jueves, 22 de mayo de 2014

Tù eres mi Amor - Cap: 23



Dos elegantes cabriolets esperaban delante de Claymore House.

Los visitantes que se paseaban por las habitaciones lujosamente amuebladas de la residencia ducal estaban sin aliento ante tanto esplendor. Al levantar los ojos podian admirar un techo pintado por Rubens quien habia trabajado en la decoración del castillo. Pero ahora Nicholas detestaba esta casa por lo que habia pasado en ella una semana antes. Instalado en su despacho con las paredes forradas de madrea, escuchaba a su abogado que resumia las instrucciones que acababa de darle.

-Si lo he entendido bien, Su Gracia, quereis revocar la petición de matrimonio que hicisteis a la señorita Stone pero sin reclamar la suma que se gastó.

-Exactamente-confirmó el duque-Me voy hoy mismo hacia Grand Oak donde me quedaré dos semanas. Me gustaria que los papeles estuvieran listos a mi regreso.

Después se levantó para teminar con esa penosa entrevista.



El coche del señor duque acaba de entrar en el paseo-anunció con visible placer el mayordomo a la duquesa viuda de Claymore.

Ella se acercó a la ventana de la mansión que su difunto marido le habia dejado como casa de campo. Menos prestigiosa que Claymore House, la mansión recibia sin embargo numerosos invitados a los que les gustaba su parque.

La duquesa comprobó su aspecto en el espejo, a los cincuenta y cinco años, Alicia todavía era delgada y elegante, su pelo negro estaban sembrados de mechas blancas que solo acentuaban su dignidad natural. Su hijo le habia hecho llegar una nota anunciándole su llegada para una estancia de dos semanas. Eso era algo muy poco habitual.

Lady Westmoreland extendió las manos para recibir a su hijo mayor. Nicholas la cogió cariñosamente en sus brazos y depositó un beso en su frente.

-Estas mas bella que nunca-dijo.

Su madre dio un paso atrás para mirar la expresión rigida de su hijo.

-¿Te duele algo querido? Tienes muy mal aspecto.

-Gracias por el recibimiento mamá-respondió el evitando la pregunta-Yo tambien estoy encantado de verte.

-Por supuesto que estoy contenta de verte. Lo que queria decir es que te he visto en mejor forma otras veces-le indicó que se sentara cerca de ella-Stephen esta loco de alegria ante la idea de pasar dos semanas enteras contigo. Ha planeado un montón de recepciones. A estas hora esta de camino con los invitados. Dudo que tengas tiempo de aburrirte. Si has venido buscando tranquilidad creo que te vas a decepcionar.

-No pasa nada-dijo Nicholas con voz cansada.

Fue a servirse un whisky.



-Aquí esta el canalla que hace de mi un pobre hijo pequeño sin un céntimo-dijo Stephen Westmoreland desde la entrada.

Guiñó un ojo a su madre y dio un golpe cariñoso a su hermano.

-Estaba cansado de disculparte ante todas las bellezas de Londres-dijo para explicarle el ruido de las conversaciones que llegaban desde el vestíbulo-Asi es que las he traido hasta aquí.

-Bien-dijo Nicholas sin entusiasmo.

Una expresión pensativa pasó por los ojos azules de Stephen haciendole parecerse a su hermano. Como el, era alto y moreno, pero no tenia ni la elegancia ni la autoridad de Nicholas. Tenia sin embargo reputación de ser más sociable que el. Tenia fortuna propia y se confesaba mas bien satisfecho de dejar el titulo de duque y sus responsabilidades a su hermano mayor.

-Tienes realmente mal aspecto Nicholas.

-Tienes razón-confirmó la duquesa-Yo le he dicho lo mismo.

-¿T tambien se lo has dicho?-bromeó Stephen depositando un beso en la mano de su madre.

-Debe ser una tradición familiar el olvidar los saludos normales para hacer observaciones maleducadas. Buenos dias Stephen.

Rápidamente Nicholas se excusó pretextando estar cansado y se retiró.

-Intenta averiguar que es lo que le atormenta-dijo la duquesa a su hijo pequeño en cuanto Nicholas se marchó.

-No tolerará que me mezcle en sus asuntos y lo sabes muy bien. Ademas puede que solo sea cansancio.

Sin embargo Stephen observó a su hermano durante todo el tiempo que estuvo alli. Este último se escapaba invariablemente para dar largo paseos a caballo mientras los demas se divertían.

