- Que tiernos... siento interrumpir el magnífico momento, pero debo matar a alguien. – cargó su revolver webley. – ven aquí Miley... – dijo acariciando la carcasa de su poderosa pistola. – No te va a doler…
- Cállate, joder. – le dijo Nick.
- ¿O quieres que Nicky también salga herido de aquí?
Miley tragó saliva.
- Te aseguro que si cumplo mi misión atravesando bien esa preciosa cabecita tuya, me iré de aquí sin más… y dejaré a Nicholas tranquilo… si no… primero lo mataré a él… - dijo señalando a Nick con la pistola. – y luego a ti. Que monos. Una muerte doble.
- Te estás equivocando… - dijo Nick. – la única que saldrá perdiendo de aquí eres tú.
- ¿Sí? ¿Por qué?
- Por esto. – se sacó un cuchillo del cinturón y lo lanzó, clavando el pantalón de
Selena en el suelo. Seguido disparó, repasando todo el cuerpo de la mujer, como un sencillo colador. – Jódete.
El cuerpo de Selena cayó al suelo. Nick respiró honda y profundamente. Des de atrás, escuchó la voz de Miley.
- No puedo creer que hayas hecho esto… - masculló. – acabas de matar a Selena.
Nick dejó ir su metralleta. Se giró y abrazó a Miley. Ella se dejó hacer.
- Por ti… esto y más… y mucho más…
Miley suspiró, entrando en lloro otra vez. Se agarró al cuello de Nick, que la levantaba con ganas, energía. Amor. Y empezó a llorar.
- Siento lo que te dije… - sollozó. – no podrías darme asco, nunca… nunca… y no podría odiarte… ni mucho menos… pero estoy enfadada, muy enfadada…
- ¿Eso quiere decir que me darás otra oportunidad? – dijo Nick, con los ojos acuosos y mirándola, algo más contento. – te prometo que haré lo que sea… nunca, nunca volveré a cometer un error similar…
- Nick… yo… - Miley agachó la mirada, intentando buscar la respuesta correcta. Cuando todo pasó en un momento. Vio a Selena quitándose un chaleco antibalas y levantándose, a duras penas. Había un charco de sangre debajo de ella, pero estaba viva. - ¡Nick! ¡Nick, cuidado! – dijo Miley horrorizada.
Demasiado tarde. Nick no se dignó a girarse. Cogió su metralleta, cubriendo el cuerpo de Miley. Y disparó detrás de él, sin importar la de balas que estaba recibiendo en su propio cuerpo.
- Quédate debajo de mí, ni se te ocurra moverte. – dijo en un gruñido.
Miley sintió como su propia bata se manchaba. Como ese blanco se volvía de un rojo intenso, del color de la sangre de Nick.
- ¡Nick! – gimoteó.
Vio como el cuerpo de él resbalaba por el suyo.
- Mi amor… - murmuró, antes de terminar tendido frente a Miley. - Lo... lo siento...
La vista de ella se nubló. Quizás por odio, quizás por todo el cúmulo de lágrimas. No lo pensó dos veces. Ya era hora, ya era hora de dejar de ser una tonta llorona y ponerse las pilas. Cogió el subfusil de Nick. Pesaba, mucho, pero lo cargó sin ningún problema. Se puso en frente de Selena, que igual que Nick, estaba llena de sangre, tendida al suelo. Respiraba con dificultad, pero respiraba.
- Jodida cabrona. – sonrió Selena. – Vas a morir… - levantó su pistola hacia a Miley. Pero ella pisó su brazo, haciendo que Selena gimiera de dolor.
Miley se sentó encima del cuerpo de Selena. Sonrió cínicamente.
- No sabes lo que acabas de hacer. – masculló mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. – Maté a tu hermana con mis propias manos. Tú vas por el mismo camino. – Apuntó la gran arma en la cabeza de Selena que intentaba resistirse. –
¿Ahora quien es la mosquita muerta? – masculló apretando el gatillo. – Nos vemos en el infierno. – y disparó, atravesando la cabeza de Selena. Y esta vez sí: muerta.
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