sábado, 3 de mayo de 2014

Tù eres mi Amor - Cap: 21



-¿Sabe?-le confesó Miley a Nicholas cuando se despidieron de los Archibald-nunca me ha gustado el campo.

-Eso me sorprende-respondió el duque con una carcajada atrayendo la dolorida cabeza de ella hasta su hombro.
Miley suspiró y luego se quedó dormida. Cuando despertó casi habian llegado a su destino y ella se sentia bastante mejor.

-Creo que no he sido una buena compañía-se disculpó con una sonrisa de disgusto-Espero que se quedara a cenar con nosotros, yo...

-Tengo que volver a Londres esta misma noche-cortó el duque.

-¿Esta noche?-repitió 
Miley enderezándose-¿Cuánto tiempo estara ausente?

-Una semana.
Miley apartó la cabeza para esconder su satisfacción. Asi Nicholas no podria lanzarse en su persecución cuando se fugara con Paul hacia Escocia. ¡Que suerte! No, eso era una catástrofe.

Se imaginó a Nicholas hablando de su compromiso cuando estuviera con sus amigos en Londres. Iba a hacer el ridículo cuando ella se fuera con Paul. Cerró los ojos con pesar. Por nada del mundo queria infligirle tal humillación, el no se lo merecia.

Era necesario evitar el escándalo, Paul tenia que llegar al dia siguiente, si se iban de inmediato, ella tendría tiempo de avisar a Nicholas en Londres. Al menos una vez que este estuviera al corriente podria negar el rumor de su compromiso sin perder su orgullo.

Pensó en Paul, en el escándalo que provocaria su fuga, en los hermosos proyectos que habia hecho para los dos.

Nicholas la cogió de la barbilla y ella se sobresaltó.

-Cuando vuelva Paul-dijo el con autoridad-quiero que le digas enseguida que no te vas a casar con el. No toleraré que digan por todas partes que mi futura esposa esta prometida a otro hombre. ¿Esta claro?

-Si-murmuró ella.

-Quiero que me des tu palabra.

-Yo...-balbuceó ella avergonzada por tener que mentirle traicionando su confianza-Le doy mi palabra.

La expresión del duque se suavizó.

-Ya se que no será fácil pequeña, pero te prometo que te compensaré algún día.
Miley notó que sus ojos se llenaban de lágrimas y que la garganta se le cerraba.

-¿Me perdonas?-preguntó Nicholas.

¿Perdonarle? La joven estaba tan apenada que por un momento estuvo a punto de confesárselo todo. Asintió con la cabeza y le miró directamente a los ojos, memorizando sus rasgos. Estaban llegando ya.

-¿Por qué vuelve tan rápidamente a Londres?-pregunto ella al ver que llegaba el momento de la despedida.

-Me he entrevistado con mi administrador esta mañana y tengo que tomar algunas decisiones. Tengo que invertir una importante suma-explicó el con una sonrisa tranquilizadora-En contra de lo que se dice no llevo una vida disoluta, poseo siete propiedades, tengo miles de empleados de los cuales debo ocuparme. Y últimamente toda mi atención estaba concentrada en ti querida.
Miley iba a entrar en su casa cuando la voz de Nicholas detrás de ella la detuvo

-Mis asuntos solo me retendrán una semana pero creo que necesitaras un tiempo después de que rompas con Sevarin. Me quedaré hasta el domingo salvo que me envies un mensaje antes.

Le indicó donde podria encontrarle, evidentemente esperaba que ella le pidiera que volviera antes. 
Miley le puso una mano temblorosa en el brazo.

-Nicholas yo...-su voz se rompió al ver su tierna expresión.-Le deseo que tenga buen viaje-consiguió decir.

Después se alejo sin darse la vuelta de nuevo.

Una vez en su habitación, envió un mensaje a casa de Paul pidiendo a los criados que se la entregaran en cuanto volviera sin importar la hora. El joven por su parte debía avisarla de su llegada y reunirse con ella en el pabellón de caza.