Cada dia habia una lujosa fiesta durante la cual inevitablemente nacian idilios en el grupo formado por una quincena de jóvenes.

Nicholas cumplia con su papel de anfitrion con su elegante desenvoltura natural. Stephen veia divertido como flirteaban las jóvenes con el haciendo de todo para atraer su atención. El duque a veces sonreía pero su mirada seguía siendo triste.

Los dias pasaron y pronto llegó la víspera de la marcha de los invitados.

-Creo que tu hermano se aburre con nosotros-dijo Janet Cambridge a Stephen señalando a Nicholas.

Naturalmente, el habia oido sus proposiciones pero no se tomó la molestia de rechazarla con educación.

Hasta hacia poco, habia sido sensible a la belleza de Janet, pero ahora le faltaba algo mas. Sus ojos no eran de jade y no le miraban como...Miley.

Torturado por ese recuerdo, se preguntó que estaria haciendo ella en ese momento. ¿Estaria con Sevarin o con de la Ville?

Pensó en la manera en que ella le habia dicho que aceptaba casarse con el. El se habia reido de ella. Recordo la pasión de sus besos. Tendría que haberla retenido. Dejo el vaso con violencia y dejo la estancia furioso por haber hecho algo irreparable.

Cuando los invitados se fueron, los dos hermanos pasaron su última noche juntos bebiendo. Ligeramente bebido, evocaron sus recuerdos de infancia.

-¿Qué es lo que haces?-preguntó Stephen al ver que su hermano volvia a llenar el vaso-¿Quieres ahogarte?

-Intento beber mas que tu.

-Estoy seguro de que lo conseguiras, pero lo lamentaras después. No deberias jamás haber...

-Es verdad no deberia haberlo hecho jamas-cortó Nicholas-Lo siento, pero ella...ella me lo ha hecho pagar multiplicado por cien.

-¿Quién te ha hecho pagar?-preguntó su hermano alarmado por el dolor que leia en su mirada.

-Ella.

-¿Quién?-insistió el joven esforzándose en concentrarse.

-La de los ojos verdes. Me lo ha hecho pagar puedes creerme.

-¿Pero que es lo que te ha hecho pagar?

-Pedi su mano-explicó Nicholas-Pagué al imb/ecil de su padre. Pero 
Miley no queria saber nada de mi-bebió un trago de whisky-Ella se comprometió con otro. Todo el mundo hablaba de ello. Al final no, ella no estaba prometida pero yo crei que si... y yo...

-¿Tu que?

-No crei que todavía fuera virgen. Lo ignoraba hasta que la tomé...y...

Se hizo un pesado silencio. Stephen intentaba comprender lo que habia pasado. ¿Asi que los rumores de un compromiso estaban fundados? Pero esta historia...Su hermano siempre tenia a todas las mujeres a sus pies. Debia estar muy enamorado de esa 
Miley.

A la mañana siguiente Nicholas se fue.

-Parece deshecho-dijo la duquesa a Stephen.

-En efecto lo esta.

-Tenemos que irnos los dos. Ayer por la noche no conseguia dormir y entonces volvi a bajar, al pasar por delante de la biblioteca note que estabais borrachos. Estaba a punto de entrar cuando...

-¿Cuándo oiste lo que decia Nick?-completó Stephen con una sonrisa.

-¿Cómo pudo hacer algo asi?

-No lo sé. Evidentemente amaba a esa joven. Por otra parte es un hombre...

-No me tomes por imb/ecil Stephen. Soy adulta, tengo dos hijos, se muy bien que los hombre tienen ciertas...

-Exigencias-propuso Stephen al ver el apuro de su madre-Lo que queria decir es que parece haber encontrado por fin la mujer que buscaba. Debe ser pobre. En cualquier caso ella le rechazó.

-Debe estar loca para rechazar a tu hermano.

-No lo creas. A Nicholas no le gustan las mujeres est/úpidas.

-Debes tener razón-suspiró lady Westmoreland levantándose-A mi me parece que el la adora.



Nicholas releyó el documento que rompia su compromiso antes de firmarlo.

-Hay otra cosa-le dijo al abogado-Adjunte a este documento diez mil libras a la orden de la señorita Stone.

Abrió un cajón y cogió una hoja en blanco que miró un momento. No podia creer que todo iba a terminar asi.

