Forever - One Shot

-¿Eso es todo? Después de cinco años, y todo lo que me dices es “deja ahí tu maleta”? sigues siendo el patán en el que te convertiste cuando me fui, no puedo creerlo, creí que habías cambiado…  

-Miley... –el estaba anonadado, no dejaba de verme, claro, yo había cambiado un poco, mi cabello estaba más largo, mi cuerpo ya no era el de una chica de 18 años- yo… no sé qué decir…

Él se acerco a mí, una tormenta estaba iniciando debido al oscuro celo, pero era peor la tormenta que se veía en los ojos de aquel hombre que salía de su cabaña; alto y fuerte, mejor de lo que recordaba.

-¡no te atrevas a dar un paso más Nicholas Jonas! –Dije retrocediendo hasta los escalones del pórtico- no sigo siendo la niña ingenua de antes, esta casa es de mi abuelos y tengo todo el derecho a pasar la noche aquí

-si no te hubieras ido hace cinco años, esta casa seria nuestra- se acercaba cada vez más, las gotas de lluvia que me habían empapado, ahora lo salpicaban a él en su bien formado rostro-  pero te importaron más tus sueños de ciudad que yo, ¿no es así?

Mi cuerpo toco uno de los enormes postes de madera, su cuerpo me acorralo, olía a café a pesar del viento que hacía, la lluvia comenzaba a caer más fuerte, pero al parecer a ninguno de nosotros nos importaba, una de sus manos rodeo mi cintura y la otra fue sobre mi cabeza, a recargarse en el poste, su mirada era fija, hambrienta.  

-Tu mejor que nadie lo sabes, tenia sueños… -su boca estaba tan cerca de la mia, la lluvia desapareció para los dos en ese momento, y nos concentramos en el calor de nuestros cuerpos- Nick, no por favor…

-ni lo pienses, han pasados cinco años desde la última vez que te besé, pero ahora –dijo con su boca ya sobre la mia- ahora, hare mucho más que eso, haré lo que estuvimos a punto de hacer antes de que te marcharas de aquí…

Su boca devastadora entro en acción, esos labios firmes tan familiares, tan cálidos, no pude más que enredar mis brazos alrededor de su cuello, aferrándome a él, pegando me a su cuerpo, sintiendo esos duros músculos, pero necesitaba más, había pasado tanto tiempo… sentí sus manos en mis piernas, me hico enrollarlas en su cintura a la vez que su lengua se introducía en mi boca, sus manos acariciaron mis piernas hasta llegar mi trasero y me acerco más a él, gemí desesperada, lo necesitaba.

-Nick… -dije separándome un instante para verlo, me tenia recargada en el poste mientras me cargaba- te necesito…

-yo también te necesito –dijo mirándome fijamente- te he necesitado cada día, desde que te fuiste, mi preciosa Miley...    

-vamos adentro, por favor-dije moviéndome contra él, mi orgullo se había esfumado

Él asintió, comenzó a dirigirse hacia la puerta de la casa y yo me aferre besando su cuello, olía tan bien, y era todo mío, la puerta de alambre se cerró violentamente por el viento, me bajo despacio, son dejar de mírame, sonrió antes de salir de nuevo al pórtico, mire que dejaba la maleta dentro, junto a la puerta, que después cerro, me tomo por la cintura, haciéndome retroceder hacia la sala, la chimenea estaba encendida, la casa estaba tibia, lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones agitadas, el viento golpeando la casa… y unas notas de jazz que salían del viejo radio del abuelo; al llegar al centro de la pequeña sala, pequeños besos en mi cuello hicieron estremecerme, pero necesitaba sentirlo tantos años de ausencia, sin su amor, sin él… comencé a sacar su camisa de sus pantalones vaqueros, desabotone rápidamente hasta dejarla caer pesadamente sobre la alfombra, con una de sus picaras sonrisas, él desabotono mi vestido corto, comenzó desde él ultimo botón hasta él primero, pero antes de acabar, detuve su mano para que no abriera la prenda.

