martes, 20 de diciembre de 2011

My Angel cap: 11


Salimos a la azotea de lo que parecía ser una bodega. Desplegó sus alas que aparecieron como por arte de magia. Seguía llorando como una pequeña, y él, no dijo palabra alguna después de disculparse. ¿Por qué demonios habría de disculparse? Pensé unos momentos, era yo la que tenía la culpa de todo. Fui yo la que salió de casa cuando no debí. Pero él seguía teniendo la culpa, se fue sin decirme nada. No, yo tengo la culpa. ¡Maldición, yo debo de pedirle disculpas!, yo soy la tonta.


-Lo siento Nicholas, no debí salirme, perdóname. También por los golpes.


-Yo tengo la culpa, no debí dejarte sola Miley. Tienes toda la razón del mundo para culparme –Negué con la cabeza, sabía que yo tenía la culpa. Tocó el césped color verde vivo del jardín de la casa con sus pies desnudos. Y rápidamente me zafé de sus brazos, tomé su rostro e hice que me mirara-.


-No quiero que te culpes, perdón por golpearte y decirte tonto. Perdóname Nicholas. Perdóname –Él me miró seriamente como si estuviese viendo hacia el vacío-.


-No debiste salirte –Susurró poco después- No debiste hacerlo, al parecer no te puedo dejar sola unos minutos porque te afanas en salir. ¿Estás consciente de los días que pasé buscándote? ¿Lo estás? -¿Días? ¿Habían pasado días?- Sí Miley, días. ¿Le hizo daño? –

Cerró sus ojos fuertemente- ¿Te hizo daño a ti? –Me tomó de los brazos fuertemente y me acercó más a él- ¡No sabes lo que es capaz de hacerte Miley! –Tragué saliva y me soltó rápidamente, sacó una pequeña cajita de su bolsa trasera y me la entregó en la mano- Feliz cumpleaños Miley –Me besó tiernamente los labios y después me dejó sola en el jardín. Se fue surcando el cielo azulado de la ciudad. Me volví hacia la cajita de pana color negro, la abrí lentamente y me encontré con un hermoso anillo. Con un delicado diamante en medio de éste y bañado completamente en oro. . Caí hacia el suelo admirando lo hermoso que era. Me lo puse con cuidado y lo admiré por unos segundos. Wow, esto solo lo había leído en las pequeñas novelas que tengo guardadas, para las mujeres significaba el comienzo de un gran paso. ¿Casamiento? Tal vez.

****

Los moretones fueron desapareciendo, se transformaban y tomaban varias tonalidades, de morado a rojo, de rojo a verde, de verde a amarillo. Después de unas horas de estar sola en casa, llegó Nicholas, platicamos sobre lo sucedido aquel día y me comentó que cuando salió sin avisarme fue a comprar el anillo y unas cuantas cosas para el día de mi
cumpleaños.

A pesar de mis tonterías, agradecí que Nicholas siguiera conmigo. El día de mi cumpleaños fue un desastre, bueno, solo en parte. Aún no lo podía creer, era como si hubiese sido un sueño y nada más. Por el día estaba en peligro de morir, en el atardecer Nick me sorprendió con un gran pastel hecho por él mismo y por la noche… los sentimientos se encontraban a flor de piel y no esperamos más.

Una que otra vez iba al doctor, era raro que lo hiciera, pero tenía que hacerlo, saber el estado de mi bebé y uno que otro eco de por medio. Cada día que pasaba tomaba medida de mi abdomen. Me encantaba la idea de tener una criaturita en mí, y aún más saber que es de Nicholas. Es una sensación hermosa. Me decía que no era necesario hacerlo, que ya con el tiempo vería la forma que va tomando mi pancita.

