-Obviamente… -Dijo Miley entrando a la casa-. De haberlo sabido, te habrías ido con mi hija en el primer vuelo al otro lado del mundo.
Nick cerró la puerta y la siguió a la sala. -¿De qué estás hablando?
-Tienes custodia limitada, Nick. No puedes simplemente llevarte a Destiny sin consultarlo conmigo antes.
-Pensé que habíamos resuelto esto por teléfono. Sólo la traje aquí porque ella me lo pidió. ¿Tiene algo de malo? Es mi hija, y me hace muy feliz que quiera pasar algo de tiempo conmigo.
-El problema es que no quiere pasar tiempo contigo, simplemente quiere estar alejada de mi por la simple discusión que tuvimos esta mañana.
Nick se rascó la nuca. –No sabía que tenías novio.
Miley se quedó sorprendida. -¿Qué? Eso no viene al caso. Además, ¿Por qué te importa?
Él bufó. –No es que m importe, pero no puedes llevar hombres a la casa. ¿Qué te has llegado a creer? ¡Mi casa no es un burdel!
Repentinamente, la mano abierta de Miley fue a dar contra la mejilla de Nick. -¿Qué te has llegado a creer tú? ¡Esa dejó de ser tu casa inmediatamente te largaste! ¡Y lo que haga con mi vida, es asunto mio!
Nick se llevó la mano a la mejilla, la sentía caliente. Era la segunda vez en quince años que Miley le pegaba. No dijo nada, solo la miro.
-¡Y me llevo a mi hija ahora mismo!
Él la tomó fuerte por el brazo, impidiéndole que se fuera. –No te le vas a llevar a ningún lado. –Ordenó, con la voz imponente-. Destiny me pidió quedarse esta noche, y así será. –La pegó contra la pared, y puso ambas manos a cada lado, acorralándola.
-Aléjate de mí. -Miley logró decir.
Nick desvió la vista, pero sin alejarse de ella. -Miley... Ya no quiero pelear contigo.
-Eres tú quien siempre comienza. –Murmuró.
Él dejó salir una risita irónica. –Sabes que no es cierto, mi vida.
Ella lo miró a los ojos. –No me llames así.
Nick decidió ignorarla. Descansó su frente contra la de ella. –Desde esta mañana… No he podido dejar de pensar en ti.
Miley descansó sus manos sobre el pecho de él, con la intención de mantenerlo a distancia, pero no fue posible ya que en ese momento no estaba pensando con claridad. –Nick... Ese beso no significó nada. No puede significarse nada.
-¿Por qué no? –Preguntó, acariciándole los labios con los dedos.
Ella bajó la mirada ante la imponente de Nick. -¿Qué es lo que quieres, Nick?
Estaban a punto de unir sus labios en el más apasionado de los besos cuando escucharon un ruido proveniente de la habitación de Destiny.
-¿¡Destiny!? –Nick gritó, a pasos rápidos seguido por Miley.
Cuando abrieron la puerta de la habitación se encontraron a Destiny apoyada de la pared, con desesperación reflejada en los ojos. La laptop de Nick estaba destrozada en el piso.
-No se me acerquen. –Murmuró, agitada.
-Dest… -Nick la miró espantado.
-¿Qué es lo que pasó? -Miley preguntó, estaba parada detrás de Nick, como buscando protección.
-Quiero estar sola. –Destiny ordenó.
-¡No! –Nick le gritó imponente-. ¡Estoy harto de que evadas todas las malditas preguntas que te hacemos!
Tanto Destiny como Miley lo miraron sorprendidas. Podían contar con una mano las veces que Nick maldecía. Y este era uno de esos momentos en los que simplemente perdía la paciencia.
-Vas a decirme, ¿O debo preguntarte otra vez? –Nick volvió a hablar.
-Es que… -Destiny tragó en seco-. Me molesté por algo papá, y bueno…. Sabes que al igual que mi mamá, tiró las cosas cuando me molesto.
Miley la miró con incredulidad. –Tu comentario estuvo tan fuera de lugar.
Ella la ignoró. –No quise arruinar tu laptop, pero…
-¡Eso es lo de menos! –Nick aún no lograba calmarse-. ¡Me desespera no saber que te pasa! ¡Me molesta que no confíes en mí, que no me cuentes las cosas! –Luego de decir esto, salió de la habitación.
Miley y Destiny se quedaron mirándose una a la otra.
Destiny suspiró. –Mamá, perdóname.