“Te deseo la mayor felicidad con Paul y te ruego que aceptes este regalo” escribió sabiendo que ella estaria furiosa al recibir el dinero.

Se levantó y despidió al abogado con un gesto. Por un momento tuvo ganas de llamarle para romper el sobre. Queria haber escrito a 
Miley que lo lamentaba, que la suplicaba que volviera, que queria tener una hija con ella, una hija que tuviera su sonrisa, sus ojos, su...

Juró violentamente y se metió de lleno en el trabajo para olvidar a 
Miley.

Se presento en cada fiesta con una mujer diferente, pero ninguna conseguia arrancar de su corazón a la mujer que amaba. Poco a poco empezó a decirse que si lo deseaba de verdad conseguiria sacársela de la cabeza.

Pasaron las semanas y empezó a sonreir de nuevo.

Los dias de 
Miley en Londres eran todos iguales, pasaba su tiempo paseando con Courtney y Emily por el parque. Alexander la iba a visitar a menudo, ella no le acompañaba cuando salia pero al menos el conseguia hacerla sonreir.Miley soportaba con dificultad la vision de la felicidad de Courtney cuyo matrimonio debia celebrarse cuatro dias mas tarde, se sentia dividida entre un pasado que queria olvidar y un futuro en el cual no se atrevia a pensar.

Cuando Courtney empezó a enumerar las incontables calidades de Peter, 
Miley cogió su capa y se fue corriendo al parque donde vagó sin rumbo. La tia Anne llegaría pronto para asistir a la boda. Insistiría en saber porque su nieta no podia casarse ya con el duque. Cuando lo supiera querría saber mas, encontrar una explicación a la actitud de Nicholas.Miley se sentó en un banco sumida en el mas completo abatimiento. En el transcurso de esas cuatro semanas no habia tenido el valor de pensar en lo que habia pasado aquella noche. Ahora no podia pensar en otra cosa. Pero lo que ella veia una y otra vez era el asombro de Nicholas al descubrir su virginidad y su dulzura mientras la consolaba.

Un doloroso sollozo le cerró la garganta, pero era por Nicholas por quien sufria, no por ella. Se odió y se levantó rapidamente. No iba a lamentarse por el hombre que la habia violado.

Sin embargo notaba que las lágrimas subian a sus ojos, luego se dejó llevar y lloró amargamente. Al llegar a la casa de los Archibald, se sentia mejor de lo que se habia sentido desde esa dramatica noche.

Lord Archibald estaba ausente. Las dos mujeres cenaron juntas y 
Miley se dio cuenta de que todavía podia divertirse.

-Pareces estar mejor-dijo Emily.

-En efecto.

-Mejor porque tengo que pedirte algo.

-Te escucho-dijo 
Miley bebiendo un poco de té.

-Mi madre me ha escrito diciéndome que estabas prometida a Paul Sevarin ¿es cierto?

-No. Estoy prometida a Nicholas.

La fina taza de porcelana se deslizó de las manos de Emily y se rompió en el suelo, abrió mucho los ojos y una sonrisa apareció en sus labios.

-¿No bromeas?
Miley sacudió la cabeza.

-¿Estas segura?

-Por completo.

-No se si creerte-dijo Emily.

-¿Estarias dispuesta a apostar?

-Espero que no mientas.

-No miento.

-Pero... ¿Cuándo ha sucedido?


Miley quiso contárselo pero se controlo. Necesitaba hablar con alguien pero no deseaba poner en peligro la paca serenidad que habia encontrado ese dia.

-No creo que sea necesario hablar Emily-dijo levantándose.

-¡Vamos!-dijo su amiga riendo-Vas a darme todos los detalles de esta historia de amor increíble aunque tenga que tirarte de la lengua.
Miley quiso negarse pero al final cedió ante el entusiasmo de su amigo.

-Hay que remontarse varios años atrás-empezó a decir.

Al terminar la historia, Emily no creia lo que estaba oyendo.

-¡Dios mio, es demasiado hermoso para ser cierto! Y muy romántico. Cuando pienso que Michael tenia miedo de que el duque te rompiera el corazón. Pero yo lo noté por la forma en que te miraba. Lo supe enseguida.

-¿Qué supiste?

-Que estaba enamorado de ti tonta. Hace semanas que no viene, sin embargo sé que está en Londres, le han visto en la Opera. ¿
Miley?-dijo al ver la cara súbitamente descompuesta de su amiga-¿Qué te pasa? Estas como el dia que pasaste la noche fuera. ¿Qué pasó esa noche?

