Consiguieron llevarme a un
hospital, pero para entonces yo ya estaba hecho un desastre. Pasaron
semanas antes de que ellos fueran capaces de averiguar quién era yo.
Meses antes de que yo estuviera lúcido. Cuando fui capaz de ayudarte…—el
tragó con fuerza,—los laboratorios ya no existían. Ellos dijeron que
todos habían muerto. Que nada había quedado.
Él cerró sus ojos otra vez.
Ella
pensaba que él simplemente se había largado. Ella se cubrió la cara con
las manos. Aun después de que Callan y Merinus le habían dicho lo que
Dayan había hecho, ella todavía no lo creía. No completamente. No en su
corazón. No hasta ahora.
—Lo siento—murmuró ella otra vez.
Él negó lentamente con la cabeza.
—Déjalo. Ayúdame a lavar esta mugre de mi cuerpo, Miley, entonces quizá pueda dormir un rato. Hablaremos del resto mañana.
Miley sintió palpitar su corazón dentro de su pecho. Su co/ño estaba gritando
por la victoria. Sus manos casi vibraban pensando en el placer de
acariciar su piel, hasta con la barrera de una esponja en medio.
Despacio, se arrodilló al lado de la bañera y levantó la pequeña esponja
de la cesta que colgaba al borde. Bañándola en el agua levantó la
pastilla de jabón.
—El pelo—masculló él, sentándose despacio y bajando su cabeza.—Sólo usa el jabón. Yo lo hago.
Ella
lavó su pelo con cuidado, entonces después de poner una toalla sobre el
vendaje, enjuagó las pequeñas hebras con una tela. Apartándola, empezó a
lavarle rápidamente, desesperada para terminar pronto y conseguir
llevarlo a la cama con la esperanza de que pudiera dormir. Se sentía
tentada y luego desesperada. Pasaba de un extremo al otro velozmente.
Su
cara ardió cuando él tomó la tela y lavó su duro pe/ne mojado y el
escroto. Su cara se torció con una mueca de placer, la carne dura
agrandándose entusiasta bajo su toque.
—Suficiente—su
voz sonó estrangulada cuando ella tomó la tela de su mano y la
escurrió. Sostuvo una toalla.—Estás completamente limpio y yo estoy
cansada de jugar a ser niñera.
Una sonrisa soñolienta, sensual cruzó sus labios mientras la observaba a través de sus párpados entrecerrados.
—Y lo haces tan bien—susurró él, pero se obligó a levantarse.
El
agua resbaló por su cuerpo bronceado mientras se levantaba delante de
ella, mirándola fijamente, retándola mientras su engordada po/lla
llenaba la visión de ella.
Estaba mojado y el agua se deslizaba como
riachuelos desde la cabeza con forma de champiñón y el pesado y nervudo
eje. Miley se lamió sus labios, recordando demasiado bien lo bien que
sabía, cómo sus gemidos de placer acariciaron sus sentidos mientras la
boca de ella lo había envuelto. Ella tragó fuertemente y rápidamente se
aclaró la garganta antes de levantarse para ayudarle a salir de la
bañera y darle la toalla para que pudiera secarse.
Ella
pensó que era lo suficientemente fuerte para hacerlo. Pensó que podía
controlar el hambre y la necesidad el tiempo suficiente para secarlo y
llevarlo a la cama. Pero cuando se enfrentó otra vez a la gruesa
erección, sólo podía lloriquear ante su derrota.
Las
manos de él se enredaron en su pelo mientras ella se arrodillaba ante
él. La sujetó quieta, aunque no había razón para ello. Sus labios se
abrieron mientras la aterciopelada cabeza de su po/lla se introducía
entre ellos, abiertos y permitiéndole tomar su boca con un poderoso y
profundo empujón.
—Dios
mío. Miley—su voz envió temblores que se extendían en cascada sobre
su piel cuando su gruesa y palpitante po/lla la llenó, con cada caricia
de su lengua aumentaba el movimiento de sus caderas, magreándolo cuando
él empujó entre sus labios con un gemido estrangulado.
Ella
gimió, cerrando sus ojos mientras se sujetaba a sus muslos con las
manos y empezaba a succionar el engordado eje. Justo como él le había
enseñado hacía una vida, su boca cerrada en él, su lengua acariciándolo y
chupando la sensible punta despacio.