Y sobre lo del añillo, se puso muy misterioso, le comenté que había leído varias novelas que se encontraban amontonadas junto con mis libros. Se trataban de amor, romance, deseo, pasión. En fin, me dijo que no me diría nada, que yo sola me daría cuenta, ¿Cuenta de qué?, no lo sé. Detesto que no me digan las cosas, y él lo sabe muy bien. Me dijera o no, llevaría ese hermoso anillo hasta la eternidad.

Decidí callar la parte de su relación familiar con Joe. No quería tener más problemas de los que ya había. Tal vez con lo que había pasado, tendríamos que mudarnos, la verdad no quería dejar éste lugar, es hermoso y me siento cómoda. Dijo que mientras todo estuviera bien y si no volvía a pasar, podríamos quedarnos. Desde ahora en adelante me portaría bien… bueno, sólo en algunos aspectos.


-Nicholas –Miraba hacia el balcón de la habitación, miraba las estrellas que brillaban hermosamente en el cielo y sentía el delicado frío de Noviembre colarse por la habitación discretamente hasta mi cuerpo. Él me abrazaba por la cintura mientras perdía mi vista en el cielo. Cerré los ojos por unos momentos, tomé lentamente su mano y la llevé hacia mi pancita. La dejé ahí unos momentos, presionando su mano contra mi vientre delicadamente- ¿Lo sientes?


-Sí –Musitó con un tono de felicidad. Me dejó de abrazar para poner su oído en mi vientre. Alcancé a mirar su rostro en la obscuridad de la noche, estaba sonriendo- Hola bebe –Como si quisiera darle una respuesta, pateó levemente mi vientre. Él volvió a sonreír- No creo que estés tan cómodo ahí dentro, ¿verdad? –Volvió a patear- Lo sospechaba –Se volvió hacia mí, me abrazó de nuevo y besó mi mejilla tiernamente-.


-Nicholas, dime qué es lo que significa éste anillo. Por favor, moriré de la curiosidad –Hizo un ruidito de negación ante aquella súplica- Por favor. No te pido más.


-¿En verdad quieres saberlo?


-Así es. Jerry también quiere saberlo, ¿verdad que sí Jerry? –Toqué mi vientre unos momentos y se movió- Lo ves.


-¿Je… Jerry? –Preguntó sin casi poder articular el nombre-.


-Lo siento Nicholas. No quise decírtelo hasta ahora porque estuve leyendo algo en internet de… -Me abrazó más fuerte y me calló con un beso-.


-¿Jerry? –Preguntó sonriendo cada vez más- ¿Cuándo pensabas decírmelo?


-Sí, es un niño, y pues ayer que fui al doctor, el niño había cambiado de posición y así pudieron ver el sexo, así que es un hombrecito, ¿qué te parece amorcito? –Sonreí al decir ésta última palabra y me volvió a besar-.


-Te amo, te amo, te amo. Eres lo mejor que me ha pasado MIley, lo mejor –Nos besamos durante un buen rato y después de unos minutos me dormí profundamente-.


El sueño que había tenido meses atrás comenzaba a tener forma. Veía perfectamente al hombre que hacía ver las cosas correctas al otro. Su tez era blanca como la nieve y sus ojos tenían un color verde grisáceo, hermosos. Su cabello era casi idéntico al de Nick, solo que éste lo tenía más rizado que mi ángel. Era más alto que el otro chico y se mostraba serio y seguro de lo que decía.


Sentí como mi estómago gruñía de hambre. Me levanté de la cama, me puse un pequeño suéter y bajé hacia la cocina. Vi como Nicholas batía una mezcla tranquilamente, no quise hacer ruido. Me senté sigilosamente en un banco que estaba cercas de la barra. Lo miré durante un buen rato, me encantaba verlo sin camiseta. Untó un poco de mantequilla en el comal de la estufa, la mezcla que tenía en una vasijita la dejó caer en éste y tomó una palita. Al parecer estaba por hacer HotCakes.


-Se ven deliciosos –Musité. Al ver el primero que salía, recién hecho. Mi estómago volvió a hacer ruiditos. Él al parecer no se sorprendió, tal vez ya se había dado cuenta de que yo estaba ahí-.