-No quiero hablar de ello.

-Debes decírmelo-dijo Emily cogiendole las manos-Se que no dijiste la verdad al dia siguiente. Me di cuenta que te trajo el carruaje del duque.

-Si-confesó bajando la cabeza.

-Y sé que te fuiste con el. Carlisle me dijo que el duque te habia sacado a la fuerza. No le crei pero...¡Dios mio! ¿Era verdad?
Miley asintió.

-Siento haberme burlado de Carlisle, 
Miley ¿Dónde fuisteis? ¿Qué te hizo?

Ella levantó sus ojos de jade hacia Emily quien leyó la respuesta a su pregunta en ellos.

-¡Monstruo!-silbó levantándose de un salto-¡Miserable! ¡Deberían colgarle!

Se interrumpió al ver que su amiga necesitaba sobre todo de su ayuda.

-Hay que ver el lado bueno de las cosas.-continuó

-¿Cuál?

-Aunque tu no lo veas hay uno. Escucha, no conozco muy bien la ley pero se que tu padre no puede obligarte a casarte con el. Claymore debe saber que no quieres saber nada de el después de lo que te hizo. Lo único que puede hacer es renunciar al contrato sin exigir el reembolso de su dinero.
Miley levantó la cabeza. Era evidente que el iba a renunciar a su petición. Se sintio invadida por una sensación extraña.

-No renunciara, lo sé. ¿Emily crees que me dejara?

-Seguro-aseguró Emily-¿Qué podria..-Emily entrecerró los ojos-¿
Miley? No me digas..Dios mio, tu no quieres que te libere.

-Es que esa idea nunca se me habia pasado por la mente.

-¡No quieres!-insistió Emily-Lo veo en tu cara.
Miley se levantó retorciéndose las manos nerviosa.

-No se lo que quiero-confeso con tristeza.

-¿Te ha escrito?¿Ha intentado ponerse en contacto contigo después de esa noche?

-No.

-¿Y tu tienes intenciones de intentar verle?

-Desde luego que no-afirmó 
Miley.

-Si te ama, debe estar lleno de remordimientos y debe pensar que tu le odias.
Miley apoyó la cabeza en la pared.

-No me devolverá la libertad-dijo con más esperanza que tristeza-Creo que me ama...que me amaba.

-¡Pues tiene una extraña manera de demostrarlo!

-Yo tambien. Nunca deje de desafiarle. Hubiera podido humillarle delante de todos fugándome con Paul. No he dejado de mentirle. Perdoname pero me gustaria ir a acostarme ahora.

Incapaz de dormir, Emily se metió en el despacho y escribió una invitación a la boda de Courtney. Tenia que evitar que el duque pensara que actuaba a instancias de 
Miley. Lo más importante era provocar el encuentro de los dos. Debajo de la invitación añadio:

“Una persona que nos es muy querida estará al lado de la novia” y firmó Emily Archibald.



-Tengo que entregar una invitación a Su Gracia-dijo el lacayo entrando en la biblioteca de Nicholas.

-¿Le han pedido que espere mi respuesta?-preguntó el duque muy ocupado.

-No Vuestra Gracia.

-Entonces dejela ahí.

No se volvió a acordar del sobre hasta que se estaba vistiendo para la cena.. La abrió distraídamente mientras se ponia la chaqueta.

Su corazón se detuvo al leer el apellido Ashton.

-Diga a mi secretario que decline la invitación pero asegurese de que envia un regalo en mi nombre-le dijo al mayordomo.

Entonces se dio cuenta de la última linea manuscrita. ¿Qué intentaba decirle Emily? ¿Qué 
Miley deseaba verle? ¿O que ella deseaba que la viera? La releyó una y otra vez, buscando un detalle que indicara que Miley le habia perdonado, pero no encontró nada.

Esa noche Nicholas no concedió mas atención a la pelirroja que le acompañaba de la que prestó al espectáculo. Sus sentimientos oscilaban entre la esperanza y el abatimiento. Si 
Miley le odiaba, Emily no le hubiera invitado. Pero si le hubiera perdonado le habria invitado ella misma.



¿Y si ella no queria verle? ¿Se desmayaria si le viera? No, ella no se desmayaba, más bien le tiraria su ramo de flores a la cara.

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