-Sólo queremos ayudarte, Destiny. No nos veas como el enemigo, porque no lo somos. Nick y yo te amamos más que a nuestra vida.
Ella asintió. –Lo sé… Es que a veces no puedo controlar mi ira.
-¿Por qué estás molesta?
-Digamos que… Las cosas en la escuela no están yendo bien. –Mintió.
Miley asintió. -¿Qué te parece si lo olvidas por el fin de semana? No puede ser tan malo.
-Tienes razón. Lo haré.
-¿Quieres volver conmigo a casa?
Destiny negó con la cabeza. –No… Papá se sorprendió cuando le dije que me quedaría esta noche… No quiero desanimarlo más. Además nos vendría bien un rato a solas… Quisiera disculparme.
-Está bien. –La abrazó y la besó en la frente-. Nos vemos mañana.
De vuelta en la sala, Miley se encontró a Nick con un vaso de alcohol en las manos.
-No tomes. –Se sentó junto a él en el sofá.
-¡Estoy desesperado! ¡No sé que hacer!
-Tienes que tomarlo con calma, Nick. –Puso su mano sobre la rodilla de él-. Nadie dijo que tener una hija adolescente sería fácil.
-Te juro que… En momentos como este me arrepiento de no haber tomado otra decisión con respecto a Destiny.
-¿Qué otra decisión, Nick? -Miley se veía molesta-. ¿Abortar? ¿Darla en adopción?
-Tal vez. –Confesó, desviando la vista.
-¿Cómo te atreves a decir algo así?
-¡Por Dios, Miley! ¡No es nada del otro mundo! Muchas parejas toman decisiones como esa, e incluso su matrimonio dura para toda la vida.
Ella lo miró aterrada. -¿Hubieses preferido dar a nuestra hija en adopción para “salvar” eso que teníamos? ¡Destiny ni siquiera es la culpable de nada!
Nick se rascó la cabeza. –Olvídalo, ¿si? –Se levantó del sofá-. Necesito descansar, ha sido un día bastante largo.
Ella lo imitó. –Sí, me parece que estás algo confundido… Será mejor que me vaya. ¿Vas a pasar a dejar a Destiny, o prefieres que yo venga por ella?
Él la encaminó a la puerta. –Yo la llevo, no te preocupes.
-Nick… -Miley le acarició la mejilla-. Espero que lo que dijiste sobre nuestra hija no sea lo que en realidad sientes.
Nick puso su mano sobre la de ella, la dirigió a sus labios, y la besó en la palma. –Necesito dormir.
Ella sonrió a medias. –Está bien.
-Buenas noches.
Miley asintió. –Buenas noches.
Nick se acercó lentamente y la besó con delicadeza en los labios. –Buenas noches.
A la mañana siguiente, Destiny se levantó temprano y ayudó a Nick a preparar el desayuno.
-¡Lograste no quemar el pan! –Destiny le dijo a Nick, divertida-. Estoy orgullosa de ti, papá.
Nick rio. –Muy graciosa… Tengo para decirte que soy muy bueno en la cocina.
Destiny rio.
-Dessie… Hace poco hablé con unos amigos que tengo, y están dispuestos a pasar tu fiesta de dieciséis por MTV.
-¿MTV?
-Sí. –Nick le dedicó una sonrisa a su hija, mientras pinchaba insistentemente una salchicha con su tenedor-. ¿Qué es lo que quieres hacer ese día? Tienes un par de meses para que todo quede perfecto, aunque puede que prefieras conversar de esto con tu madre y no conmigo.
Destiny tomó un sorbo de su jugo de naranja. –No pienso hacer nada especial ese día.
-¿De qué hablas? Cielo, cumplirás dieciséis…
-¿Y eso qué? –Se levantó de su asiento y se dirigió a la sala-. Quiero que me lleves a casa.
Nick la siguió. –Destiny, ¿fue algo que dije?
-No. –Contestó seca-. Simplemente quiero irme a casa.
-Escucha, si no quieres una fiesta, de acuerdo… Solo era una opción.
-Bien. Ahora quiero que me lleves a casa.
-Pensé que podríamos ir a algún otro lugar antes de…
-¿A qué otro lugar, papá? Sólo quiero estar en mi casa.
Nick se pasó la mano por el rostro. –Como gustes.
De camino a casa de Miley, Nick no se atrevió a mediar palabra. No podía dejar de pensar en lo que estaba sintiendo por su ex esposa últimamente. Era como si todo lo que sintió por ella alguna vez, volvía de nuevo, pero esta vez, con el doble de pasión.
