Escrito Por: Evelyn
Después de aquella misteriosa llamada Nicholas salía continuamente. Yo sabía que no era nada malo, bueno, al menos eso era lo que yo pensaba.
Se iba en la tarde y regresaba en las madrugadas. De vez en cuando lo pillaba a altas horas de la noche y él tenía un semblante sombrío. No sé qué cosas estuviera haciendo estos últimos días, pero no quería volver a preguntar algo más.
Ya no hablábamos como antes, solo decíamos dos que tres palabras y fin de la plática. Era frustrante, pero si quería lidiar con él sin hacer corajes o enojos, tenía que clamarme.
Según por las novelas que veía o leía, cuando un hombre se aburría de su esposa, cuando ella ya no hallaba la forma de satisfacerlo o tenían problemas, él la engañaba con otra mujer. “Test, ¿Tu Marido te engaña?”, leí ese pequeño tema mientras ojeaba una revista para mujeres que parecía tener años en la casa. ¿Matrimonio? Bueno, no estoy casada con Nicholas, pero si llegara a suceder, pues entonces veamos que tal.
-¿Su esposo se ha comportado raro últimamente con usted? –Veamos, no es mi esposo. Y sí se ha portado raro porque lo hago enojar-
¿Se enoja muy fácilmente por cualquier cosa que usted diga o haga? –No, no se enoja, solo me hace entender razones. Y en realidad no hago nada, me la paso en la cama, ya que Nicholas no quiere que haga nada que pueda que dañe al bebé-
¿Ha llegado oliendo a perfume de mujer? –Sí, de hecho, todos los días, estoy consciente que yo no me pongo, ni siquiera tengo-
¿Su ropa tiene alguna pequeña mancha de lápiz labial o algo parecido? -Nunca he visualizado su ropa, ni siquiera sé dónde la tiene- Si a la mayoría has respondido que sí: “Estás totalmente engañada corazón, será mejor que tomes cartas en el asunto, antes de que tu esposo comience a dejar niños regados por ahí. ¡Buena Suerte!”.
Si a la mayoría has respondido que no: “Aún estás a tiempo, trata de sorprenderlo por las noches con tus encantos cariño. No puedes pedir más. ¡Buena Suerte!”- Qué idio/teces –Lancé la revista hasta un rincón de la sala y me acurruqué más en el sofá. Ésta noche decidí esperar a Nicholas, hasta que llegara. Moría de sueño, pero no me importaba, tenía que hablar con él.
Pensando lo que le iba a decir cuando él estuviera aquí, escuché un tono de celular en el piso de arriba, me paré automáticamente y seguí el sonido de la melodía. Subí las escaleras intentando descifrar de dónde provenía. Dejó de escucharse unos segundos y de nuevo volvió. Entré en la habitación de Jerry, y me dirigí hacia el mueble pequeño.
Abrí el cajón y ahí estaba. Entre mi curiosidad y razón, ganó la curiosidad y lo abrí rápidamente.
-¿Nicholas? –Preguntó una voz femenina-.
-No, perdona, habla Miley -Contesté de inmediato. Ella esperó unos segundos y después habló-.
-¿No se encuentra ahí?
-No, lo siento. Él salió desde hace un par de horas, podría decirle que llamó, ¿Cuál es su nombre?
-No, no es necesario –Abrí la boca para preguntarle una vez más pero colgó-.
-¡Qué genio! –Cerré el celular de golpe- Diosito santo, ¿dónde se habrá metido Nicholas? -Me recosté un poco en la cama de Jerry, y sin darme cuenta, me quedé profundamente dormida-.
17 de Noviembre de 2008
Tanteé con mi mano la cobija que estaba debajo de mí. Sin abrir los ojos la tomé lentamente, pero no podía taparme, algo, aparte de mí estaba encima de ella, me dio igual y dejé de hacer el esfuerzo por tratar de dormir de nuevo. Cuando quise acomodarme de lado izquierdo, era imposible. Unos brazos muy apenas y alcanzaban a rodear mi cintura, lo digo por mi vientre. Transmitían un calor acogedor, al cual me había desacostumbrado por completo por su ausencia, ¿Nicholas estaba a mi lado? Tal vez solo era mi imaginación. Me traté de mover de nuevo, pero ahora estaba convencida de que él estaba ahí. Abrí los ojos lentamente y aún no amanecía, la habitación seguía en penumbras, al parecer estaba en mi alcoba y yo aún con sueño.
Me volví hacia él lentamente y acurruqué mi rostro debajo de su mandíbula. Escuchaba su respiración, era como música para mis oídos, todo era hermoso de él, todo. Por poco y olvidaba de respirar, y cuando lo hice creí sentir su olor tan perfecto y varonil que desprendía cada poro de su piel, pero no fue así. Cuando de repente se me vino una pregunta de las que estaban en la revista que había leído hace horas, “¿Ha llegado oliendo a perfume de mujer?”. Sí, de nuevo. Abrí los ojos rápidamente. Él estaba impregnado de ese olor, que inusualmente se infiltraba discretamente en Nicholas y que yo pasaba por alto. Ése olor a dulce, que cualquiera que lo oliera se enamoraría deliciosamente de ella.
-Nicholas –Susurré en la obscuridad de la habitación. Sentí como si hubiera gritado su nombre, después de que hubo en enorme silencio y tardó en contestar-.
-Perdón si te desperté, vuelve a dormir -¿Si me despertó?-.
-¿Acabas de llegar? –Pregunté con un hilo de voz. Solo quería que me dejara de evadir, quería que habláramos como toda una pareja normal-.
-Solo duerme –Me acarició el cabello una y otra vez y mis párpados estaban cerrándose. ¡NO! Miley, no te duermas. Me repetí de inmediato-.
-¡Respóndeme Nicholas! –Me separé bruscamente de él y muy apenas pude visualizar sus ojos en la profunda obscuridad- ¡Estoy cansada de que me estés evadiendo siempre! ¡Que dejemos de hablarnos como antes! ¡Que ya no me digas cosas lindas! ¿Qué te está pasando Nicholas? –Se me vino a la mente la llamada de la chica misteriosa de hace unas cuantas horas, pero no quise mencionar nada. Calladita me veo más bonita- Por favor, solo respóndeme eso Nicholas.
-Después te darás cuenta Miley, ya lo verás –Cerró los ojos y yo volví a hablar-.
-¿Estás engañándome Nicholas?
noooooooo
ResponderEliminaroh por dios como es eso posibleee
malo nick un mal angel!!!!!!!!!!!
male