miércoles, 26 de marzo de 2014

Tù eres mi Amor - Cap: 18



Nicholas observaba su enfado con una mirada divertida.

-Por supuesto-continuó Miley -Millie tiene sin duda razones para creer que usted la encuentra deseable.

-¿Qué diablos quieres decir?

-Quiero decir que tiene usted una cierta reputación en cuanto a su conducta con las mujeres.

-No tengo la costumbre de divertirme con las criadas.

-Entonces dígaselo a Millie-continuó 
Miley.

Devoró su comida y después se levantó.

En el camino de regreso no intercambiaron una sola palabra. Nicholas se metió en el sendero de su propia casa en lugar de continuar hacia la de 
Miley  cuando fue a ayudarla a bajar, ella se echó hacia atrás.

-Si se cree que voy a entrar con usted en su casa está soñando.

Una expresión de impaciencia mal contenida pasó por la cara del duque quien por segunda vez en el día la cogió por la cintura y la puso en el suelo.

-Será culpa tuya si me hago daño en la espalda-dijo el.

-Y usted tenga cuidado de no darme la espalda-silbó 
Miley -Por otra parte corre usted el riesgo de toparse con un marido celoso o con un padre ultrajado. A menos que le mate yo misma.

-No tengo ninguna intención de pelearme contigo ni de raptarte. Mira a tu alrededor y verás porque te he traído aquí.
Miley obedeció y se sorprendió al ver que los árboles habían sido podados y el césped cortado, las baldosas que faltaban habían sido reemplazadas y las ventanas de la casa se habían reparado.

-¿Por qué se han hecho estos arreglos?-preguntó al ver que el esperaba una reacción por su parte.

-Porque acabo de comprar la casa-explicó el conduciéndola hacia el pabellón situado en el otro extremo.

-¿La ha comprado?-repitió 
Miley imaginándose el trio que formarían Paul y ella con Nicholas como vecino. ¿No había pues límites en los obstáculos que ese hombre podía poner entre ella y su felicidad?

-Me pareció una buena idea. Esta propiedad linda con la tuya, algún día podrían unirse las dos.

-¡Pero si las dos le pertenecen!. Compró usted mis tierras del mismo modo que me compró a mi.

Iba a entrar en el pabellón cuando el la cogió por el brazo y la hizo girar. La miró un momento con el rostro rojo de ira.

-El coche de Margaret Merryton había perdido una rueda-explicó con calma-Entonces me ofrecí a acompañarla hasta su casa donde su padre me dio las gracias invitándome a cenar, lo cual rechacé.

-Me da igual lo que hiciera con Margaret-mintió 
Miley.

-Eso me extraña, no dejas de pincharme desde que ella mencionó su sombrilla.
Miley apartó la cara preguntándose si el no tendría razón.

-Si pones en duda mi prudencia, al menos concédeme que tengo mejor gusto. ¿Me perdonas pequeña?

-Supongo que si-respondió 
Miley sintiéndose extrañamente aliviada-Pero la próxima vez que vea usted a Margaret...

-Le daré la espalda.

-Solo quería decir que no le diera ánimos-dijo 
Miley sonriendo-sino ella se mostrará todavía mas desagradable conmigo. ¿Llevaba ella ese día la sombrilla?

-No que yo recuerde.

-¿Le parece que Margaret es...eh...bonita?-preguntó bajando los ojos.

-¡Por fin llegamos a la raiz del problema!-dijo el duque cogiéndola en sus brazos.

-¿Qué quiere decir?

-Me siento feliz de que te comportes como una esposa, incluso celosa.

-No estoy celosa en absoluto, no tengo ninguna razón para estarlo, usted no me pertenece, del mismo modo que yo no le pertenezco.

-Si no fuera por el contrato de matrimonio-precisó el.

-Ese contrato no vale nada ya que no se pidió mi opinión.

-De todos modos lo vas a respetar.

-Ya basta-dijo ella con una mirada a la vez disgustada y suplicante-¿Cómo puedo hacerle entender que amo a Paul?

-No sientes nada por Sevarin, tu misma me lo has dicho, y más de una vez.

-Nunca he dicho algo así.

-Si lo has hecho-insistió Nicholas-Cada vez que te he tomado en mis brazos he notado que tu corazón no pertenecía a Sevarin.

Decidida a intimidarle, 
Miley usó todos sus recursos.

-Para ser un hombre con experiencia en mujeres, le da mucha importancia a unos pocos besos.

-Tengo la suficiente experiencia para saber que reaccionas a mis besos y que eso te aterroriza. Si Sevarin pudiera hacerte sentir lo mismo no me temerías, pero tu sabes que eso no es así.

