemas que solo Taylor conocía.

Se levantó de la cama y sacó una navaja de su mochila. Corrió al baño y allí se encerró. Sudaba, temblaba. Se sentó en el excusado y con la navaja presionó firmemente la piel de su muñeca. Una vez, otra vez... Tres veces... Cuatro. La sangre comenzó a aparecer poco a poco en las finas heridas que acababa de hacerse. Destiny  miraba expectante, tranquila.

Cuando la sangre se había hecho un poco más abundante, se desvistió y entró a darse una ducha.

******
-¡Será una perfecta oportunidad para conocernos! –Camilla había reaccionado muy bien al saber que Destiny se encontraba con Nick.

-No. –El desvió la mirada-. No creo que deban conocerse.

Camilla lo miró extrañada. –Pero, estamos bajo el mismo techo, amor… En algún momento tendrás que presentarnos.

Nick suspiró. –Camilla… Será mejor que te vayas a casa por esta noche.

-Tu hija no está interesada en conocerme, ¿es eso?

-Es solo una niña, está confundida.

-No tiene ninguna razón para odiarme.

Él la tomó por la cintura. –No te odia, no digas tonterías.

Camilla bufó. -¡Claro que me odia! Me odia porque tal vez piense que fui la causante de tu divorcio, o cree que pienso remplazar a su madre.

-Camilla, entiéndeme… Yo no sé como manejar estas cosas.

Ella se apartó de él y tomo su bolsa que estaba sobre el sofá. –Nunca te pondría a elegir Nick, pero si tu hija no está dispuesta a hacer un esfuerzo por tu felicidad, entonces yo tampoco. –Le dedicó una mirada apagada y luego salió del departamento.

Nick golpeó la pared con un puño, luego se miró los nudillos colorados. No podía elegir entre su novia y su hija, era algo absurdo. Destiny era su niña, y ahora que repentinamente estaba comenzando a acercarse a él, no podía simplemente dejarla ir. Y por el otro lado, Camilla… la mujer que le daba luz a sus días con tan solo una sonrisa. Y luego estaba Miley.... en quien no había podido dejar de pensar en todo el día, por alguna extraña razón.


-¿Quieres ordenar pizza, o algo? –Nick entró a la habitación de Destiny. Ella estaba tecleando con furia en su celular.

-Estoy bien. –Murmuró, sin prestarle atención.

Nick se sentó al borde de la cama. –Tenemos que hablar.

Ella dejó lo que estaba haciendo y se incorporó, apoyándose en sus codos. –No tenemos nada de que hablar, papá.

Antes de que pudiera decir nada, el celular de Nick comenzó a vibrar insistentemente en su bolsillo. -¿Miley? –Sentía pinzadas en su sexo tan solo al mencionar su nombre-. Miley, por Dios, cálmate… -Se salió de la habitación para continuar la conversación sin que Destiny escuchara.

Al cabo de unos minutos Destiny fue a la sala, donde Nick estaba entretenido viendo el algún programa de trivia en el televisor.

-¿No hay nada mejor? –Le preguntó, parándose detrás del sofá.

Nick volteó para verla. –Te sorprendería los chistosos que son estos programas. Tengo palomitas en la alacena, ¿Por qué no te sientas?

-De hecho… ¿Me prestas tu laptop?

-Está sobre mi cama, no te quedes hasta tarde. –Destiny se fue pero Nick siguió dando órdenes-. ¡Tu hora de dormir es a las 9:30! –Bromeó.

Nick se estaba quedando dormido frente al televisor cuando escuchó el timbre, había alguien en su puerta. Nunca recibía visitas, así que tal vez era Camilla que había cambiado de opinión.

Abrió la puerta para encontrarse nada más y nada menos que con la madre de su hija. –No sabía que vendrías... 


1 comentario:

  1. aww te odio por que tu me odias!!!!!!
    por que siempre las dejas en la mejor la mejor parte!!!!
    y la demas noves tambien!
    te quiero baby lo de arriba es mentira solo queria q te asustara jajaja
    besitos

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