-¿Qué pasa? –me preguntó tiernamente, había parado las caricias, solo me miraba fijamente

-nadie me ha visto así… solo tú –dije susurrando

-no haremos nada que no quieras… se que puedes estar nerviosa, pero seré tan suave contigo –deslizo sus manos por mis brazos, provocando escalofríos- o si lo prefieres…

Pero no pudo acabar la frase, retrocedí un paso, y ante su mirada atónita, deje caer el vestido a la alfombra, me sonroje porque solo llevaba unas braguitas bajo la prenda, pero él no miraba mi cuerpo, sus ojos estaban clavados en los míos, sonrió antes de acercarse a mí y tomarme en un apretado abrazo, mis pechos se aplastaron contra su torso desnudo y tibio, lo necesitaba, lo amaba, tenía que decirlo…

-te amo…

Pero las palabras no salieron de mi boca, salieron de esos magníficos labios que me apresure por besar, mis manos fueron hacia su pantalón y saque rápidamente su cinto, y desabotone el pantalón, sin dejar de besarnos desesperadamente, toda nuestra ropa salió sin apenas darnos cuenta, nos tiramos en el enorme sofá-cama que inmediatamente, se abrió, mis manos recorrieron la espalda ancha y musculosa mientras él mientras se recostaba sobre mí, nuestros alientos se mesclaban, mientras sus manos acariciaban todo mi cuerpo, y no pude evitar dar un grito cuando su boca saboreo mis pezones, me aferre a su espalda mientras su deliciosa tortura me volvía loca, fueron unos momentos de caricias tiernas y deliciosas, pero mi excitación subía a cada momento, tímidamente lleve mis manos hacia su miembro duro y listo para mi, el gimió y llevo su manos sobre la mía, enseñándome como debía hacerlo, había tanto placer en su rostro, lo necesitaba de inmediato, enrede mis piernas en su cintura y lo apreté hacia mi.

-Nick  -gemí desesperada, jadeaba para poder respirar

-¿ahora nena, estas lista? –dijo en mi oído

-sí, si ahora, te necesito, tanto…

Nick se sentó, se incorporo despacio, llevándome con él, me sentó sobre sus piernas y me hiso pasar mis piernas alrededor de su cadera, podía sentir sus miembro muy cerca de mí, comencé a temblar, era la primara vez que yo hacía esto, pero Kevin me calmo acariciándome de nuevo, en esa parte de mi anatomía que estama sensible, sin darme cuenta, apenas sentí que me levantaba un poco, y comenzaba a entrar en mi, los dos jadeábamos al compas, y en un pequeño momento, me quede muy quieta, un dolor nada familiar, me mordí el labio para no gritar y me abracé fuertemente a los hombros de él.

-tranquila –susurro en mi oído, hablaba con los dientes apretado- será solo un momento… un poco más, así… despacio preciosa, no hay prisa… así, así… ¿te hago daño?

-no, no… no te detengas –el placer superaba al dolor, y cuando por fin la minúscula barrera cedió, la punzada de dolor fue remplazada por un agudo placer que me hiso dar un pequeño grito- no pares… por favor…

-no lo haré, quiero complacerte, quiero… que seas mía, solo mía… -se movía lentamente, sin dejar de mirarnos, sus manos en mis caderas, enseñándome, guiándome, haciéndome sentir parte de él, gemíamos y jadeábamos, necesitaba más- ¿así? Oh dios, te necesito tanto Miley...

-Nick, eres… mi vida… más fuerte –dije apretando sus hombros- necesito, necesito… por favor…

Él lo entendió, ninguno de los dos pensábamos en nada, sin dejar de mirarnos, y movernos en una desenfrenada pasión, sentí que mi cuerpo estallaría, pero no quería ir, sola, lo quería a mi lado en aquel pequeño paraíso.

-vamos cariño –dijo Nick jadeando fuertemente- córrete para mi, quiero ser el primero en verte, quiero mirarte…

-Nick –dije desesperada-  Oh dios…

Y eso fue suficiente, ambos nos perdimos en la pequeña muerte, me escuche gritar cuando Nick gruñía profundamente en mi oído, caímos exhaustos, sudados, al calor de la chimenea, abrazados, perteneciéndonos el uno al otro.

-te amo- dijo Nick de nuevo, besando mi frente- y después de esto, nunca más te dejaré marchar… eres mía…

-solo tuya, quiero formar esa familia que nos prometimos –dije acariciando su frente, su cara- te amo, y así será siempre –mis ojos se llenaron de lagrimas- espero que… algún día me perdones…

-nunca te odie, sé que no era el hombre que necesitabas, yo pertenezco aquí, al campo, a la naturaleza…

-y yo pertenezco a tu lado, ese es mi lugar.

Y así lo fue, por siempre.