Al anochecer, todavía no tenia noticias de Paul. 
Miley estuvo a punto de pedirle a su tia que la ayudara a fugarse pero la razón le dijo que esta última no lo admitiría nunca, de modo que hizo su equipaje en silencio y se acostó. Se repetía mentalmente lo que iba a escribirle a Nicholas, este primero se sentiría feliz al recibir su mensaje pensando que ella queria que volviera, después su sonrisa se apagaría.
Miley se estremeció, ya no estaba ni siquiera segura de tener el valor ni la voluntad de fugarse. Las lagrimas cayeron sobre la almohada al imaginar la reacción de Nicholas cuando volviera de Escocia. No volverían a reir juntos, nunca volvería a tomarla entre sus brazos ni la llamaría pequeña con una voz llena de ternura.



El mensaje de Paúl llegó a la mañana siguiente a las once, abrigándose bien, 
Miley monto en Khan y salió al galope. Al llegar a la casa, ató al caballo cerca del de Paul y entró. Un miserable fuego iluminaba la lúgubre y vacía estancia. Miley se volvió con rapidez al oir un ruido detrás de ella.

-¡Paul!

-Me parece que me estabas esperando-dijo el abriendo los brazos.-Ven...
Miley se precipitó sobre el y levantó la cabeza a la espera de un beso.

-Te he hechado de menos-dijo el en su pelo-¿Me has hechado de menos tu tambien?

-Si-respondió ella distraida mientras se soltaba de su abrazo-Paul tengo que hablar contigo. Sin duda te vas a sorprender.

-Adoro las sorpresas.

-Bueno, esta no te va a gustar. ¿Conoces al señor Westland?

Paul asintió.

-Su verdadero nombre es Westmorwland.

-¿El famoso duque? ¿El que desapareció?-preguntó Paul con una expresión entre incrédula y divertida-¿El que posee cincuenta propiedades, los mejores caballos de Europa y que está comprometido con las jóvenes más hermosas?

-De hecho solo posee siete propiedades-corrigió 
Miley desorientada-Ignoro cuantos caballos tiene pero en cualquier caso, solo esta comprometido con una sola mujer. Paul, quizá te parecerá extraño pero es conmigo con quien se va a casar.

Paul empezó a reirse y fue hacia para cogerla en sus brazos.

-Si insiste tendré que confesarle que bebes coñac a escondidas-dijo acariciándole la mejilla.

-¿Crees que estoy borracha?

-Estas completamente bebida-dijo el antes de volver a ponerse serio-Deja de intentar ponerme celoso, si estas enfadada por mi prolongada ausencia, solo tienes que decirlo.

-No intento ponerte celoso-gritó ella temblando de ira-Intento hacerte comprender que estoy prometida a Nicholas Westmoreland desde el mes de junio.

-¿Cómo?

-En realidad debe ser desde julio-corrigió ella-y no fui yo quien aceptó, sino mi padre.

-Entonces dile a tu padre que se case el-dijo Paul-Tu me amas a mi, es asi de simple-la miró con intensidad-Me estas manipulando y eso no me gusta. Lo que dices no tiene sentido.

-No estoy haciendo nada-contestó 
Miley-Es la verdad.

-Entonces dime como puedes estar comprometida desde el mes de julio con un hombre que conociste en septiembre.

-Me lo presentaron en Francia-explicó ella impresionada por su aspecto severo-No presté atención al nombre y olvidé su cara. Después el me volvió a ver en un baile de máscaras y entonces decidió casarse conmigo, pero el sabia que yo queria casarme contigo, entonces ofreció dinero a mi padre.

-¿No esperaras que te crea?

-En realidad no, pero es la verdad-confesó 
Miley-Lo supe por casualidad el dia que te fuiste. Después las cosas empeoraron.

-No se como podrían ponerse peor-respondió Paul con ironía.

-Bueno, fui con Nicholas a una fiesta y el anunció a sus amigos que íbamos a casarnos.

-¿Entonces aceptaste casarte con el?

-No, por supuesto que no.

Paul le dio la espalda y miró el fuego de la chimenea, luego se volvió con la cara lívida.

-¿Quieres decir que pagó a tu padre para conseguir tu mano? En general son los padres quienes dan una dote a sus hijas y no al revés.
Miley entendió de inmediato a lo que el se refería y se sintió llena de piedad por los dos.