-Para empezar, Paul es un caballero, a diferencia de usted, nunca se permitiría besarme como usted lo hace. El...

-¿No? Entonces he sobreestimado a ese tal Sevarin.
Miley ardía de ganas de abofetearle, era inútil discutir con el. ¡Por supuesto que había respondido a sus besos, cualquier mujer lo hubiera reaccionado a sus expertas caricias!

-¿No dices nada?
Miley hubiera podido apuñalarle.

-Voy a decirle porque respondo a sus caricias pero no le va a gustar. De hecho la encuentro no solamente sórdidas sino que además me parecen molestas. La única forma en que puedo soportarlas es imaginando que estoy entre los brazos de Paul y...¡No!-gritó al notar que el la cogía por el brazo.

El la atrajo violentamente contra si, sus ojos de acero se posaron sobre ella, cortantes como una cuchilla.

-Eso..Eso no es verdad-balbuceó ella con un nudo en la garganta.

Los labios de Nicholas tomaron salvajemente los de ella que cedió bajo su presión devoradora. El la sujetaba por la nuca impidiéndole soltarse, ella sintió que le saltaban lágrimas de dolor mientras que el beso parecía que no iba a terminar nunca.

-Miente a quien quieras-gruñó contra su boca-pero no a mi. ¿Lo has entendido?

La apretó aún mas, casi hasta cortarle la respiración. 
Miley  intentó respirar para poder responderle, puso una mano en el pecho de Nicholas para apartarle sin darse cuenta de que fue la ternura de ese gesto lo que le hizo relajar el abrazo.

-Bien-dijo el con tono helado-Eso es un beso molesto, de hecho me pregunto quien de nosotros lo ha encontrado más desagradable.
Miley se sintió herida en lo más profundo y le miró desafiante.

-Supongo que no era lo suficientemente desagradable como para que me libere del compromiso.

Esa respuesta exasperó a Nicholas de tal forma que estuvo a punto de meterla en el pabellón y tomarla en el suelo para enseñarle a no sobrepasar los límites. Miró detenidamente, con insolencia, las formas de ella quien enrojeció bajo su mirada. El sol se reflejaba en su pelo, estaba maravillosa con ese vestido rosa, sin embargo, esta vez, el estaba fastidiado por su forma de ignorarle, ella se merecía una lección.

-Me gustaría liberarte de el si pones algo de tu parte-dijo.

El corazón de 
Miley se detuvo, el estaba demasiado seguro de sí para renunciar a casarse con ella.

-¿Qué debo hacer?-preguntó prudentemente.

-Quiero que me des un beso, para que estemos en paz. Si me gusta te dejaré ir.

-No estoy segura de poder creerle. ¿Por qué me iba a dejar libre de repente?

-Digamos que...los momentos que acabamos de pasar me han hecho reflexionar-dijo el encogiendo los hombros-Pero mi generosidad tiene un precio.

¡Todo tenía un precio! Para escapar a ese matrimonio ella hubiera besado a cualquiera.

-¿Solo debo darle un beso? ¿Y me da su palabra de que con eso seré libre?

-Si. Ni siquiera te acompañaré a casa, lo hará un criado. ¿Estas de acuerdo?

-Si.-dijo ella con rapidez con miedo a que el cambiara de idea.

En lugar de acercarse a ella, el se apoyó en la pared del pabellón y cruzó los brazos.

-Como ves, estoy a tu entera disposición.

-¿Qué quiere decir?

-Tienes que hacerlo tu.

-¿Yo?

¡Dios Santo! ¡Quería que fuera ella quien tuviera la iniciativa! Sus ojos grises la miraban con burla mientras el viento le revolvía el pelo. Repentinamente se enderezó como si hubiera cambiado de idea.

-¡Espere!-gritó 
Miley -Yo... yo...

-¿No sabes como empezar? Sugiero que des un paso hacia delante.
Miley obedeció a pesar de su vergüenza.

-Muy bien-dijo el-Ahora pon tus labios en los mios.
Miley repiró profundamente y le cogió por las solapas del la chaqueta. Poniéndose de puntillas, depositó un casto beso en los labios de el, después retrocedió mientras saboreaba su libertad.

-Si es así como besas a Sevarin, no me extraña que haya tardado tanto en proponerte matrimonio. Y si este casto beso es lo mejor que sabes hacer, considero que nuestro trato esta roto.



-No puedo hacer nada si se queda usted ahí, inmóvil, sin hacer el menor esfuerzo para cooperar.

-Quizá tengas razón, pero cualquier caso eres tú la que tiene que hacer que yo sienta ganas de cooperar.

