Escroto por: Evelyn
Era asombroso. Y todo parecía un sueño. No se por cuánto tiempo estuvimos en el aire, en realidad, me estaba quedando dormida. En cuestión de minutos dejé de sentir el aire a mí alrededor y abrí los ojos. Estábamos en una casa. ¿Por qué habría de llevarme a una casa abandonada, cuando él mismo dijo que estaba en peligro? Bajamos lentamente hacia la superficie y automáticamente sus alas desaparecieron. Aterrizamos en el jardín trasero de la casa, anteriormente de algunas personas, tal vez seguían viviendo ahí, tal vez no, no me importó, solo dejé el me llevara a un lugar que para él es seguro.
-Bienvenida a casa Miley -El tintineo de las campanas volvió a sonar en su hermosa voz y sonreí- Me da felicidad saber que te gusta mi voz –Mientras nos introducíamos en la casa, aún me llevaba en brazos, y pude ver de cercas, cómo la sangre se acumulaba en sus mejillas, sonrojándose por las cosas que había pensado sobre su voz-.
-Me gusta mucho –Lo abracé más fuere por el cuello y escuchaba cómo su corazón palpitaba más aceleradamente- ¿Cómo es que éste lugar sigue en pie? –Miraba cada rincón de ésta casa, vagamente familiar y estaba tal y como yo lo alcanzaba a recordar-.
-Bueno, a veces, me escapo un poco de mi responsabilidad y vengo a arreglar este lugar –Sonrió-.
-¿Y por qué lo hacías?
-No quería que vieras tu antiguo hogar hecho escombros.
-¿Podrías bajarme? Debes de tener las manos adormecidas –Él negó con la cabeza, haciendo que sus hermosos rulos danzaran de un lado para otro-.
-Te lastimaría, recuerda que aún no estás curada del todo –Subió las enormes escaleras mientras yo daba un largo suspiro-.
-¿Sabes qué hora es Nicholas? –Yo sabía que él no necesitaría un reloj, ni mucho menos, así que automáticamente contestó-.
-Son las 11:23 (jijijj) –Entró a mi habitación y me recostó suavemente- Descansa otro rato Miley, haz dormido muy poco –Tomó la camiseta que había dejado caer en el suelo hace unos momentos y se la colocó de nuevo-.
-¿A dónde vas? –Pregunté mientras lo seguía con la mirada hasta la puerta-.
-Si me necesitas, solo llámame.
-Te necesito ahora –Dije mientras él se volvía a mí- Quiero que te acuestes conmigo hasta que yo concilie el sueño.
-¿Segura? –Yo solo asentí y él se dirigió de nuevo a mí- De acuerdo.
Traté de moverme muy lentamente para no hacerme más daño y así pude dejarle un espacio a mi lado. Él estaba de costado en mi lado derecho, mirándome detenidamente. ¡Maldición! No podía moverme. Quería mirarlo también, pero era en vano.
-¿Cómo fue Nick? –Pregunté, desconcertándolo un poco-.
-¿Cómo fue qué cosa? –Ladeé mi cabeza hacia él y lo miré directamente-.
-¿Cómo fue mi primera vez? ¿Cómo fue hacer el amor? –Él sonrió abiertamente y en sus ojos había un hermoso brillo-.
-Es lo mejor que puede existir en la tierra Miley.
-¿Por qué no lo recuerdo? –Estaba enfadada conmigo misma, ¿cómo no era posible recordar ese momento tan especial del que me hablaba Nicholas?-.
-En el accidente que tuviste, te golpeaste muy fuerte la cabeza Miley, eso provocó que una parte de tu cerebro se dañara, el doctor dijo que eso sería permanente y que además, fue tan fuerte que quedaste en coma, dijo que tal vez no podrías volver a despertar nunca. Yo sabía que no era cierto, sabía que tú eras fuerte Miley, sabía que podrías, y, venos aquí. En conclusión, tienes amnesia.
-¿Pero eso será permanente? ¿No podré acordarme de mi pasado jamás? –Estaba preocupada, no volvería a acordarme de mi cumpleaños décimo o tal vez de mis amigos o también de lo más importante que me había dicho Nick, haber hecho el amor-.
-Claro que lo recordarás Miley, pero todo a su tiempo, tendrás como pequeños retrocesos en tu mente, recordarás algunas cosas, no del todo, pero lo harás –Levanté cuidadosamente mi brazo, estirándolo hacia él para poder tocar su cabello rizado con mi mano. Era tan sedoso, que no deje de tocarlo. Nos miramos por mucho tiempo a los ojos. Sentía que con una sola mirada me desarmaba por completo y, si hubiera estado de pie, mis piernas me hubieran traicionado y se hubieran doblado, cayendo al suelo sin piedad. Me pasaban demasiadas cosas por la mente, hasta que se me ocurrió decirle algo, que, sin pensarlo dos veces, lo dije.
-Me gustaría volver a hacer el amor.