-No tengo ninguna dote Paul. Mi padre la perdió al igual que mi herencia.

Paul se apoyó en la pared y cerró los ojos. 
Miley tenia que seguir el camino que se habia trazado, su mente le decía que no lo hiciera pero ella no podía abandonarle asi, tan desamparado.

-Paul, mi padre me ha hablado de tu situación financiera, pero eso me da igual. Tienes que creerme, me casaré contigo pase lo que pase, pero tenemos que hacerlo rápidamente. Tendremos que fugarnos a Escocia y casarnos alli. Luego...

-¡Huir!-gritó Paul sacudiéndola-Estas loca. Mi madre y mi hermana no lo podrían soportar.

-Seré yo quien asuma toda la vergüenza-protestó 
Miley.

-Me da igual tu vergüenza. ¿No ves lo que me has hecho? Acabo de gastarme una pequeña fortuna en una diligencia y cinco caballos.

¿Cómo podia ella ser responsable de eso? De pronto comprendió y sintió una puñalada en el corazón.

-Te has gastado el dinero que pensabas obtener con mi dote cuando nos casaramos ¿es eso?

Paul no tuvo necesidad de responder, ella podia leer la verdad en sus ojos llenos de ira.

-Desde el momento en que acepté casarme contigo ya empezaste a pensar como gastar mi dinero-sus ojos brillaron de lagrimas-¿Qué clase de hombre eres?

-No seas est/úpida. Por supuesto que te amaba sino nunca te hubiera pedido que te casaras conmigo.

-¡Amarme! Ninguno de tuotros conoce el significado de esa palabra. Mi padre me ama y me vendió para salvarse. Al menos Nicholas no simula amarme.

-Encontraré una solución-suspiró Paul-pero esta fuera de toda discusión el fugarse a Escocia. ¿Westmoreland esta dispuesto a renunciar a ti?

-No-contestó orgullosamente 
Miley.

Giró los talones y se preparo para irse.

-Courtney Ashton sigue libre, estoy segura de que su dote podrá cubrir tus locos gastos. Deberías pensar en la manera de meter la mano en su dinero.

-¡Cállate! Si no lo haré yo.
Miley se fue dando un portazo. Espero sin embargo hasta llegar a su habitación para ponerse a llorar. Se odiaba a si misma por haber sido tan est/úpida.

Al llevarle la cena, Clarissa la encontró con los ojos hinchados. Comió sola presa de las emociones más contradictorias. Al dia siguiente ya no estaba enfadada con Paul, de hecho se sentia extrañamente culpable. Habia visto en el al Príncipe Encantado y habia hecho todo lo posible para obligarle a pedir su mano. Más tarde se paseó por la rosaleda reflexionando en su situación. Estaba segura de que Courtney amaba a Paul, tenia que encontrar un medio de acercarles.
Miley decidió actuar, entró en casa y envió un mensaje a Courtney preguntándose si esta respondería en vista de que eran rivales desde hacia años. Unas horas después se sobresaltó al oir la voz de la joven en la puerta.

-¿Me has pedido que viniera?-pregunto Courtney con aspecto asustado.

-Si, y estoy encantada de que hayas aceptado venir-respondió 
Miley con una gran sonrisa tranquilizadora-Permite que te coja la capa y los guantes.

-Prefiero dejármelos puestos.-dijo la otra.

-Te entiendo-suspiró 
Miley acordándose del dia que había escondido la capa de Courtney solo porque Paul le habia hecho algunos cumplidos.

Intentó aligerar el ambiente con una taza de té.

-Courtney-dijo por fin-Tengo que pedirte disculpas por mi conducta injusta y por mis tonterías de infancia por culpa de Paul. Debes odiarme, lo sé, pero me gustaria ayudarte.

-¿Ayudarme?

-A casarte con Paul.

-¡No!-gritó Courtney con los ojos desorbitados-¡No es posible!

-Si. Eres hermosa y Paul siempre...

-No-dijo con firmeza Courtney-Eres tu la que es hermosa, yo solo soy...digamos que bonita.

-Tienes muy buena educación, siempre hacer lo que hace falta cuando hace falta.

-Pero es muy monótono. En fin estoy feliz por Paul y por ti 
Miley.

