martes, 20 de diciembre de 2011

My Angel cap: 10


Escrito por: Evelyn 





Abrí mis ojos adolorida. Hacía calor aquí. No sentía mis brazos, piernas y muchos menos mi rostro. Estaba en un cuarto obscuro, sólo iluminaba una pequeña lámpara de techo. Estaba atada en una silla, ¡Maldición! Había un enorme espejo delante de mí, solo alcancé a ver un poco mi rostro. Tenía tres moretones y de cada uno de ellos salía sangre, la cual había caído en mi short, desde hace un buen rato y estaba seca. No tenía mucha fuerza en mi cuerpo, me sentía débil e insignificante. Y entre tanto pensar, escuché unas carcajadas venir hacia donde yo estaba.

La puerta que estaba en el fondo de lado derecho, se abrió de una patada estruendosa. Y seguido de esto, entro Joe  y más compañía detrás de él- Vaya, hasta que despertó la Bella Durmiente –Los hombres detrás de Joe, rieron estúpidamente- ¿Cómo estás hermosa? –Joe se puso de cuclillas y trató de mirar mi rostro cabizbajo. Tomó mi barbilla e hizo que lo mirara. Muy a penas lo logró y mientras acercaba su rostro al mío, le escupí-.


-¡Pe/rra! Lo pagarás –Me dio una bofetada, haciendo que el moretón del lado derecho volviera a sangrar- ¿Qué te parece mujerzuela?


-No sé cómo puedes estar en la gloria del señor, si tú no eres más que el mismísimo demonio –Escupí las palabras como si fueran veneno-.


-Amor –Tomó mi coleta ahora desecha y la estiró hacia atrás. Haciendo que lo mirara a los ojos- Soy el demonio –Soltó una carcajada. Me volvió a mirar y se puso el dedo entre los labios, “Shh”, de nuevo rió y se sentó en una mesa cercana, en donde estaban situados sus compinches, comenzando a jugar póker-.


-¿Cómo es que eres hermano de Nicholas? –Susurré. Sentí su mirada en mí y de pronto
se paró de su asiento, lo arrastró hasta estar en frente de mío. Se sentó, subió su pié derecho hasta su pierna izquierda, encendió un cigarrillo y se acercó a mí para después expulsar el humo en mi rostro-.


-¿En verdad quieres saberlo? Te diré algo, ni siquiera estos idio/tas son capaces de preguntármelo. Me gusta tu valentía mujerzuela.

-No te tengo miedo. Y sí, quiero saberlo –Lo miré retadoramente y él sonrió sínicamente-.


-Bien, bien. ¿Por dónde empezamos? –Inhaló un poco de tabaco y después de unos segundos exhaló. Por dios, esto le estaba haciendo demasiado daño al niño- Digamos que mi madre era una… mujer de la vida galante. Le pasó una historia muy parecida a la tuya. Mi padre era su “ángel”, un completo inútil y débil. Sabía que yo no era igual que él. Había sacado el carácter de mi madre. Y Nicholas… no hay razón para entender lo estú/pido que es –Cerré los puños con la poca fuerza que quedaba en mi cuerpo- Cálmate mujercita, aún no termino. Los dos nacimos como humanos, comunes y corrientes –Recalcó ésta última palabra- Aún tenía el siguiente camino, pasar a la otra vida. Y vaya que es de lo mejor, puedo tomar forma cuando quiera y donde sea que quiera. Hice un pacto con… bueno tú sabes, no creo que estés tan boba. Y mírame ahora. Tengo lo que quiero cuando quiero.


-Estás muy equivocado. ¿Por qué haces esto? –Pregunté deseosa de que abriera un poco su corazón, si es que aún tenía-.


-Porque él es un estú/pido, nunca supo comportarse como hombre. Nunca debió nacer –Cerró su puño fuertemente, haciendo que sus nudillos se volvieran color rojo-.


-Entonces, ¿haces esto por venganza? –Eso parecía, ¡Claro! ¿Pero por qué?- ¿Qué te hizo Nicholas para hacer esto?


-Nada, pero lo envidio. Sé que él hizo trampa, tú deberías haber sido mía, ¡mía! –Estaba furioso y temía que volviera a levantarme si es que volvía a golpearme- Cambiemos de tema –Se acercó a mí- ¿qué traes puesto debajo de ése short? –Estiró su mano hacia el borde de mi short  y lo único que pude hacer fue mover unos cuantos milímetros la pierna. Me miró enfadado y siguió con su narración- Nicholas cometió un error en haber tenido sexo contigo.

-No fue sexo, hicimos el amor –Él dio una risotada de muerte-.


-Hay, pobre nena, y de seguro te lo creíste todo –Se acercó a mí de nuevo y besó mis labios rápidamente. Una lágrima cayó por mi mejilla y él sonrió- De todos modos él sabe que tiene que deshacerse de eso lo antes posible, antes de que los manden a los dos al infierno. Y si él no se deshace de eso pronto, lo aré yo entonces. Aunque pensándolo bien, no sería tan mala la idea dejar que las cosas se den por si solas, y que tarde o temprano los veré a los dos allá abajo, ¿no crees preciosa? –Estaba por besarme de nuevo cuando del pasillo externo provino un gran ruido.

 Nicholas, pensaba una y otra vez. Ayúdame, ayúdame. Joe se paró bruscamente de su asiento, con la mano dio instrucciones a todos sus compinches y sacó un arma de su pantalón, quitó el seguro de ésta y apuntó hacia mi pequeña barriguita. Seguía apuntando y miraba nerviosamente la puerta por la que habían pasado sus amigos. Ninguno de ellos volvió. Se aproximaban unos pasos hacia la puerta, él tenía su dedo puesto firmemente en el gatillo, y su mano temblaba nerviosamente. Nicholas, si eres tú, si me escuchas, quiero decirte que te amo, te amo mucho, y siempre lo haré. Cerré mis ojos y no pasó mucho tiempo cuando se escuchó un horrible sonido cerca de mí.


Habían disparado.


No sentí nada en mi cuerpo, abrí los ojos como platos y miré a Joe en el suelo, me miró y me guiñó el ojo, para después desintegrarse en el aire. Me volví hacia la puerta pero no había nadie, traté de zafarme rápidamente de las sogas que me ataban los pies y las manos. No hice ni siquiera el esfuerzo cuando unas manos ayudaban a desatarme rápidamente las sogas. Nicholas. Pensé aliviada y a la vez enfadada.
Me volví hacia esa persona… y era él. Me tomó con cuidado el rostro, tratando de no tocar los moretones.


-¡Eres un tonto! –Mis ojos no aguantaban más las ganas de desahogarse completamente de lo que acababa de ocurrir. Le pegué con mis manos en su pecho y él sólo dejó que lo hiciera. Limpié rápidamente mis ojos, no podía ver su rostro. Lo miré y él tenía su semblante completamente serio y triste a la vez. No pudo contener las lágrimas por mucho tiempo. Me tomó entre sus brazos y lloré-.


-Perdóname Miley Perdóname


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