jueves, 19 de diciembre de 2013

Magia en Ti - Cap: 38



Antes de que pudiera vislumbrar su rostro, Nicholas supo que algo horriblemente malo había ocurrido. La agarró por los brazos. -¿Miley?- No hubo respuesta. Miró a Gus y después a May Belle. -¡Por todos los dioses! ¿Qué ha pasado?

-Su hermano, -dijo Gus respondió ahogadamente.- Estaba esperándola en el saloom.- No sabía quién era, 
Nicholas  si lo hubiera sabido le habría detenido.

-¿Frankie?- Preguntó 
Nicholas.

Dirigió a su esposa para que traspasara el umbral. Se movió bajo su dirección, pero con la misma lasitud que la invadía, como si no hubiera vida en ella. El miedo agarrotó a 
Nicholas  un miedo espantoso. Nunca había visto a nadie que comportarse de esa manera.

-Sí, Frankie. -Confirmó May Belle. -Tenía abierta mi ventana y le escuché despotricar en la calle. Fue bastante malo, 
Nicholas.  Bastante malo. Miley trataba de hacerle escuchar, suplicándole. La llamó pu/ta y la ofreció a algunos hombres en la calle.

-¡Oh, Jesús!

Imaginando las cosas que Frankie podría haberle dicho, 
Nicholas se llenó de rabia. Su primer pensamiento fue encontrar al pequeño bastardo y patearle. Pero rápidamente se le pasó el impulso. Por Nicholas,  Frankie podría irse directamente al infierno.Miley era todo lo que le importaba.

La rodeó con su brazo y la llevó hasta el sofá. Loretta llegó agitada de la cocina. Cuando ella vio May Belle, dio un traspié. A continuación, su mirada se dirigió a 
Nicholas y su nueva nuera.

-¡Oh, cielos! Otro ataque náuseas. ¿Preparo un poco de té?
Nicholas cuidadosamente sentó a su esposa sobre el cojín y se agachó delante, para poder ver su rostro. Estaba en blanco. Buscó algún resto de expresión en sus ojos y no había nada.

Ella se había ido. Sólo era la concha de la chica que él tanto amaba. 
Nicholas atrapó su rostro entre sus manos. -¿Miley?- dijo suavemente.

Cuando su madre vio los ojos de Miley, se santiguó.- ¡Dulce madre de Dios! ¿
Nicholas, qué tiene?

Su voz sonó estrangulada, dijo, -“Ella sólo huyó por un poco de tiempo, mamá. Estará bien”
Nicholas tenía que creerlo. Pensar lo contrario era inconcebible. Recuperando su compostura, se levantó. -“May Belle, Gus, gracias por traerla a casa. Os estoy agradecido”

-“Sin problema”.- Gus arrastran su mirada desde Miley a 
Nicholas.-  “Lo siento. Intenté que el chico se fuera, pero me pidió que le dejara...”

-“Lo sé.- Ella protegía verdaderamente a su familia”.

Los labios de May Belle se estremecían de forma incontrolable. Se afianzó y resopló por la nariz. -Lo vi venir, pero no pude bajar lo suficientemente rápido para detenerle.

-“No es culpa tuya”,- le aseguró 
Nicholas. - “Uno de ellos lo iba a averiguar más tarde o más temprano”.
Nicholas se sentía como si estuviera hablando desde dentro de un barril. Un sentimiento de irrealidad le rodeó cuando vio a Gus y May Belle en la puerta. Cuando se fueron, regresó junto a Miley, sentándose a su lado, la puso en su regazo. Como si fuera un niño dormido, ella presionó su cabeza sobre su hombro. Desmadejada, inerte. Nada de lo que dijo pareció alcanzarla. Cada vez que la miraba a los ojos quería gritar. Fue vagamente consciente de que su madre revoloteaba a su alrededor ofreciendo agua, té, un paño frío, todo lo que se le ocurría que pudiera ayudar.

El tiempo pasaba muy lentamente. Con cada minuto que pasaba, 
Nicholas sentía más miedo. Ella se había ido. No podía creerlo. Las personas no podían escapar.

Volverá en un minuto, parpadeará y volverá.

Volverá en tan sólo un minuto...

Cuando había pasado una hora, 
Nicholas comenzó a sentir pánico. Había tratado de hablar con ella, la había llamado, pero no había respondido.

-¿Mamá, puedes ir a buscar al Dr. Yost? -preguntó finalmente. -Quizás él sepa que podemos hacer por ella.

Conseguir atención médica. Era todo lo que podía pensar en hacer.

