Nick abrió la puerta del baño, para encontrarse con su hija tirada en el piso, con finos hilos de sangre corriendo por sus piernas.
-Dios… -La aflicción se reflejó en sus ojos-. Destiny… -La voz apenas le salía de la garganta.
Destiny solo gimoteaba.
-Ven… -La tomó en sus brazos y la llevó a la cama.
-Papá, perdóname… -Logró decir, aferrándose a su cuello-. Perdóname…
Nick no dijo nada. No podía. No sabía qué. La dejó sobre la cama y en el baño humedeció una pequeña toalla con agua tibia, y con delicadeza extrema, limpió la sangre de los muslos de su hija.
Ella no paró de llorar.
Examinó las cortadas para asegurarse de que no necesitara cuidados especiales, y luego les aplicó alcohol con un algodón. Destiny chilló al sentirlo, pero no se resistió. Nick salió de la habitación y regresó más tarde con un vaso de agua y unas pastillas.
-Son para que duermas. –Se las ofreció y luego le dio el agua.
Ella las tomó sin dudar, quería olvidarse de todo por un rato. Las manos le temblaban.
Después de ponerla bajo las sabanas, Nick limpió los restos de sangre en el piso del baño, y se llevó la cuchilla.
En la cocina, sacó todos los cuchillos del cajón en que estaban y los puso en uno que tenía llave. Tomó la pequeña llave y la puso en la argolla junto con las llaves de su auto. Luego escuchó el timbre.
-¿Qué tienes? –Le preguntó Miley al verlo manchado de sangre.
Nick suspiró. –Es Destiny…
-¿Se cortó?
Él asintió. –La encontré en el baño…
-No es posible…
-Le di unos calmantes para que se durmiera.
-¿Se hizo mucho daño? -Miley estaba al borde del llanto.
-Algo… -Se sentó en el sofá, cubriéndose el rostro con las manos-. Me comprometo a que… No vuelva a pasar.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos.
-¿Estás bien? -Miley le preguntó.
No hubo respuesta.
-¿Nick?
-¡Sí! ¡Sí! –Le gritó-. ¡Estoy bien! –Se levantó del sofá y caminó a la cocina, pero casi no podía sostenerse en pie, tuvo que apoyarse de la barra-. Maldición. –Murmuró.
-¿Tienes una baja? –Sonaba temerosa.
-Estoy bien… -Apenas podía hablar, Miley notó como le temblaban las manos y tenía dificultad para respirar.
-Nick, ¿dónde tienes el medidor?
-En la… Repisa.
Miley se apresuró y trajo el medidor, lo sacó del estuche y tomó una muestra de sangre del meñique de Nick. Esperó a que el aparato emitiera aquel molestoso sonido.
-57… -Dijo desanimada-. Está muy baja, voy a traerte jugo. Ve a recostarte.
Nick obedeció a duras penas.
Miley sirvió un vaso de jugo de naranja y se fue a la habitación.
-Tomate esto. Te hará bien. –Le extendió el vaso, y se inclinó a quitarle los zapatos.
-Se suponía que te consintiera esta noche… -Dijo luego de tomar un sorbo de su jugo, y dejar el resto sobre la mesa de luz.
-Deja de decir tonterías… -Se sentó junto a él, al borde de la cama-. Termina tu jugo.
Volvió a tomar el vaso entre sus manos. –Lamento si… Te grité.
-Sé que es normal, no te preocupes.
Nick terminó el jugo de un trago, y se humedeció los labios.
-Tenemos que esperar como quince minutos antes de volver a…
-Lamento lo de tu papá. –Nick la interrumpió.
Ella asintió, tenía la mirada perdida. –Gracias…
-Él va a estar bien.
-Quiero ser feliz. –Dijo, desde lo más profundo de su corazón.
Nick se incorporó. –Todo va a estar bien.
Miley se levantó antes de que Nick pudiera tocarla. –Nada estará bien, Nick. Mi padre está muriendo de cáncer, mi hija se corta para sobrellevar su depresión, y… Y luego estás tú. –Salió de la habitación sin decir más.
Se sentó a ver televisión en el salón, aunque en aquel momento su mente estaba en cualquier parte menos en lo que estaba frente a sus ojos. Nick se apareció alrededor de una hora más tarde. Se había cambiado, traía puestos pantalones grises de algodón, sin camisa.
-Si tanto te molesta lo que tenemos, entonces vamos a dejarlo. –Se sentó en la mesa de centro, bloqueándole la vista a la televisión.
–No tienes ni idea de lo injusto que estás siendo. –No pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir-. Ni siquiera te imaginas el alto grado de tensión por el que estoy pasando en este momento…
-Miley, no es eso, pero…
-¡No es sobre nosotros! ¡No ahora! ¡Y si no quieres apoyarme, de acuerdo! ¡He pasado por tu abandono antes, y ya sé lo que se siente!
-Yo no te abandoné, las cosas dejaron de funcionar.
-Y parece ser que dejaron de funcionar una vez más. –Desvió la vista.
Nick la miró fijamente por un instante, y luego se sentó junto a ella. –Vamos a la cama.
Ella no se molestó en mirarlo. –No todo se resuelve con sexo, Nick.
-¿Quién hablo de sexo? –La besó detrás de la oreja-. Estás muy estresada. Necesitas un masaje… Que te consientan un ratito. –Le susurró.
-¿¡Por qué tienes que hacerlo siempre!? –Lo miró enojada.
-¿Qué es lo que estoy haciendo? –Preguntó sin alterarse.
Antes de que Miley pudiese responder, la televisión llamó su atención.
¡Nick Jonas y su enamorada Camilla Kerlaske! La pareja fue captada por nuestras cámaras compartiendo un íntimo momento en el bar del hotel Thompson en Beverly Hills, esto y más en un ratito solo por Access Hollywood.