Sus
manos se agarraron a su pelo, tensando su cuerpo mientras un gemido
enrabietado llenaba los oídos de ella y sentía su caliente
pre-eyacu/lación gotear en su lengua. Era salado, rico, haciendo que se
percatase de lo desesperada que había estado por degustarlo. Ella quería
todo eso, quería sentir que los chorros calientes de su semen llenando
su boca, recubriendo su lengua y atormentándola mientras él encontraba
su liberación en ella.
—Miley,
nena—su voz sonaba ronca mientras él foll/aba sus labios
lentamente.—Nena, esto es tan jod/idamente bueno que podría morir, pero
voy a caerme al suelo en cualquier momento.
Para
demostrar sus palabras él casi tropezó, una risa ahogada, torturada
llenando el aire cuando ella despacio lo liberó. Alzando la vista
lentamente, su aliento quedó atrapado en el hambre que asomaba en su
mirada.
—Hijo de
pu/ta, finalmente consigo meter mi po/lla en esta dulce boca otra vez y
no puedo tenerme en pie el tiempo suficiente para disfrutar de ello.
Miley estaba temblando mientras se apartaba duramente, manteniendo los labios
firmemente cerrados mientras miraba fijamente la húmeda longitud de
carne masculina. Dios querido, ¿qué estaba haciendo? Había perdido la
cabeza completamente.
—Demonios—dijo
él mientras se apuntalaba contra la pared para mantenerse en
pie.—Supongo que puedo olvidarme de la liberación, ¿no? ¿Puedo al menos
tener algo de ayuda para ir a la cama?
Ella
sacudió la cabeza lentamente. Él la miraba con una apasionada
intensidad y un hambre sexual que hacía llamear su cuerpo
conscientemente. Esto era una locura, se dijo ella ferozmente. Ella
sabía de qué iba esto suficientemente para saber que esto no aliviaría
su hambre por él. No hacía más que empeorar las cosas.—Maldición—ella
caminó hacia él, colocando su brazo alrededor de su cintura y
conduciéndolo del cuarto de baño a su cama.
—Sí,
los dos estamos malditos—gruñó él mientras ella apartaba las sábanas al
final de la cama y él se sentaba lentamente.—Hijo de pu/ta, no va a
haber manera de poder dormir bocabajo con esta erección, Miley.
—Ya la tenías antes de que te tocase—dijo frunciendo el ceño mientras él la miraba en suave acusación.
—Por
ti—gruñó él.—Ha estado duro desde la noche en que saliste de entre las
sombras de Sandy Hook. Maldición, no puedo estar demasiado lejos de mi
gata.
Ella casi perdió
el equilibrio con la protesta apenas expresada. Luego lo perdió
realmente cuando la sujeto para echarla sobre la cama a su lado.
Recostándose contra él, se quedó mirándolo fijamente, la alarma pasando
como un rayo por su sistema. Demasiado cerca. Él estaba ahora demasiado
cerca para que ella pudiera mantener cualquier tipo de control.
—Necesitas dormir—Por favor duérmete pensó ella, oh Dios hazlo dormir.
Pero
ella no podía resistirse a tocar la incipiente barba a lo largo de su
mejilla, sus dedos acariciando, las sensibles yemas estremeciéndose de
placer con la áspera sensación. Él la miraba, relajado para variar. Ella
nunca lo había visto tan controlado, sonriéndole tranquilamente, con
sus ojos oscuros llenos de calor.
—Necesitas
foll/arme—él sonrió abiertamente, provocativamente, sus ojos dilatados
casi negros mientras la miraba.—Venga, una sola vez. Prometo que no me
quedaré dormido sobre ti—la engatusó con una voz aterciopelada, ronca,
que enviaba llamaradas eléctricas de pasión a través de su cuerpo.
¿Cómo se suponía que ella podría luchar contra este nuevo y repentinamente gentil Nicholas?
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wooow años sin subir LOL espero les guste y comente :D talvez el marte subo otro
hahaa por que la dejas ahi?? 4 capitulos donde no pasaba nada y ahora que iba a pasar la dejas ahi?? siguela
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