-“Reposo en cama”, -aconsejó bruscamente el Dr. Yost, tras examinar a Miley.- “Mucha paz y tranquilidad. Todos los alimentos y el agua que pueda tragar. Probablemente sean mejores los líquidos para que no se atragante”.

Colocó el edredón sobre su esposa, 
Nicholas se inclinó sobre el borde de la cama y miró al médico. -¿Eso es todo lo que se puede hacer? ¿Prescribir reposo en cama? Tiene que haber un elixir o algún tipo de… sacudió una mano. ¡Algo!. ¡Tiene que haber algo que pueda hacer además de prescribir reposo en cama!

Detrás del Dr. Yost estaban sus padres. 
Nicholas miró a su padre y vio la tristeza en sus ojos. Cerró los suyos, luchando por mantener su miedo a raya. Eso no podía estar pasando.

-“Hijo”,- dijo el Dr. Yost amablemente,- “he visto casos como este en los sanatorios, pero condenadamente pocos. No tiene tratamiento, todo lo que puedo hacer es aplicar el sentido común. La chica ha pasado por una experiencia traumática. Me parece que la paz y la tranquilidad deben ser buenas para ella. Si somos afortunados, esto sólo es resultado del shock, y se pondrá bien, tan seguro como que mañana lloverá”.

-“Parece dudarlo”

El doctor parecía incómodo. -No es que dude, exactamente. Nunca he visto que un shock tenga este efecto sobre un paciente. Todos los tipos que vi en esta situación, estaban en lo que yo llamo un estado de estupor.

-“Estupor. Y ¿qué es eso, exactamente?”

-Eso es harina de otro costal, dejémoslo en shock, por el momento.

-¿Cómo?

El doctor tocó su oreja. -Estoy prácticamente seguro de que esto es probablemente sólo un shock, 
Nicholas  Así que ¿por qué seguir? No se pueden cruzar los puentes hasta que no se llega a ellos ¿No?

Un escalofrío corrió por la médula de 
Nicholas.  -“En otras palabras, no quiere que me preocupe”.

El Dr. Yost suspiró.- “Sería más exacto decir que no quiero que te preocupes innecesariamente”. “Espera a ver como se encuentra mañana. Yo pienso que hay posibilidades de que esté bien”.

-¿Y si no lo está?

“-Entonces podríamos estar delante de algo más serio”.

-“Estupor”,- apuntó Joseph.

Yost remoloneó con su oreja, lo que obviamente era una costumbre cuando no sabía que decir. -“Yo no he dicho…”

-“Pero lo está pensando”.

-“¡Maldita sea, chico! Me estás preguntando por un diagnóstico sobre el que no sé nada. No me han preparado para tratar a gente loca”.
Nicholas saltó desde la cama. -“¡Ella no está loca!”

-“
Nicholas Kelly”,- intervino su madre. -“¡Cálmate! El Dr. Yost no pretendía ofenderte. Estoy segura”

-¿Qué infiernos quiso decir entonces?

Buscando ser decididamente cauteloso, Yost miró a Miley. -“No estoy diciendo que ella esté loca. Yo sólo decía que no se mucho sobre estupores. Puso una mano con amabilidad, sobre el hombro de 
Nicholas.-  Estoy casi seguro de que no es estupor, hijo. Ella podría estar bien mañana, recuerda mis palabras”

-¿Y si no? ¿Cuánto duran esos episodios de estupor?

Yost se encogió de hombros. -Diferentes periodos, dependiendo del paciente.

-¿En promedio? -Presionó 
Nicholas. - ¿Unas pocas horas, unos días? ¿Cuánto tiempo?

El médico bajó sus manos. -Sólo puedo estimar sobre los pacientes que vi en el sanatorio, 
Nicholas y eran casos muy graves”.

-¿Y?

-Bien,- dijo tímidamente,- algunas de esas personas que nunca se recuperaron.

-¿Nunca?- El corazón de Joseph se disparó.- ¿Está usted diciendo que si no está mejor por la mañana, podría no mejorar nunca?

Yost frunció los labios. -“Si no mejora por la mañana, hay más posibilidades de que esté más enferma de lo que espero. Sólo he dicho eso. No soy ningún experto en este tipo de cosas, y si ella no se recupera, excede de mis limitados conocimientos el saber qué es lo que le pasa y cuánto tiempo puede permanecer así”.
Nicholas tenía ganas de agarrarlo por la camisa y sacudirle hasta obtener respuestas. Apenas podía contenerse. Sabía que no era culpa del médico y que el perder los nervios, no ayudaría a Miley.

Se sentó en la cama. Apoyó los brazos en las rodillas y dejó caer la cabeza entre sus manos. No dijo nada más. No había nada más que decir.

