La recepcionista se sonrojo. –Claro, disculpe… Um, aquí tiene. –Le entregó una tablilla que contenía una forma para llenar, y un bolígrafo-. Me entrega esto, y luego la llamaremos.
-Gracias. –Fue a sentarse junto a Destiny.
-¿Quieres que yo la llene? –Ella se ofreció, mientras juagaba con sus manos. Estaba nerviosa.
-No te preocupes. –Se acomodó para llenar la forma-. Nombre completo, lugar de nacimiento… Forth Worth… TE EQUIS.
Destiny sonrió al ver la concentración de Nick.
-Fecha de nacimiento…. Diciembre catorce… Mil novecientos… Noventa y seis. Estatura… ¿Dessie, cuanto mides? –La miró expectante.
-Umm…
-No sé ni siquiera porqué esto es importante.
-Creo que 5’1.
Nick rió a carcajadas. –Eres una enana.
-¡Papá!
Nick terminó la forma unos minutos después y antes de que se dieran cuenta, Destiny estaba en el consultorio, frente a su nueva doctora.
-Destiny, soy la doctora Joan Bullard, y mi intención es que podamos entendernos durante las sesiones. –Sonrió-. Solo quiero ayudarte.
Destiny se cruzó de brazos. –No es cierto, lo único que le interesa es el dinero que cobra por cada sesión.
-Entiendo que aun no me tengas confianza, pero estoy segura de que eso cambiará. Solo necesitamos algo de tiempo. ¿Por qué no me cuentas de ti?
-¿Qué quiere saber? Escuche… No pienso contarle nada personal, ¿de acuerdo?
-Como gustes, no voy a presionarte. ¿En que grado vas?
-Once.
-¡Once! Solo un año, y luego irás a la universidad. ¿Qué te gustaría estudiar?
-No he pensado en eso.
La verdad es que no se consideraba buena en nada. Tampoco había nada por lo que se sintiera apasionada.
En la sala de espera, Miley acababa de llegar.
-¿Ya está dentro?
Nick asintió y se puso de pie para recibirla. –Hace como diez minutos. –La abrazó fuerte, apretándola contra su pecho.
-¿Nick, estás bien? –Susurró contra su cuello.
-Sí. –La besó en la frente-. Solo necesitaba que estuvieras aquí.
Ella le tomó las manos. –Ojala todo salga bien.
-Esta mañana me dijo que se sentía muy mal por lo que te dijo anoche.
-Quisiera que confiara en nosotros, y nos dijera que es lo que tanto le molesta.
-Pienso lo mismo.
Se sentaron a esperar. Destinu salió del consultorio alrededor de 45 minutos después.
-¿Cómo estuvo todo? –Nick se levantó en cuanto la vio.
-Incómodo… -Respondió-. Quiere hablar con ustedes.
Nick le extendió su mano a Mileu. –Vamos.
-Mamá… Lamento…
Ella sonrió. –No te preocupes, sé que no estabas bien. –Le acarició la cara-. Solo quiero que tengamos una mejor relación.
Destiny asintió. –Haré lo posible.
En menos de diez minutos, habían salido del establecimiento.
-Te acompaño a tu auto. –Nick le dijo a Miley, mientras Destiny entraba en la camioneta.
-Gracias. –Le dijo una vez que estuvo dentro, Nick estaba sosteniendo la puerta abierta.
-Conduce con cuidado. –Se inclinó hacia ella, y la besó, para luego morderle el labio inferior.
Miley dejó salir una risilla tonta, apretando las manos alrededor del volante-¿Beso sin mordidita no es beso?
Nick sonrió de lado. –Sabes que no.
-Nick, cuídala mucho.
-No te preocupes. Por favor, llámame cuando llegues. –Cerró la puerta y se dirigió a su camioneta.
-¿Qué quieres comer? –Nick le preguntó a Destiny.
-In N Out.
-¿En casa?
Ella asintió. –No tengo ganas de bajarme a comer, tus fans siempre son un problema.
-Salimos ayer y no hubo ningún problema.
Destiny se tensó. Ayer. Josh. Comenzó a temblar.
-¿Estás bien?
Ella se llevó las uñas a la boca. –No tengo hambre. Quiero que me lleves a la casa.
Nick no se atrevió a protestar. Cuando llegaron a la casa, lo primero que hizo Destiny fue irse a su cuarto y encerrarse en el baño.
Se subió el jersey frente al espejo del baño, y descubrió en su cintura las marcas de las manos de Josh que aun no se borraban. Apretó los ojos, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Quería arrancarse la piel.
-Ya estoy en casa. -Miley estaba hablando por teléfono con Nick, mientras ponía algo a calentar en el microondas-. Sí, me siento sola… No seas tonto, Nick… -Se dirigió a la sala, y se sentó en el sofá-. No, claro que no… Nick, te llamo en un rato. –Colgó la llamada y centró su atención en una pequeña y extraña mancha en el sofá-. ¿Qué diablos es…? Parece… -La recorrió con el dedo-. Parece… sangre…
-Destiny… -Nick tocó la puerta de la habitación-. ¿Qué haces?
Destiny abrió la puerta. No se había cambiado de ropa. –Estaba terminando mi tarea.
-Voy a salir. ¿Quieres que te traiga algo de comer?
Ella negó con la cabeza.
-Hay comida en la cocina.
-Comeré algo luego, cuando termine.
