Miley era
buenísima. Al menos con su faena, había conseguido que se empalmara con
tan solo un masaje de espalda. Nunca le había pasado algo así. Nick
salió del centro de masajes después de colocar alguna que otra cámara en
lugares claves.
Fue hacia el café en el que había quedado con Delta.
Entró y se pidió una cerveza, bien fría. Dejó su chaqueta al lado de la
butaca del bar mientras esperaba a la camarera o a que llegara Delta,
así como él y muchos otros la llamaban en la faena.
-
Hola, cielo. – alzó la vista del periódico. Aquella Rubia
despampanante era el centro de miradas ahora. Se sentó frente a él. -
¿Hace mucho que me esperas?
- No, diez minutos. – Nick no expresó nada facialmente. Una fría sonrisa.
- Vale… aquí tienes lo que me dio Snade para ti. – le pasó un maletín – está todo dentro.
Nick cogió el maletín dando un trago de su caña y lo dejó al lado de su chaqueta.
-
¿Haces algo esta noche? – Él volvió a dirigir la mirada hacia los
penetrantes ojos de Delta. Aquellos ojos verdísimos –llenos de lujuria- Creo que me debes
más de un favor. ¿Por qué no te pasas por mi casa?
- Bueno… - dijo Nick indiferente – Quizás.
-
¿Quizás? – sonrió ella, inclinándose más hacia él y dejando ver mucho
más que solo la entrada de sus pechos. Nick se aclaró la garganta. –
Pasa alrededor de las once. Estaré lista… - se inclinó más para darle un
beso en la mejilla. Y le susurró algo en el oído – para ti…
Se levantó y se fue andando con ese juego de caderas que solo una ex stripper sabría hacer.
Nick dejó el
maletín al recibidor de su casa. Abrió su portátil y conectó el
programa para las cámaras. Localizó a Miley en una de ellas. Estaba
en su despacho, tomando un café. Nick miró a ver qué hora era. Las once
de la mañana. Se quitó el jersey sin apartar la vista del portátil. Miley estaba sentada, pero la cámara que había colocado la enfocaba
de perfil. Puso el zoom. Los ojos gachos, hacia unos papeles. Una nariz
algo respingona pero ni grande ni pequeña. No había maquillaje en
exceso. Los labios rozaban el borde de la taza de café. Nick observó los
gestos de su boca.
En ese momento, como si quisiera seducir a Nicholas, Miley se relame el labio superior. Nick se acomoda a la butaca
delante de la mesita. Va bajando la cámara, que maneja des del control
del portátil. Preciosas tetas. Nick se fija en su protuberante
escote una vez más, deja mucho a la imaginación pero le gusta.
La falda
que lleva es la de antes, igual que la blusa. Ajustada, negra. Como le
hubiera gustado arrancársela allí mismo, cuando le estaba masajeando la
espalda. Con la blusa y todo. Nick se quitó de sus pensamientos, esa
mujer había hecho que se empalmara otra vez en tan solo un día. Y sin
hacer nada. Era impresionante, pero perfectamente excitante, al menos
para Nick. Tan inocente y preciosa como… Selena.
-
No, joder… otra vez no. – dejó el portátil abierto y se dirigió hacia
el baño. Se quitó los pantalones y los bóxers, junto con las botas y se
metió en la ducha fría a intentar bajar aquella erección de caballo y a
quitar de nuevo a la maldita Selena de su mente. – Es agua pasada. Ella
ya no está. Ella fue un error. – se decía a sí mismo. Y no sabía la
razón que tenían sus palabras.
Quince
minutos. Quince minutos y ya estaba. Se enroscó una toalla alrededor de
la cintura y salió al salón a buscar ropa limpia. Cuando pisó el suelo
del salón escuchó un ruido en la cocina. Se ató la toalla como pudo y
cogió su calibre 32 de debajo de uno de los cuadros, donde guardaba
alguna que otra arma – de las que no abultaban tanto, claro -.
- Las manos donde las vea. – dijo encendiendo la luz de la cocina de su casa. –
Delta… ¿Qué haces? – dijo arqueando una ceja.
Ella lo miró de arriba abajo.
- Mmh… no podía esperar hasta las once. – cogió una cerveza de la nevera de
Nick – con tu permiso…
- Claro… - gruñó Nick, dejando la pistola en la encimera de su casa. - ¿Cómo has entrado?
-
Te recuerdo que trabajo contigo y soy experta en meterme en casas
ajenas. – se sacó un imperdible de la nuca. – Ha sido fácil.
- Maldición… tendré que poner más mesuras de seguridad. – en ese momento se le cayó la toalla.
- Oh dios mío. – Delta dejó la cerveza en la encimera – Nick, cada vez me sorprendes más.
Él
no se inmutó. Tampoco se avergonzó. Sabía lo que tenia, y sabía lo que
el zorrón de la empresa quería. Hacía meses que Delta le iba detrás. Era
una mujer que desearía cualquiera, y con lo caliente que lo había
puesto Miley, nadie terminaba perdiendo nada. Sonrió. Cogió la toalla
lentamente y se la volvió a colocar.
- ¿Y que querías?
-
Mi recompensa. – dijo acercándose – y para dármela no necesitas esto… -
volvió a dejar caer la toalla y empezó a tocar a Nick.
Él no apartó la mirada de sus ojos verdes. Estaba duro y necesitaba follar.
~
- Miley... – Mónica la llamó por enésima vez por el telefonillo de la oficina.
– Alex vuelve a estar aquí… trae bombones.
- Ahora no lo puedo atender, estoy con otra clienta.
- Ha entrado… ya está por el pasillo.
-
¡Joder! – fue hacia la sala de masajes – un minuto, Claire, vuelvo
enseguida. – la señora asintió desde la camilla, tumbada boca a bajo
Miley salió, muy enfadada.
-
Alex, no vuelvas más, te lo digo enserio. Si quieres algo, ve a mi
casa, ya sabes, pero esto es la faena, no quiero nada íntimo por aquí. –
se tapó la boca. Se había alterado demasiado.
-
De acuerdo. – Alex tiró la caja de bombones, a lo bestia. – Entonces,
tendré que convencerte… no por las buenas. – Le tapó la boca y la nariz
con un trapo, y
Miley enseguida cayó rendida, anestesiada, en brazos de Alexander. – Lo harás por las malas.
La cargó en su hombro y se la llevó hacia a fuera. Apuntó a Mónica con una pistola.
-
Como diga algo, despídase de su vida, rubia. – ella asintió, temerosa,
dejando a Alex marchar, llevándose a Miley hacia quien sabe dónde.
ESTUPIDO Alex ¬¬,odie la parte de Delta ¬¬,xd,pon el 3 ♥♥ (:
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