Nicholas se negó a dejarla. Su madre subió la comida arriba, un sándwich para él, caldo para Miley. No quería que nadie cuidara de su esposa, sólo él, Nicholas la incorporó con un brazo y vertió algo de líquido en su boca. Ella no tragaba y el caldo cayó por las esquinas laxas de su boca. Intentó una y otra vez. Loretta finalmente le ayudó, sosteniendo la cabeza de Miley y masajeando su garganta para hacerla tragar, mientras Nicholas vertía pequeños sorbos de líquido en su boca.

Mirando los ojos sin inexpresivos de Miley, 
Nicholas entendió finalmente por qué parecía tan sombrío el Dr. Yost en realidad. La mayoría de los pacientes estuporosos, probablemente no vivían mucho tiempo. Incluso si le ponían una sonda de goma para alimentarla, el caldo no lograría sostenerla indefinidamente.

Ella saldrá de esto, le aseguró Loretta. Ya lo verás. Se recuperará del todo.

Cuando 
Nicholas miró a los ojos de su madre, sabía que a pesar de su aire de confianza, estaba tan asustada como él.

En la tarde, May Belle llegó a ver a Miley. Loretta le mostró la escalera del desván. Ante el desconocido frufrú de unas faldas de seda, 
Nicholas levantó la vista, cuando identificó a la recién llegada, volvió a inclinar la cabeza hacia la chica que tenía en sus brazos. Apoyado contra el cabecero sentía todos los músculos de su espalda como leños.

May Belle se sentó en el borde de la cama. -“Espero que todo esté bien, mi visita y eso. Pensé que con todo lo que ha ocurrido, no podía hacer mucho más daño”.
Nicholas sonrió ligeramente. -“Por supuesto que todo está bien May Belle. Sabes mi padre te da la bienvenida aquí”.

Ella alisó sus faldas.- “Sí, bueno. Tu padre es un demasiado amable para su propio bien a veces”.
Nicholas estaba demasiado preocupado por su esposa para que le importara.

-Qué dijo el Dr. Yost?- preguntó.

Aturdido, 
Nicholas relató su intercambio con el médico. Claramente afligida, May Belle agarró la mano de Miley. -“Va a mejorar, Nicholas. Estoy segura”.
Nicholas deseaba sentirse así de positivo.

-¿Y cuando lo haga?- Preguntó May Belle finalmente -¿Qué vas a hacer entonces, 
Nicholas? ¿Has tenido tiempo para pensar en eso?

-“Me pondré de rodillas y le daré gracias a Dios”.

-No, quiero decir eso,- ella se calló y agitó una mano.- Bueno, ya sabes, sobre el matrimonio y todo. ¿Puedes todavía anularlo?
Nicholas levantó la cabeza. -¿Perdón?

May Belle le miró fijamente por un largo momento. -¿No lo has pensado, verdad?

-¿Pensar qué?

-En volver atrás.
Nicholas tenía la sensación que se había perdido algo en algún momento de la conversación. -¿Volver atrás?

Los ojos de la mujer estaban llenos de incredulidad. -¿Va a seguir casado con ella?

-¿Por qué no debería hacerlo?

-Pues por Frankie, por las cosas que dijo. Te nombró. El chisme nunca se cerrará. Los hombres de la acera, vieron la cara de Miley a plena luz del día. Que la gente sospechara que ella podría ser la chica de arriba del saloom, es una cosa. ¿Pero que lo sepan con certeza? Tu familia tiene que vivir en esta ciudad. Un escándalo como éste no es una cosa pequeña.
Nicholas sintió que su pulso se aceleraba. En un instante escuchando a May Belle lo comprendió. ¡Dios mío! Había levantado la mano de Miley y presionó sus labios sobre sus nudillos. -“¡Oh, Dios! Ella pensó que ya no la querría”

Cayó el silencio. May Belle finalmente lo rompió diciendo:- “No importa cuánto la ames, 
Nicholas, tienes que pensar en tu familia”.

Tenía unas ganas histéricas de reír. Se había pasado toda la tarde pensando en las cosas hirientes que Frankie podía haber dicho, para que Miley cayera en ese estado. -¡Ah, May Belle, muchas gracias!

-¿Gracias?
Nicholas la miró fijamente, en sus ojos brillaba la esperanza. -“Sí. Soy tan increíblemente tonto a veces. Ella pensó que no la amaría después de que Frankie le expusiera públicamente. ¿No lo ves? -Las lágrimas quemaban bajo sus párpados.- Creo que aún no sabe que la amo de todos modos”.

