Destiny Cap: 2

-¿Qué pasó, princesa? –Preguntó al contestar el teléfono. Aún tenía la voz adormilada.

-¿Puedes llevarme a la escuela? –Destiny fue al grano.

Nick se incorporó y se aclaró la garganta. -¿Mamá no puede?

-¿Puedes o me voy en bus?

Él sabía lo arriesgado que sería para Destiny tomar el bus, además no tenía necesidades de hacerlo, para algo él era su padre. –Claro que puedo. Estaré ahí en unos minutos.

-No te tardes. –Ordenó y luego colgó el teléfono. Tenía la misma actitud mandona de su madre.

 *****

-¡Tienes que escucharme! -Miley estaba detrás de ella cuando colgó el teléfono-. Cometí un error… Sabes que jamás te había pegado.

-Y esa es la excusa perfecta para hacerlo hoy…

-Destiny, tienes que madurar.

-¿Por qué no maduras tú?

-¿Qué es lo que te he hecho? Estoy segura que no estás así porque te pegué. ¡Háblame!

-¡No puedes traer a ese hombre a vivir aquí!

-No va a vivir aquí, pero tengo derecho a una relación. Tengo derecho a ser feliz.

-Apuesto a que fuiste la razón de que papá se fuera de la casa. –Los ojos de Destiny estaban llenos de lágrimas una vez más, pero no parecían querer salir.

La que si ya estaba llorando era Miley. -¿Por qué lo defiendes siempre a él? ¡Yo amaba a tu papá! Mientras estuvimos juntos, nunca puse mis ojos en nadie más.

-¿Entonces por qué se fue?

Nick y Miley se amaron mucho, pero de repente, las cosas dejaron de funcionar. Él ya no la tocaba, no le dedicaba canciones… La magia había desaparecido. Siempre peleaban, por la más mínima cosa. Y cuando por fin tuvieron una esperanza, un hijo…. Miley lo perdió. Fue algo más bien natural, el doctor le dijo que su cuerpo no estaba preparado en ese momento, y Nick simplemente la culpó, de todo. Si ella quería blanco, él quería negro, nunca volvieron a estar de acuerdo en nada, entonces se divorciaron.

Miley se sentó en el sofá y se cubrió la cara con las manos. Nunca se imaginó que tener una hija adolescente sería tan complicado.

-Dess… -Nick entró a la casa-. ¿Qué pasa? ¿Miley, qué tienes?

Destiny tomó su mochila del mueble, y caminó hacia la puerta. –Te espero en el auto.

-Hey… -Le susurró al oído-. Háblame.

Ella se acomodó contra su pecho. –No sé como manejarlo.

-¿Qué es lo que hizo ahora?

-Es su actitud… Es como si me odiara.

Nick levantó la vista y vio la hora en su reloj. -¿Qué te parece si vengo después de llevarla a la escuela? Así podemos conversar un rato.

Miley asintió. –Está bien.

Nick le secó las lágrimas y la besó en la frente. –Estaré aquí lo más pronto posible. Trata de calmarte.

 *****

-¿Disfrutas de hacerla llorar? –Nick le preguntó a Destiny tan pronto se subió a la camioneta.

-¿Cuándo me vas a dar practicas de conducir?

Nick frunció el ceño. –Cuando aprendas a respetar a tu madre.

-¿Por qué no le pides que se respete a sí misma antes?

-Destiny, por Dios. No es gracioso nada de lo que haces.

-No estoy tratando de ser graciosa.

-¿Por qué la atacas todo el tiempo?

-¡Ugh!

De repente el teléfono de Nick comenzó a sonar. –Hola. –Sonrió cuando contestó-. Es que no quise despertarte... Vine a traer a Destiny a la escuela... Sí, en eso de una hora estoy de regreso en la casa... También yo. –Colgó el teléfono para encontrarse con la mirada cínica de su hija-. ¿Qué?

-¿Vives con esa mujer?

–No.

-¡La odio!

-¡No la conoces!

Destiny recostó la cabeza de la ventanilla. –No quiero hablar más del tema.

-Lo evades nuevamente.

-Me duele la cabeza.

Nick se aparcó frente a la escuela. –Que pases buen día. ¿Quieres que venga por ti?

-Yo te llamo. –Dicho esto, tomó su mochila y bajó de la camioneta.

Nick la observó hasta que hubo desaparecido junto a los demás estudiantes y se puso en marcha de vuelta a la casa.

-Estoy de vuelta… -Nick cerró la puerta tras sí y se encaminó a la cocina-. ¿Qué es todo esto? –Le preguntó a Miley.

-Preparé desayuno. -Miley ya estaba vestida-. Sabes que me gusta cocinar cuando estoy preocupada. Preparé huevos, y tengo cereal, leche… Jugo, sé que te gusta el jugo y… También tengo tocino, salchichas, jamón. Lo que quieras, porque…

-Tranquila. –Nick la tomó suavemente por los hombros y la acercó a él-. Todo va a estar bien.

Miley lo abrazó con fuerza. –Nick, yo no quiero perder a mi hija.

Él le acarició la espalda. –No vas a perder a Destiny, ella te adora.

Ella negó con la cabeza, entre lágrimas. –No, ella te adora a ti.

Nick le limpió las lágrimas con sus dedos y le sostuvo la cara en alto entre sus manos. –Mírame.

Miley lo miró fijamente.

-Todo va a estar bien. –Le dijo con firmeza-. Es solo una etapa, te lo aseguro.

-Nick… -Miley descansó su frente contra la de él, y le acarició la cara con sus frágiles manos-. Nunca pensé que sería tan difícil sin ti… -Susurró.

-Shhh… Jamás me he ido. –La besó en la barbilla, luego en la comisura de los labios y por ultimo atrapó con su boca los suaves y rojos labios de ella.

Miley se amarró a su cuello, acariciándole con sus dedos la nuca. Nick la tomó fuerte por la cintura, mientras deslizaba su lengua dentro de su boca. Ambos entregaron todo de si en aquel beso.

Nick se separó de ella lentamente, sus labios aun palpitaban. Descansó su frente contra la de ella, sin querer alejarse del todo. –Tus besos siempre me han dejado deseando algo más. –Susurró contra sus labios.

-¿Qué? -Miley preguntó, usando el mismo tono de voz.

-El resto de ti. –Le rozó los labios una vez más antes de separarse por completo.

-Nick…. -Miley bajó la vista-. Tienes pareja.

Él asintió, pasándose la mano por la cara. –Ya sé.

-¿Acaso nos extrañamos?

-No lo sé. –Negó con la cabeza-. Pero si de algo estoy seguro, es que esto no debe repetirse.

-Tranquilo. No es como si yo quisiera volver a besarte. Fue solo un desliz. Fuiste mi pareja por muchos años… Y… bueno…

-Vine a que habláramos de Destiny.

-Tal vez ella necesite ir a terapia, Nick.

-Mi hija no necesita terapia.

-Su actitud no es normal.

-Permíteme recordarte que eras bastante rebelde cuando tenías esa edad. Te escapabas de casa, les mentías a tus padres… Dest es un ángel comparada contigo.

Miley lo miró con la boca abierta. –Estás diciendo que su actitud la heredó de mí.

-De mí, definitivamente no fue.

-… ¿Por qué no te vas?

-¡No me mal interpretes, por Dios!

-Ve con tu mujer, Nick. Y déjanos a mí y a mi hija resolver este problema. –Salió de la cocina y subió las escaleras.

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bien les diré VAN A LLORAR  bueno yo si llore como media hora con el final hes hermosa y si es Niley :)