Al ver la mirada apenada de esta, Courtney continuo:

-Se que vuestro compromiso debe ser un secreto, pero como todo el mundo habla de ello...

-¿Qué quieres decir? ¿Quién lo sabe?

-Bueno, el señor Oldenberry, el farmacéutico nos lo dijo a Margaret y a mi. Dice que la noticia se la dio lady Eubank, quien la supo por la madre de Paul.

-¡No es cierto!-gritó 
Miley

-No me digas que es falso-imploró Courtney con la cara destrozada-No ahora que Peter está a punto de pedir mi mano, no lo hará si cree que Paul está libre. Es demasiado tímido y cree que yo amo a Paul lo cual es absolutamente falso. Incluso si ese fuera el caso, mi padre no me dejaría nunca casarme con un manirroto cuyas tierras están hipotecadas.

-¿Peter Redfern es tímido?-repitió 
Miley incrédula.

-Lo es conmigo al menos.

-¿Quieres decir que estas enamorada de el desde hace tanto tiempo?

-Si-confesó Courtney. Pero si tu descubres que no te vas a casar con Paul, Peter no hara nada. Y yo..Yo...

Cogió su pañuelo de encaje y se secó los ojos.

-¿Cómo consigues llorar con tanta gracia?-preguntó 
Miley-Yo siempre tengo los ojos rojos, yo resopló y sollozo.

-Dices que quieres que te perdone, entonces hazme un favor: espera todavía unos dias antes de decir públicamente que no te vas a casar con Paul. Presiento que Peter está a punto de declararse.

-No te imaginas lo que me estás pidiendo. Si cierta persona llegara a conocer los rumores no doy nada por mi vida.

Al ver a Courtney al borde de la lágrimas, añadió a desgana:

-Te doy tres dias, después lo desmentiré.

A solas en su habitación, 
Miley pensó en la reacción de Nicholas. Solo Paul podia poner las cosas en su lugar pero no debia estar de humor para ayudarla. La única solución era ir a Londres para explicárselo todo al duque cara a cara. Entonces no podria odiarla. Fue a buscar a su tia y le contó toda la historia sin omitir ningun detalle.

-¿Qué vas a hacer ahora?-le preguntó Anne.

-Creo que voy a visitar de nuevo a Emily. Avisaré enseguida al duque de mi llegada y vendrá a verme, entonces le hablare de los cotilleos de los que soy victima en el pueblo. No se enfadará si sabe que no tengo nada que ver.



-Te acompaño.

-Me gustaria mucho pero hay una pequeña posibilidad de que el vuelva sin que yo le haya podido encontrar. Quiero que estes aquí por si viene a pedirte explicaciones.

-Eso es divertido-dijo lady Anne disgustada-Esta bien, me quedaré. Si consigues verle ¿Qué explicación le daras por tu visita?

-Le voy a contar la verdad. Es muy desagradable tener la impresión de ser una marioneta que puede manejar según sus deseos por temor a su ira. También le diré eso.

-Ya que estas-dijo Anne con un brillo en los ojos-¿por qué no decirle tambien que le aprecias y que piensas respetar el contrato? Eso realmente le gustaria.

-Eso esta fuera de discusión. Nunca se ha preocupado por mis sentimientos, no veo porque debería halagar su vanidad. Además todavía no estoy decidida a casarme con el.

-Desde luego que si querida. Y las cosas serian mas fáciles si reconocieras tus sentimientos. Me parece que ese hombre te ama con un amor sin límites y el seria el primero en extrañarse si lo admitiera, y tu te sentirías halagada.



Courtney Ashton visitó a su amiga todos los dias para darle cuenta de sus progresos, pero al tercer dia Peter todavía no se habia declarado.

-Las cosas no han avanzado mucho-declaró la joven a 
Miley que estaba haciendo el equipaje.

-¿Estas segura?-preguntó esta metiendo una brazada de ropa en la maleta.

-Segura. Le invité a cenar en mi casa esta noche sin mis padres ¿Sabes lo que respondió? Que le gustaba cenar en compañía de mis padres.

-¡Que imb/ecil! Tu puede que te des por vencida pero yo no. Sobre todo con Peter Redfern. Te adora desde que éramos niños. Tengo una idea-exclamó haciendo retroceder a Courtney en su sillón.