-Te levantaste temprano. ¿Cómo amaneciste? ¿Dormiste bien? –Preguntó mientras volteaba el panqué-.


-Sí, pero con mucha hambre –Reí y él también lo hizo, se dirigió hacia el refrigerador y sacó un botecito de miel. Quitó algunos panqués del comal que ya estaban hechos, los puso en un plato grande, al lado un jugo de naranja y la miel-.


-Problema resuelto –Me miró y sonrió- En la madrugada estuve hablando con Jerry -¿Hablando? Pensé- Sí, bueno, no. Le decía algunas cosas y él respondía con pataditas. Aunque le dije que no pegara muy fuerte, ya que a cada rato te movías –Lo miré y de pronto sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas-.

Ése día hicimos un montón de cosas y entre ellas la más importante. La habitación de Jerry. Por suerte, la casa tenía varias habitaciones y comenzamos a decorar. Que si un color azul, uno verde o rojo. ¿Saben lo difícil que fue para Nicholas decidir? Lo bueno es que yo lo escogí y aunque no estuviera de acuerdo, no me importó. ¿De dónde sacaría tanto dinero Nicholas? Muebles, pintura, decoraciones, juguetes, entre muchas otras cosas. ¿Se habría robado un banco? No lo creo. Bueno, era lo único que se me venía a la cabeza, discúlpenme.

De ser una habitación llena de polvo, muebles viejos, solo una cama y una pequeña lámpara, pasó a ser una linda alcoba para Jerry. Hacerlo tomó algunos días, mientras pintábamos las paredes Nicholas manchaba mi rostro con pintura azul y verde. Según a él se le caía o no se daba cuenta. Al menos yo también me vengué… solo un poco, bueno, lo acepto, mucho. Las paredes ahora eran color azul con una franja verde de por medio. Colocamos algunas estrellitas, pequeñas lunas y uno que otro pequeño cohete en el techo, de ésos que brillan en  la obscuridad. Todo estaba marchando bien.

Los muebles tenían forma de círculos y rectángulos. Muy elegante a decir verdad. Tenían un color negro que resaltaba perfectamente en la habitación. Colocamos también unas pequeñas repisas, bueno, eso lo hizo Nicholas, yo solo coloqué unos cuantos carros de colección en ellas. Compramos una pequeña cuna para Jerry y también una cama individual para cuando creciera. Fue un trabajo agotador, pero de algo sirvió el esfuerzo. En realidad estaba muy feliz con los resultados. Tan solo quedaba esperar el nacimiento de mi pequeño angelito.


-Cambiaste de tema –La verdad lo había hecho. Me evadió completamente cuando le pregunté lo que significaba el anillo aquella noche-.


-No lo hice. Tú dijiste: “¿Verdad que sí Jerry?”. ¿Qué podía hacer Miley? ¿Pasarlo por alto? Claro que no –Se dirigió hacia el refrigerador y tomó una jarra, la cual contenía jugo de manzana. Sirvió jugo en un vaso de vidrio y me lo entregó- ¿Ya ves que no cambié de tema? –Tomé el vaso con las dos manos, lo miré durante unos segundos mientras lo movía de un lado para otro. Volví mi mirada hacia la de Nicholas, el cual me miraba detenidamente-.


-Está bien, ¿por qué siempre tienes que tener la razón? –Refunfuñé. Siempre la tenía, siempre- Bueno, entonces, volviendo al tema, ¿Qué es lo que significa Nicholas? Vamos, dímelo. Sin rodeos, suéltalo –Tomé un sorbo de jugo sin dejar de mirar sus hermosos ojos castaños-.