-¡Cállese!-dijo ella con los ojos llenos de furia-Haga usted su papel y yo haré el mio.

-Me contentaré con seguirte, no tengo ninguna intención de enseñarte lo que ya deberías saber. Tengo más cosas que hacer además de perder mi tiempo con una niña inocente y quejosa.
Miley acusó el golpe, se tragó con esfuerzo las palabras que le venían a la mente y buscó un medio para suscitar el interés de Nicholas. Levantó lentamente sus ojos color jade hacia el, estaban tan llenos de calor y de promesas que Nicholas perdió la cabeza por un instante. Envalentonada por su éxito, deslizó las manos bajo su chaqueta y notó como se contraían los músculos de su pecho. El quería resistirse, una sonrisa cruzó la cara de la joven, pasó las manos por la espalda de el y luego por detrás de la nuca, atrayendo con suavidad su rostro hacia el de ella, con ternura le acarició los labios con los suyos mientras Nicholas sonreía con los brazos todavía inmóviles a los costados.

-Vas progresando-le dijo-Muy lentamente.

Furiosa, ella le hizo callar con un beso esforzándose por obligarle a responder, pero en cuanto ella se alejaba un poco, el hacia lo mismo, parecía totalmente indiferente.

-Le odio-murmuró ella demasiado humillada para mirarle.

Lejos de sentirse divertido, Nicholas estaba furioso, por primera vez en su vida, era incapaz de dominar sus emociones.

-Eso ha estado bastante mejor-dijo suavemente-Ahora podemos despedirnos.

¿Despedirse? Pensó 
Miley olvidado instantáneamente su odio. ¿Esa era entonces la última vez que iban a verse?
Miley miró el bello rostro de Nicholas y se sintió invadida por una extraña nostalgia. El casi parecía un niño cuando su mandibula no estaba crispada y sonreía con despreocupación, a ella le gustaba la tranquila fuerza que desprendía, le gustaba su voz grave y su manera de andar.

-¿Y si empezáramos donde lo dejaste?-preguntó el aproximándose a ella.
Miley levantó la cara, sus labios se unieron, una señal de alarma sonó en la mente de ella. La boca de Nicholas se fundió con la suya y se hizo más exigente, ella pasó los brazos alrededor del cuello del duque, invadida por mil sensaciones.

-¿Te molesto? ¿Este contacto te parece sórdido?

¡El seguía intentando humillarla! 
Miley le clavó las uñas en las manos intentando que la soltara, pero su beso se hizo más profundo y ella tembló.

-¿Te estas imaginando que estas en los brazos de Sevarin?

Estupefacta, 
Miley le soltó preguntándose si sus anteriores palabras le habrían afectado.

-Dime que detestas que te toque-ordenó el-Dilo ahora o no vuelvas a decirlo jamás.

-Yo... No puedo.

-¿No me lo puedes decir? ¿Por qué?

-Porque me ha ordenado no volver a mentir.

Ella vió que su expresión reflejaba una cínica incredulidad y antes de que el pudiera responder, le hizo callar con un beso. Con un juramento, el quitó las manos de ella de su nuca.

-¡No Nicholas!-gritó ella volviéndolas a poner-Por favor.

Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras volvía a besar a ese hombre lleno de ira que había soportado sus caprichos hasta ese día, cuando ella le había herido con sus palabras. El la apartó con violencia, pero 
Miley se volvió a acercar a el y le acarició la boca con sus labios. El se tensó para luego ceder abrazándola salvajemente y besándola con una pasión devoradora, como si quisiera asegurarse de lo que ella decía.

Aturdida por el deseo, 
Miley saboreó ese beso embriagador, el acariciaba su espalda, apretándola contra si como si quisiera fundirse con ella, con un gesto posesivo hasta que los dos cuerpos parecieron ser solo uno. Cuando al fin liberó su boca, Nicholas cogió la cara de su prometida con las manos, acariciando con los pulgares las mejillas enrojecidas de ella, sus ojos grises desbordaban ternura y deseo.

-Eres una pequeña idi/ota, magnifica y maravillosa-murmuró.

La volvió a besar y 
Miley solo tuvo un deseo: apretarse contra el. Sus manos se posaron en los senos de ella y luego en sus caderas. De pronto, todo terminó. El se separó de ella y la beso en la frente, Miley se movió y el la abrazó más fuerte.

-No te muevas, querida, quédate abrazada a mi un poco más.
Miley quería sentir de nuevo sus labios en su boca, abandonarse a el para alejar la tristeza que le invadía, levantó la cabeza y miró sus carnosos labios. Por instinto, Nicholas agachó la cabeza para responder a la invitación pero se contuvo en el último momento.