-No tienes que bajarte. –Destiny le dijo antes de abrir la puerta-. Mamá no está.
-Con más razón, deja que te haga compañía.
-Papá… Puedo cuidarme sola, ¿de acuerdo? No necesito que te quedes. Yo te llamo si ocurre cualquier cosa. Es más, llamaré a mamá para decirle que ya estoy aquí.
-De acuerdo. –Nick asintió-. Acércate. –Cuando ella estuvo lo suficientemente cerca, Nick la besó en la mejilla-. Cuídate, mi amor.
Destiny sonrió a medias. –Te quiero, papi. –Se bajó de la camioneta y se encaminó hasta la casa. Nick no arrancó hasta que se cercioró de que estuviera dentro.
-Ma'… -Destiny rebuscó en el refrigerador mientras mantenía su teléfono entre el hombro y la oreja-. ¿Qué haces? ¿Dónde estás?... Sí, papá ya me trajo… Sí, pero yo le dije que no era necesario… ¿A que hora vienes?... ¿Traes algo de comer?... Está bien, te espero… -Colgó la llamada, sacó una lata de soda y cerró la puerta. Luego subió corriendo a su cuarto.
Terminó en la computadora unas tareas para la escuela, hasta que escuchó un ruido en el piso de abajo.
-¿Mamá, eres tú? –Preguntó al pie de las escaleras, al no obtener respuesta comenzó a bajar. En la sala se encontró con Josh-. ¿Qué está haciendo aquí?
Él sonrió. Traía un arreglo de rosas azules. –Al parecer dejaste la puerta abierta.
-Mi mamá no está. Puede volver cuando ella regrese.
Josh dejó las rosas sobre la repisa. –Podemos… conversar mientras ella regresa…-Se acercó a Destiny más de lo apropiado.
Ella comenzaba a sentirse incómoda con su mirada sobre ella. –No me parece buena idea… -Se echó hacia atrás.
Él le puso la mano sobre el hombro. -¿No te agrada mi compañía?
Su roce le provocó escalofríos por todo el cuerpo. -¡No me toque! –Trató de zafarse pero ya Josh la tenía acorralada contra la pared.
-Todo va a estar bien… -Le susurró al oído y luego pasó a besarle y lamerle el cuello.
-¡Basta! ¡No! –Logró empujarlo pero no lo suficientemente lejos como para tener tiempo de escapar.
Él volvió a tomarla bajo su control. -¡Planeaba hacer esto por las buenas! –La tomó por el cabello y la tiró sobre el sofá-. ¡No me das más opción, niña!
-¡Suéltame! –No pudo controlar las lágrimas de ira e impotencia que llenaban sus ojos-. ¡Por favor! ¡Mamá!
-No te va a doler… -Se puso sobre ella y con una mano detuvo a Destiny, mientras le deshacía los pantalones con la otra-. Te lo prometo…
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-Creo que voy a llamar a Destiny y decirle que voy a llegar un poco más tarde. -Miley sacó su celular del bolsillo. Estaba en su estudio.
-De acuerdo. –Su amiga Marcelle tomó unos bocetos del escritorio-. Te esperamos en el salón de juntas.
-No espera, tengo que contarte algo. –Se puso el teléfono al oído, y esperó. –Que raro… No contesta su celular… Esa niña…
-Debe estar haciendo otra cosa. –Marcelle se sentó frente al escritorio-. Ya luego la llamas. ¡Ahora cuéntame!
-Bueno… -Miley sonrió y se sentó junto a ella-. No sé lo que está pasando entre Nick y yo…
-¿Entre Nick y tú? ¿Cómo así? ¡Habla!
-Es que… No sé… … Anoche me besó como si fuese algo natural...
-¡Detente, detente! –Marcelle abrió los ojos como platos-. ¿Se han estado… besando?
-Sí, bueno… Cuando paso por primera vez, nos dijimos que había sido una estupidez y que no lo volveríamos a hacer, pero… Anoche estuve en su casa por algo de Destiny, y se despidió con un beso como si fuésemos algo, y estoy confundida.
-Pensé que estabas interesada en Gustavo, amiga.
-Y así es, pero… Nick está revolviendo mis sentimientos y estoy hecha bolas.
-No puedes permitir que juegue con tus sentimientos una vez más, Miley. Tienes derecho a ser feliz.
-Ya sé, Marce, pero… ¡Ugh! ¡Estoy confundida!