La vieja pros/tituta miró su rostro durante varios segundos. -“Pero lo haces”,- dijo finalmente con suavidad, su mirada se ablandó.- “Independientemente de las consecuencias para tu familia. Independientemente de todo, la amas de todos modos”.
Nicholas tragó.- ¡Dios, sí! Sólo quiero poder convencerla. ¿Qué puedo hacer, May Belle? Tú entiendes cómo piensa mejor que nadie. ¿Cómo puedo demostrarle que merece ser amada? Nada de lo que he dicho parece haberle llegado.

Con los ojos llenos de lágrimas, dijo May Belle,-  ¡Sé paciente! Tienes que entender que las cosas han sido diferentes para ti, 
Nicholas-  Tienes madre y padre. Creciste sabiendo lo que es ser amado pase lo que pase. Las tías como Miley y yo tenemos suerte incluso si tenemos amigos. Nuestras familias nos rechazan. Los raros hombres que muestran algún interés están al final de la fila. ¿Sentirse digna de amor, bueno, eso es algo que aprendemos cuando somos niños, no? De nuestras familias.

-“Nunca pensé en ello”.

-“Porque nunca tuviste necesidad. Tu familia siempre te ha amado. Pero con nosotros las pu/tas, bueno, no siempre sucede así. De hecho, la mayoría de veces no”.

-“Por eso 
Miley intentó por todos los medios que su familia no se enterara”, susurró Nicholas.

-“Claro. Temía que ellos se alejaran. Y bendito corazón, eso fue exactamente lo que sucedió. Necesita tiempo para sanar la herida. Amarla en lo bueno y en lo malo lo logrará finalmente. Pero no pienses que será esta noche. Las personas deben saberse amadas, pase lo que pase… ahora bien, sabemos por lo que ha tenido que pasar, su propio hermano trató de venderla a unos extraños. Para su vergüenza. Ese tipo de herida no puede ser borrado, no, a menos que Frankie venga arrastrándose, pidiendo perdón. Y eso no es probable”.
Nicholas sonrió ligeramente.- “May Belle, prométeme que nunca te irás tan lejos que no pueda encontrarte, cuando necesite entender a esta chica”.

-¿Qué?

-“Podría besarte. No has dicho una maldita cosa que no supiera, pero como tú dices, veo las cosas de manera tan diferente… “-Se rió suavemente.- “Gracias, hermosa criatura. Acabas de decirme lo que tengo que hacer”.

-¿Lo he hecho?

-“
Miley no creerá que nadie puede amarla si ellos lo saben. ¿No lo ves?”. Nicholas se había puesto derecho, despegando de su regazo a su esposa, que se movió ligeramente, pero se mantuvo centrada en algo que no podían ver sus ojos. -“Tengo que demostrarle que está equivocada. El mejor lugar para comenzar es con su familia, como tú has dicho”.

May Belle extendió la mano y agarró su brazo. -“
Nicholas podría ser un error. No pueden ser tan indulgentes como tú y los tuyos. Confía en mí, lo sé”.

-“¿Indulgentes?”.-  
Nicholas se apoyó sobre una rodilla para salir de la cama.- “May Belle, si alguien tiene algo que perdonar, es Miley -. Mientras salía del cuarto, dijo,- “No tengo tiempo para explicártelo bien ahora. Sólo confía en mí cuando digo que cuando acabe con ellos, su familia será la que pida perdón y no mi esposa”.- Cuando llegó a la escalera, Nicholas gritó hacia abajo. -¿Mamá, puedes conseguirme una manta?

Rodeó la cama para coger a Miley, envolviéndola en sus brazos. Belle le siguió detrás, mientras bajaba con su carga por la escalera.

Loretta entró en la sala desde la cocina.- “¿Una manta?”

-“Miley y yo vamos a hacer un pequeño viaje”- dijo suavemente. -“No deseo que ella se resfríe”.

-“¿Un viaje?... 
Nicholas, no está en condiciones de viajar a ningún lugar”.

-“Mamá, por favor. ¿La manta?”

Loretta miró a significativamente a Belle, pero luego entró al dormitorio. Regresó un momento después con una manta doblada sobre un brazo. Cuando se la entregó a 
Nicholas, dijo.- ¿qué vas a hacer?

Su garganta se cerró, 
Nicholas recolocó a su esposa en sus brazos. Mirando sobre su cabeza rubia a su madre, dijo -“Nicholas y yo vamos a hacer un milagro”

Loretta le miró perpleja. -¿Un qué?

-¡Un milagro!,- dijo Joseph que llevaba su carga hacia la puerta. -“Los sordos podrán escuchar y los ciegos podrán ver”

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