-Miley... –Nicholas me miró sonrojado a más no poder, pero, me picaba la curiosidad, quería saber qué era lo que se sentía ser presa del placer y la lujuria que poseía al ser humano. Si tan hermoso era… pues no quería esperar más- Pues tendrás que hacerlo Miley. Aparte, no debo de hacerlo, entiéndeme. Esto está mal. Yo nunca debí… -Guardó silencio y seguimos mirándonos- Nunca debió de haber pasado esto.
-¿De qué hablas Nick?
-Todo esto nunca debió de pasar. Pero escrito estaba que pasaría. Lo lamento tanto Miley.
-Estoy empezando a acostumbrarme Nicholas, y no tienes que lamentarte. Pero sabes… cuando a una persona le pica la curiosidad, sobre todo a mí… ya no me detienes –Traté de acercarme a su rostro que estaba a unos cuantos centímetros del mío, pero había olvidado completamente el horroroso dolor que me causaban las costillas al moverme. Él solo rió y se acercó a mí lentamente nos miramos mutuamente los labios y éstos se fundieron en un beso.
Cerré lentamente los ojos. No sabía lo que estaba haciendo, en realidad, no sabía qué hacer, solo moví los labios al mismo son que lo hacía él. Sonreía mientras nos besábamos y eso comenzaba a gustarme. Sentía como de ser un beso tierno, comenzaba a ir un poco más rápido. Nuestras lenguas danzaban apasionadamente y cada vez más rápido. Levanté mis brazos para poder rodear su cuello con éstos y de nuevo olvidé el dolor. Gemí un poco fuerte e hice una mueca. Nicholas rápidamente se separó de mí y se dio un golpe en la frente con la palma de la mano-.
-¡Estúpido! –Susurró- Perdóname enserio.
-No digas eso Nicholas, y no tengo por qué perdonarte. Yo fui la culpable –Abrí los ojos y le sonreí-.
-No Miley, enserio, no debí besarte, perdóname. ¿Estás bien? ¿No te pasó nada verdad? ¿Te duele algo? –Comenzó a preguntar como loco-.
-Sí estoy bien, y no sé cómo lamentas besarme. Yo estoy empezando a anhelar que lo vuelvas a hacer –Parpadeé muchas veces muy rápido y el soltó una risita-.
-Después Miley, si descansas bien, tal vez pueda darte otro –Él sonrió hermosamente mientras me mostraba sus dientes perfectos. Solo esperaba a que esto no fuera un sueño. Porque si lo era, no quería despertar-.
-Pero no te vayas.
-Claro que no, duerme un rato. Mientras la comida esté lista.
-¿Cocinarás? ¿Para mí? -¿Los ángeles se hacen de comer? ¿O no necesitan comer?-.
-¡Duerme ya mujer! Ése pequeño tiene que nacer fuerte y sano -¡Oh, Cierto! El bebé. ¿Cómo pude ser tan tonta al olvidarlo?-.
-Tienes razón, mi angelito tiene que nacer fuerte al igual que su padre –Él me miró tiernamente y me besó la frente- ¿entonces no te veré hasta que coma?
-Así es, ahora cierre sus ojos mujercita y descanse al igual que lo hará ese pequeño angelito-.
-De acuerdo –Cerré mis ojos, no sin antes ver su rostro por última vez. Pronto las cosas comenzaban a perder su importancia y caí rendidamente en brazos de Morfeo-.
“-¡Ése niño tiene derecho a nacer, y lo sabes! –Decía un hombre a otro, pero, no veía sus rostros, estaban completamente borrosos. Yo estaba a un lado de ellos pero pareciera como si no existiera, como si yo fuese invisible-.
-¡Entiende por favor hombre!, te mandarán al infierno si sigues con ésa locura. Sabes cuál es tu deber, lo sabes muy bien.
-Ya no puedo. Y lo haré porque la amo.
-¿Qué es lo que prefieres? ¿Qué a ella y al niño la persigan por el resto de sus vidas y que tú vayas al mismísimo infierno? o, ¿Esperar hasta que ella muera y esté contigo?
-Sabes que siempre he deseado un niño –Él sólo asintió y calló- Lo anhelo con toda mi alma y mi corazón, y, ¿quién mejor que ella? Sé que ella es la indicada y que todo eso sobre lo de involucrarte con un humano… ¡Es un mito! Solo sé que no estoy nada de acuerdo y que quieran o no… la amo.
Él se fue demasiado enojado y le proyección de ese sueño era tan real… se fue alejando cada vez más y yo no era lo que quería, quería seguir escuchando que mis propios sueños me lo impedían. ¡Demonios! Y en éste preciso momentos tenía que despertarme”.
-Nick –Abrí los ojos rápidamente y me volví hacia el lugar en el que había estado ya hace unas horas. Por lo visto empezaba a obscurecer, vaya, había dormido demasiado. Volteé y él estaba allí, mirándome con el mismo rostro que cuando dormí- Creí que me habías dejado sola.
-Para nada, sabes, te ves tan hermosa dormida. Como siempre –Sonrió dulcemente y se acercó para darme un besito pequeño-
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