Miley lo miró expectante.
Nick tomó el remoto y apagó el televisor, luego dejó salir un suspiro.
-Y así pretendes que lo intentemos…
-Fui a terminar las cosas con ella, Miley. Te lo juro.
-¡La estabas besando!
-¡Si! –Admitió-. No puedo dejar de sentir en un instante, ¿Entiendes eso?
-Si tanto la quieres, ¿por qué no te quedas con ella? Ni siquiera sé que estoy haciendo aquí. –Hizo el intento de levantarse, pero Nick la tomó por la muñeca.
-No te vas a ir.
-Nick, suéltame. Me estás lastimando.
-Te lastimaría si te dejo ir, y no quiero. Y no lo haré.
-Me estoy muriendo, no puedo más con esto... Tú y yo no podemos estar juntos.
-Ni separados… Yo no pienso alejarme de ti, así que ni lo intentes.
-Te gusta esa mujer.
-¡Claro que me gusta! ¡Claro que me gusta! Estaba seguro de que la amaba hace una semana, por Dios.
-¿Entonces por qué no te vas con ella? –Le preguntó, sin contener las lagrimas.
Nick la apretó contra su pecho. –Porque te quiero a ti, porque te necesito a ti. Porque como esta historia que tenemos, no hay otra igual.
Miley se aferró a su cuello. –Nick…
Él la besó en la frente. –Ve a darte una ducha para que te relajes…
-¿Puedo usar tu ropa?
Nick sonrió. –Por supuesto.
-¿Entras conmigo?
-Ya me bañé, amor.
Mientras Miley se bañaba (Otra vez), Nick decidió preparar té, lo que no se le haría muy difícil ya que consistía en calentar el agua en el microondas, y luego poner la bolsita de té. Cuando volvió a la habitación, encontró a Miley sentada en la cama. Tenía el pelo húmedo suelto sobre los hombros, y traía puesta una camiseta amarilla y verde del equipo de soccer brasileño, le quedaba considerablemente grande.
-Es mi favorita… -Nick le dijo con una media sonrisa. Puso la taza de té sobre la mesa de luz.
-¿Me dejas usarla?
Nick asintió. –No lo haría si no te quedara tan sexy. –Se sentó junto a ella-. Te traje té.
Miley alcanzó la taza y tomó un sorbo. –Gracias.
-Hablé con Daniel hace un rato y… Le va a pedir a la doctora Bullard que cambie de técnica con Destiny. Necesitamos resultados rápidos y efectivos, o de lo contrario tendríamos que… Internarla.
-No, jamás.
-Tampoco me agrada la idea, pero si esa mujer no llega al fondo de la situación, entonces hay que tomar medidas drásticas. La mejoría de Destiny es lo más importante.
-¿Crees que deba ir a la escuela mañana?
-Me gustaría. No quiero que se quede aquí sin hacer nada, eso solo serviría para encerrarse más en su depresión.
Miley recostó su cabeza del hombro de Nick. –Cuando estoy contigo… Siento como si todo tuviese solución… -Suspiró-. Luego… cada quien se va por su lado, y yo….
-Shhh… -La besó en la sien-. Todo tiene solución.
Algo comenzó a vibrar de repente, Nick se espantó.
-Es mi teléfono. –Lo alcanzó del otro lado de la cama y contestó la llamada-. ¿Qué pasa, mamá? –Puso la taza en las manos de Nick, quien observaba cada reacción con atención-. ¿De qué estás hablando?... No, no… ¡No!... ¿Qué es lo que te dijeron?... Mamá… -Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas-. Voy para allá. –Terminó la llamada.
-¿Qué pasó? –Nick le preguntó de inmediato, mientras la seguía con la vista.
-Papá está muriendo… -Estaba poniéndose unos jeans que había traído.
-¿Cómo que está muriendo? –Se levantó de la cama-. ¿A dónde vas?
-¡Está muriendo, Nick! ¿Acaso no entiendes lo que significa? Voy a verlo.
-Miley...
-¿¡Qué!? –Dejó lo que estaba haciendo y lo miró exasperada-. ¿Qué es lo que no entiendes?
-¿Vas a ir a España?
-Vaya, ¡Sabes geografía!
-¡Yo no tengo la culpa de esto!
Miley le dedicó una mirada suplicante. –Solo llévame al aeropuerto…
De camino a LAX Miley no paraba de llorar, pero lo hacia en silencio.
-El próximo vuelo sale a las siete, y llega a Madrid mañana alrededor de las tres de la tarde. Son casi doce horas de vuelo… -Le dijo, mientras revisaba los vuelos en su celular.
-Miley, esto no es necesario… -Nick le dijo con la vista fija al frente-. Estás precipitándote.
-No me digas que estoy precipitándome. Tengo que estar con mi papá.
-Lo que digo es que… Puedes irte mañana, con más calma. Ni siquiera traes ropa suficiente.
-Ya está decidido, Nick.
________________________________________
Bien hace mucho que no subía de esta :s comenten y esta adaptación tiene el mismo nombre Destiny
Oh my Goshhh!!!!!!
ResponderEliminarEsta pareja da un paso adelante y retrocede como mil, realmente necesitan ordenarce, tal ves los tres necesitan un psicologo, o terapia familiar!!!!!!!!!
Me encanta esta nove, y la otra igual, porfavor sube pronto, de cualquiera, soy feliz con ambas *-*
Cuídate, besis, bye ♥
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcada vez hay mas drama espero que las cosas se resuelvan pronto y destiny deje de cortarse
ResponderEliminaramo la novelaa siguela
Esta genial! Continua!
ResponderEliminar