-Sea lo que sea, estoy de acuerdo.

-Si, vas a estarlo señorita Ashton. Te invito a acompañarme a Londres.

-Pero yo no quiero ir a Londres-gimió ella-Quiero a Peter.

-Lo sé y lo tendrás desde esta noche. Repite: Si, te acompaño a Londres.

La joven obedeció

-Pero no quiero ir.

-Mejor, porque no vas a ir. Acabas de aceptar, asi podrás decirle a Peter que vas a ir sin mentirle. Ahora escríbele una nota para invitarle a cenar con nosotras esta noche. Dile-
Miley pensó un momento-Dime que tenemos un proyecto de lo mas alocado. Eso le volverá loco.

-A Peter no le va a gustar.

-En efecto-confirmó 
Miley triunfante-Aunque yo haya madurado, Peter siempre espera verme cometer alguna estupidez.

-Si Peter desaprueba este viaje, no iré-insistió Courtney.

-¿No entiendes que al saber la noticia se verá desesperado? Intentará hacerte cambiar de idea. Entonces tu le diras que yo insisto, y yo lo confirmaré. Solo le quedará una solución.

-¿Cuál?

-Pedir tu mano tonta. Por favor-dijo cogiendo la mano de su amiga-Confia en mi. Cuando un hombre tiene miedo de perder a una mujer, la pide en matrimonio, lo sabe todo el mundo. Querrá protegerte de las malas compañías que podrías tener si vienes conmigo. Date prisa en escribir esa nota. Ya lo verás.

Courtney lo hizo a disgusto. Tres horas después, a pesar de sus protestas, Courtney estaba vestida con el vestido más atrevido de 
Miley y sus rubios rizos estaban peinados en un rodete.

-Mira lo hermosa que eres-dijo 
Miley llevándola hasta el espejo.

La joven se tensó al ver el gran escote.

-No puedo hacerlo-barbotó enrojeciendo.

-Si puedes.

-¿Crees que a Peter le gustará?

-Por supuesto que no porque le diré que en Londres voy a hacer que te compres más para las numerosas fiestas a las que iremos.

Peter se presentó a las ocho de la tarde. Dirigió un saludo con la cabeza a 
Miley y buscó a Courtney con los ojos. Esta le daba la espalda, cuando se dio la vuelta, la expresión de Peter se paralizó, la miró con la boca abierta.

-Mañana me voy a Londres con 
Miley. Ella cree que tendré mucho éxito en cuanto haya renovado mi guardarropa y cambiado mi peinado. Tambien me va a enseñar a flirtear. Por supuesto espero no cambiar tanto que no puedas reconocerme cuando vuelva.
Miley se mordió los labios.

-¿Qué estas haciendo?-le preguntó Peter fuera de si.

-Intento solamente cogerla bajo mis alas-respondió ella con inocencia.

-Estaria más segura debajo de la guillotina. No voy a permitir...

-Vamos Peter, sé razonable. Solo voy a presentar a Courtney a algunas personas encantadoras, todos de excelentes familias. Estoy segura de que Courtney no se va a enamorar de muchos a la vez. Esta en edad de casarse, lo sabes. Tiene un año más que yo.

-Sé los años que tiene-gritó el pasando con nerviosismo la mano por el pelo.

-Entonces también debes saber que lo que ella haga no te incumbe. No eres ni su padre, ni su marido, ni siquiera su prometido, asi que deja de gritar y vamos a cenar.

Ella pensaba que Peter pediria la mano de Courtney al acompañarla a su casa pero se equivocaba. Los encontro con las manos unidas al llegar al salón unos minutos después.

-Siento fastidiar tus planes-dijo el-pero Courtney no te acompañará a Londres.Ha aceptado ser mi esposa. ¿Y ahora que tienes que decir?

-¿Qué tengo que decir? Te noto muy caballeroso. Yo queria descubrirle la vida de Londres.



-Ya que te empeñas, solo tienes que llevarla alli para comprar el ajuar. Si su padre me concede su mano esta noche, ella podrá irse mañana. Además me ha dicho que queria que fueras su dama de honor.

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