-No-dijo con una pequeña risa gutural.
Miley le miró extrañada.

-Si me miras así-dijo el-voy a volver a besarte y en ese caso hay muchas posibilidades de que no pueda cumplir mi promesa.

-¿Por qué?-preguntó 
Miley deseando todavía que la volviera a besar.

-¿Porque?-repitió el a pocos milímetros de su boca-Voy a darme el placer de mostrártelo.

-No-dijo 
Miley  volviendo en si-Eso solo conseguiría hacer más difícil nuestra separación-dio un paso hacia atrás y sonrió-Adios Vuestra Gracia.

-¿Por qué tanta cortesía?-preguntó el cogiendo su mano.

Le acarició la palma con el pulgar y luego se la llevó a los labios. 
Miley  apartó la mano rápidamente y observo unos instantes a Nicholas intentando garbar sus rasgos en la memoria.

-Siento haberle causado tantos problemas-dijo ella por fin.

-Puedes seguir haciéndolo tanto tiempo como quieras.

-No me refería a eso y lo sabe.

¿Cómo podía decirle las cosas agradables que estaba pensando si el bromeaba continuamente?

-Le voy a echar de menos-dijo-lo digo sinceramente.

Le dio la espalda y se alejó de el.

-En cuanto a mi padre-dijo mirándole de nuevo-no sea demasiado duro con el, tenga un poco de paciencia, estoy segura de que terminará por devolverle el dinero.

-Me ha dado la mano de su hija, estamos en paz.

-Pero eso a cambiado ya que está usted de acuerdo en dejarme ir-insistió ella.

Nicholas fue hacia 
Miley y la cogió por los hombros.

-¿Qué estas diciendo?

-Prometió que me dejaría ir y...

-¡Te prometí que podrías volver a tu casa!

-¡No! Prometió dejarme libre, libre para no tener que casarme con usted.

-Me entendiste mal, eso no era lo que quería decir.
Miley sintió que el mundo se derrumbaba a su alrededor, hubiera debido darse cuenta de que el no renunciaría tan fácilmente. Le miró y se sintió invadida por un extraño alivio que no tuvo tiempo de entender ya que el la volvió a abrazar.

-Nunca, jamás se me ha pasado por la imaginación la idea de dejarte, ¿cómo podría hacerlo después de lo que ha pasado entre nosotros?-la obligó a levantar los ojos hacía el-Quiero darte un poco de tiempo y eso es todo, vamos a casarnos y no hay nada más que hablar.

-Entonces cumpla su promesa y déjeme volver a casa.

Ella se soltó de su abrazo invadida por multitud de emociones. Nicholas la cogió y la llevó hasta el coche.

-¿No entiende que no puede obligarme a casarme con usted? Puede arrastrarme por el pelo hasta el altar pero nunca consentiré en ser ser su mujer. Es así de simple.

-En ese caso es inútil que te dé el tiempo que quieres, podemos casarnos de inmediato.

El se alejó hacia la casa.

-¿Dónde va?-preguntó 
Miley inquieta por su repentina decisión.

-Voy a ordenar que preparen el equipaje para un largo viaje, luego haré venir una diligencia. Nos vamos a Escocia donde nos casaremos.

-¿Cómo?-gritó 
Miley-No se atreverá. Piense en lo que dirá la gente.



-No me importan los cotilleos-dijo el encogiendo los hombros-Una vez que estemos en Escocia podrás elegir si te casas conmigo o no. En ese último caso volveremos sin casarnos después de una escapada de una semana nosotros dos solos. Imagínate el escándalo. También puedes elegir hacer una verdadera boda en Londres y convertirte en duquesa. ¿Qué decides?

-La boda-respondió ella después de pensarlo un momento.

No tenia demasiada elección, sin embargo también podía huir con Paul.

-
Miley, deja de pensar en Sevarin, mira la realidad a la cara.

Durante el trayecto hasta su casa, intentó ordenar sus ideas. Sola en su cama, volvió a pensar en Paul, en el modo en que el había proyectado la restauración de su casa, incluso había pensado en una habitación para los niños. Y ella acababa de traicionarle. Ella era indigna tanto de Paul como de Nicholas.

Al amanecer ya había tomado una decisión, iba a fugarse con Paul a pesar de escándalo y de la vergüenza. Se levantó sin haber descansado, y se sentó en la mesa, pálida y distante, sin apenas saludar a Anne.

-Bien-dijo su padre ignorando su silencio-¿El duque y tu os habéis puesto de acuerdo en una fecha?