Nick suspiró. -¿Qué es, Destiny?
-¿De qué hablas?
-¿Qué es lo que no me has dicho?
-No es nada, papá, por favor. He tenido un día muy largo.
No tenía ni idea de cual sería la reacción de Nick al enterarse de que había sido abusada, pero estaba segura de que no sería nada bueno.
-Está bien. Vuelvo en un rato. Llámame si necesitas algo.
Cuando Nick se fue, Destiny volvió a su computador. La expresión en su rostro cambió considerablemente cuando se dio cuenta de que Taylor estaba en línea.
-¿Dónde has estado todo el día? –Él le preguntó.
-Perdona, es que papá me quitó el celular. –Tecleó rápidamente.
-¿Por qué? ¿Qué hiciste?
-Nada importante. Te he extrañado mucho.
-Yo también, bonita. Mis días no tienen luz hasta que hablo contigo.
Destiny suspiró, no había nadie que la hiciera sentir como Taylor. Y odiaba que él estuviera tan lejos.
-Por cierto, voy a LA un día de estos.
¿¡Qué!? ¡Dios, su sueño se hacía realidad!
-¿Estás hablando en serio?
-Hahaha, si. Aun no tengo fecha exacta, pero quiero verte.
-Yo también muero por verte.
-¿Por qué no lo adelantamos un poco?
-¿Cómo así?
-Déjame verte.
El rostro se le iluminó. -¿Al fin hablaremos por video chat?
-Estaba pensando en que me enviaras una foto.
-Pero, tienes muchas fotos mías.
-Una más demostrativa…
-¿Demostrativa?
-Sí. Podrías mostrarme algo más que tu cara.
-¿Me estás pidiendo una foto mía desnuda?
-Sexy, tal vez.
-Yo no soy sexy.
-Puedes llegar a serlo.
-Taylor…
-Anda… Dijiste que no te entregarías a nadie más que a mí, estoy reclamando lo que me prometiste. Cuando vaya a Los Angeles, entonces exijo el resto. ; )
Volvió a sentirse asquerosa, ya no sería virgen para Taylor como se lo había prometido. Él se sentiría decepcionado, como todos. Entonces, sin pensarlo dos veces encendió la cámara de su laptop y al verse a sí misma, se quitó el jersey, quedando solo en su bra. Se soltó la trenza, haciendo que su cabello rizado cayera naturalmente sobre sus hombros. Resaltaban en su extremadamente blanca piel los lunares en su cuello y pecho, luego se desenganchó el bra, y lo deslizó por sus hombros. Se tomó la foto y después de volver a ponerse el jersey, se la envió a Taylor.
-¡Vaya! –Recibió casi de inmediato-. No puedo esperar para verlas en persona.
Por lo menos él estaba complacido. –Yo no puedo esperar a verte a ti.
-Tengo cosas que hacer, bonita. Hablamos más tarde. –Y se desconectó.
Destiny cerró la laptop y se recostó en la cama, mirando fijamente al techo.
En un bar del hotel Thompson de Beverly Hills, Camilla y Nick habían acordado verse, tenían ya algún tiempo conversando.
-Lamento que la estés pasando tan mal. –Camilla tomó la mano de Nick y le acarició los nudillos-. Pero, me alegro que me tengas confianza.
Nick guardó silencio.
-¿Cuándo les va a dar la doctora algún diagnostico sobre Destiny?
-Nos explicó que es muy pronto, y que apenas se están conociendo. Tiene que lograr que Destiny confíe en ella primero.
-Eres un hombre muy fuerte, Nick. –Le dijo sin soltar su mano-. Pasé los momentos más felices junto a ti.
-Siento mucho no poder…
-Tranquilo. –Ella lo interrumpió, los ojos azules le brillaban-. Yo entiendo. Solo espero que podamos ser amigos, no quiero dejar de verte.
Nick sonrió. –Claro que sí.
-¿Un beso de despedida? –Antes de que pudiera contestar, se inclinó hacia él.
Nick le correspondió, no podía negar que todavía sentía algo por Camilla. Tal vez lo más mínimo, pero era algo. Sus labios sabían a daiquirí de mango. De repente, escuchó repetidos “click” a una distancia considerable, y se separó de ella.
-¿Escuchaste eso?
-No… ¿Qué cosa?
Nick tomó su celular de la pequeña mesa y miró la hora. –Tengo que irme. Destiny está sola en la casa, no me gusta. –Sacó dinero de su billetera y lo puso debajo del portavasos, luego se levantó-. Gracias por todo, Camilla.
Ella le sonrió. –Siempre, mi amor. Que todo salga bien.
Cuando Nick entró a su casa, todo parecía tal como él lo había dejado. Entró a la cocina a tomar un poco de agua, y se dio cuenta de que Destiny no había estado allí. Decidió ir a verla a su cuarto, estaba pegada al computador.
-Ya es tarde. –Le dijo desde la puerta.
Destiny lo miró. -¿Estás borracho?
Nick negó con la cabeza. -¿Cuándo me has visto borracho?
-Nunca.
-¿Qué haces? –Se sentó al borde de la cama.
-¿La verdad?
Nick asintió.
-Busco cosas de mamá y de ti.
-¿Cosas?
-Es sorprendente lo que encuentras en internet. Acabo de ver una entrevista que diste cuando tenías dieciséis. Lo negaste todo.
-¿De qué “todo” hablas?
-Que salías con mamá.
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