-No puedo decírtelo Miley. Tengo que arreglar unos asuntos, tienes que esperar. La paciencia es una virtud, recuerda -¿Paciencia? No había escuchado eso de: “La curiosidad mató al gato” que al parecer, ésta vez sería algo así: “La curiosidad mató a MIley”. ¿No entendía acaso las palabras que salían de mi boca? No podía esperar-.


-Sé que puedes leer mi mente, no tengo necesidad de decírtelo. Solo dímelo Nicholas, la curiosidad me está comiendo viva amor –Él me miró unos instantes y después negó con la cabeza-.


-No Miley, no lo haré -¡Dios, estallaré!-.


-¡Por qué! –Lo sabía. La otra en mí había estallado-.


-¡Deja de preguntar o lo arruinarás todo! ¡Entiéndelo de una buena vez!


-¡¿Arruinar qué?! –Subí demasiado mi tono de voz y rápidamente maldije para mis adentros-.


-¡Los planes para la boda! ¡Demonios! ¡Maldición! Ése anillo es de promesa Miley. En él te prometo que después del nacimiento de Jerry me casaría contigo. Tengo que conseguir el perdón de mis superiores Miley, para poder casarme contigo. Que entiendan mis razones de porque lo hice… y que Joe deje de hacerte daño. ¡Maldición! –Volvió a maldecir- Si no fuera por tu curiosidad todo esto sería un secreto, una sorpresa –Mis ojos brillaron rápidamente. ¿Boda? Entonces estaba en lo cierto. Miraba detenidamente las facciones de su rostro, apretaba su mandíbula fuertemente, que hasta temía que se hiciese daño así mismo. Me miró a los ojos con decepción y se dio cuenta de lo que pensaba. Retiró su mirada rápidamente y se dirigió hacia la ventana de la cocina, posó sus manos en el borde de la encimera, apretando éste con tal fuerza que parecía como si fuese a destrozarlo en cuestión de segundos. Me levanté de la silla y me dirigí hacia él. Estaba extremadamente tenso, tomé sus hombros, no aguanté más las ganas y lo abracé. Fui una tonta en exigirle que me lo dijera. ¡Maldita curiosidad!-.


-Así que… ¿Una boda? –Dije en tono divertido. Pero para él no lo fue, no rió, sonrió o respondió de alguna otra manera, solo siguió quieto como si fuese una estatua- ¿Nicholas?


-Dime –Contestó fríamente-.


-Oye, discúlpame, no fue mi intención –Él siguió sin hacer absolutamente nada- ¿Estás enojado?


-No.


-¿No?


-No.


-¿Entonces porque no me prestas atención? ¿Por qué estás así conmigo? Si es por mi maldita curiosidad, pues… te agradezco mucho por decirme, estaba por comerme viva –Sonreí esperando ver en él algún signo de escucharme y a decir verdad, esto estaba enfadándome- Vas a hablar o no –Dejé de abrazarlo para poder mirar su rostro de perfil-.


-No.


_______________________________________________________________________
ok se lo prometí a vale y a qui esta el maratón 
toy triste un auto atropello a mi gatita y la mato 
comenten por favor 



3 comentarios:

  1. AWWWW ME RECONTREREMIL ENCANTO EL MINI MARATON! SEGUILA! Y QUE FEO LO QUE PASO CON TU GATITO :( QUE DIOS LO CUIDE MUCHO, BESOTES

    ResponderEliminar
  2. aaaaaaaaaaaawww
    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    me encanto lo ame me enamore de la nove estubo hermosa!!! espero que subas ya el siguiente jajaj ok subi otro maraton pofis
    que triste lo de tu gatito lo siento, pero espero que por lo menos en el cielo va ser muy feliz
    tkm cuidate!!

    ResponderEliminar
  3. maldito el que la atropello lo odio grr pero algundiaa algun diias bueno mi neniis me encaantoo mi lindiis te amoo mi corazon quiero mas shii no seas mala no la dejes ahii shiii te amoooo neniiss
    eres la mejor poarte de mi vidis te amkoooooooo

    ResponderEliminar