-¿Qué fecha?-preguntó ella mirándole a los ojos con desafió.

-No me tomes por imb/ecil. Hablo de tu matrimonio.

-¿Mi matrimonio? He olvidado decirte que no habría matrimonio.

Se levantó y dejó el comedor.

-Martin, eres realmente un tonto tratándola así-dijo Anne-No es extraño que se rebele.

Ella siguió a su sobrina. Unos minutos más tarde, Martín decidió visitar a su futuro yerno.

Al final de la mañana, 
Miley miraba aburrida a su tía mientras esta bordaba. Anne le dio una carta.

-Es de Alexander-dijo la joven cuya mirada se iluminó mientras abría el sobre.

Su sonrisa pronto se desvaneció.

-Llega mañana a Londres-anunció horrorizada.

-Al duque no le va a gustar verle aquí además de Paul Sevarin.

No debía venir de ningún modo, se sentiría escandalizado por su fuga con Paul la semana siguiente. 
Miley fue a buscar algo para escribir.

-¿Qué le vas a decir?

-Le diré que se quede en Londres. ¿Qué enfermedad puedo decirle que tengo? ¿La peste, la malaria?

Al ver que su tia no compartía su humor dijo:

-Solo le voy a decir que tengo compromisos fuera de aquí y que no podré verle. Creo que no se quedará mucho tiempo, ha venido para una fiesta en casa de lord Marcus Rutherford.

-Lord Rutherford frecuenta las mejores familias de Europa-comentó lady Anne.

-En cualquier caso, ha elegido un buen momento para invitar a Alexander-dijo 
Miley escondiendo la carta.

Volvió a coger con nerviosismo el bordado pero se vió sorprendida por una risa.

-¿Qué estas haciendo con esa pobre tela, la estas bordando o la estas rompiendo?

Ella se preguntó cuanto tiempo llevaria Nicholas alli observándola desde la puerta. Su presencia parecia llenar la habitación y 
Miley se sintió feliz al verle. Molesta por haber mostrado su alegria, bajo los ojos y vió una gota de sangre en su dedo.

-¿Debo llamar al doctor Whitticomb?-propuso el duque con una sonrisa irresistible-También puedo ir a buscar al doctor Thomas.
Miley se mordió el labio para no reir.

-De hecho el doctor Thomas esta demasiado ocupado con otra paciente en este momento, una yegua. En cuanto al doctor Whitticomb, creo que esta furioso por haber sido manipulado la última vez.

-Manipulado-repitió Nicholas.

-Lo sabe usted muy bien-murmuró 
Miley poniéndose seria.

El duque la miró frunciendo el ceño, ella le preocupaba.

-Tengo que pedirte un favor-dijo cercándose-Me gustaria que me acompañaras a Londres a un baile, puedes llevar a tu doncella, esa que siempre me mira como si fuera a robar la plata.

-Clarissa-dijo 
Miley buscando una excusa para rechazar la invitación.

-Hará las veces de chaperona. Si salimos mañana por la mañana, podremos estar en Londres al final de la tarde. Tendras tiempo de visitar a tu amiga Emily, estoy seguro de que los archibald se sentirán felices de alojarte. Volveremos al dia siguiente por la mañana-sin darle tiempo de contestar añadió-Tu tía les esta escribiendo una nota.

-No tenia que pedirme un favor-dijo 
Miley -tenia que darme una orden.

-Esperaba que eso te gustara-explicó el.

Frente a tal suavidad ella capituló.

-¿Quién da el baile?

-Lord Rutherford.

El duque no se esperaba una reacción así, la joven abrió los ojos, estalló en carcajadas nerviosas y se desplomó en sus brazos. A fin se recompuso con los ojos brillantes de alegría.

-¿Mi tía sabe que es en casa de los Rutherford?

-No ¿Por qué?
Miley le enseñó la carta de Alexander.

-Esta mañana he escrito a Alexander para decirle que no viniera porque tenia que salir de viaje.

-Muy bien-dijo el duque después de leer la misiva.

Le molestaba que ella llamara de la Ville por su nombre de pila, sin embargo seria con el con quien 
Miley iría a ese baile. Depositó un beso en la frente de ella.

-Vendré a buscarte pasado mañana a las nueve a las nueve.

5 comentarios:

  1. me encanto esto cada vez esta mas emocionante estoy deseando leer el siguiente bss

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  2. gjijicjgijgitj me encantaron,, espero el siguiente

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  3. AWWW ME ENCANTO!!!!
    AMO ESTA NOVELA
    SUBE YA EL SIGUIENTE!!!
    BESOS

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