jueves, 26 de diciembre de 2013

Magia en Ti - FIN



--Por favor, Nicholas, se difícil.

--¿Qué?

Ella se acercó un paso más. --Se difícil. Grítame si así lo deseas. Dime que he sido irresponsable y egoísta, que nunca vas a perdonarme por permanecer lejos por más de dos meses sin escribirte para explicarme. Puedes incluso odiarme un poco. Pero cuando esté todo hablado, se difícil. No intentes enviarme lejos.

--¿Enviarte lejos?

Ella levantó su mentón un poco. Sus ojos brillaban con lágrimas cuando encontró su mirada. --Te amo, dijo simplemente.

--Me amas. -
Nicholas cerró su boca abierta.- Hace dos meses que tu hermano me escribió y nunca mencionó que vendrías. ¿Qué diablos supones que podía pensar?

--Lo siento si te hice daño.

--¿Por eso estás aquí? ¿Porque te has dado cuenta de que me has hecho daño?

Estudió su rostro por un largo momento. No, estoy aquí porque Frankie me dijo que lo sentiría si no me arriesgaba.

--¿Arriesgarte a qué?

--Arriesgarme a que me dijeras que ya no me amas.

--Te he esperado aquí dos meses interminables ¿y pensabas que ya no te amaba? ¡Jesucristo! ¿Sabes que nunca lograré entenderte?

--¿Realmente lo necesitas?

--Estoy completamente ofuscado.

--No estoy segura de que… Se calló y apretó sus labios. --¿Me amas o no?

--No me hagas malditas tontas preguntas.

-¿Podrías darme una maldita tonta respuesta?

--Sí.

--¿Sí? ¿Es que todo me puedes decir?

--Te amo,- gruñó.

Utilizando la punta sucia de su zapato, hizo una raya en el suelo. Sus ojos brillaban traviesos. Tendió su mano hacia él. --Ven hacia aquí, 
Nicholas Wolf. Deja de estar enfadado conmigo por cosas que ocurrieron ayer.

Él guiñó un ojo. --Estás tentando tu suerte, ¿lo sabes?

--Son tus creencias comanches. Yo como obediente esposa lo apruebo.

--Convenientemente, debo decir.

--Ah, pero es un concepto tan hermoso. ¡Lo pasado, pasado queda! ¿No es así? Siempre será así para nosotros. No perderemos un segundo en preocuparnos hoy por lo que ya está detrás de nosotros. Vamos, agitó su mano delante de él. Déjame crear este lugar especial, 
Nicholas  un lugar de ensueño sólo para nosotros y nuestro bebé. Quiero recordar cada segundo de hoy. Es todo lo que tenemos, ¿sabes? Sólo este momento y esperanza para el futuro.

Era una invitación que 
Nicholas nunca hubiera esperado y, a pesar de que todavía estaba tentado en retorcerle el cuello, sabía que no podía rechazarla. --Estás diciendo las palabras adecuadas, susurró, pero ¿lo sientes así de verdad? ¿Están todos tus ayeres detrás de ti, Miley?

--Completamente. Fue tu regalo para mí, 
Nicholas. Todo envuelto en magia. Hoy y todo mi futuro. Es un nuevo comienzo. ¿Querrás compartirlo conmigo?

En lugar de tomar su mano, se lanzó hacia ella, la levantó en sus brazos y giró vertiginosamente rápido con ella junto a su pecho. Ella rió asustada y el sonido le calentó por dentro.

Miley, su ángel de ojos verdes. Aunque los dos meses previos habían sido agónicos, ella valía la espera. Sentía como si sostuviera el cielo entre sus brazos.

--Te amo, susurró ferozmente. Te quiero muchísimo.

--Yo también te amo.



Aunque 
Nicholas sabía que era su imaginación, sintió que el sol invernal brillaba momentáneamente, y se preguntó si no habría sido una sonrisa para ellos. Toda la vida había escuchado la canción a sus padres. Las palabras sonaban en su mente ahora, y se dio cuenta de que la última parte de la canción, la parte más bella, finalmente se había hecho realidad.

En un remolino de hojas de otoño, un hombre, una mujer y un niño nonato giraban en un círculo interminable, su unión era el cumplimiento final de una profecía más antigua que el tiempo, el comanche y su doncella de cabello dorado encontrarían un lugar especial donde podrían vivir en armonía y crear una nueva nación donde las canciones de su pueblo serían cantadas para siempre.

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