-Creo -dijo Anne Hemsworth- que lo mejor será que preparemos una bebida fuerte para cuando mi hijo vuelva a casa.
Anne no
podía saberlo, pero había dado la respuesta que más podía satisfacer a Miley, que había ido adquiriendo una actitud más desafiante a medida
que pasaba el día.
Se abrió la puerta y entró Lucas.
-¡Uauh! -exclamó, y Miley sonrió de oreja a oreja como una beep. El tiempo que había empleado preocupándose por la reacción de sus hijos ante el nuevo aspecto de su madre, había sido tiempo perdido.
Se abrió la puerta y entró Lucas.
-¡Uauh! -exclamó, y Miley sonrió de oreja a oreja como una beep. El tiempo que había empleado preocupándose por la reacción de sus hijos ante el nuevo aspecto de su madre, había sido tiempo perdido.
-¿Qué hay en los paquetes? -preguntó Lucas, despreocupándose de Miley como si fuera la misma de Siempre.
Al
cabo de diez minutos, el suelo del cuarto de estar estaba cubierto de
paquetes medio abiertos y Marie no paraba de corretear luciendo un
collar de cuentas rojas que su madre le había comprado. A William le había
traído un juego de piezas de construcción, pero lo que más le gustaba
era la caja de cartón, que estaba destrozando poco a poco. Para Lucas había comprado un nuevo juego de ordenador, y ya estaba jugando
con él en su habitación cuando llegó Liam.
Liam se detuvo en el umbral
de la puerta y se quedó mirando. La actividad en el cuarto de estar se
detuvo. Marie dejó de corretear para observar su reacción y su madre
dejó de recoger los envoltorios, mientras Miley se ponía en pie
incómodamente y lo miraba con una mezcla de desafío y súplica.
Fue Anne quien rompió la tensión del momento.
Recogió a William de la moqueta y agarró a Marie de la mano.
Pero Miley no prestaba atención a sus hijos, estaba pendiente de Liam, que la observaba con una inescrutable expresión.
Fue Anne quien rompió la tensión del momento.
Recogió a William de la moqueta y agarró a Marie de la mano.
Pero Miley no prestaba atención a sus hijos, estaba pendiente de Liam, que la observaba con una inescrutable expresión.
Una
tenue sonrisa se dibujó por fin en el rostro de Liam. Miley se quedó
muy sorprendida, porque era la misma sonrisa con que se había acercado a
ella la noche que se conocieron, una sonrisa ambigua.
Miley se
irguió con una expresión definitivamente desafiante.
-Vaya, vaya -dijo Liam-, ya veo que ha comenzado la segunda etapa.
¿La segunda etapa? ¿De qué diablos estaba hablando?
Se preguntó Miley.
-¿Vas a salir? -preguntó Liam-. Vas a tener que perdonarme, Miley, pero, si me has dicho que tenías planes para salir esta noche, creo que me he olvidado por completo.
-Vaya, vaya -dijo Liam-, ya veo que ha comenzado la segunda etapa.
¿La segunda etapa? ¿De qué diablos estaba hablando?
Se preguntó Miley.
-¿Vas a salir? -preguntó Liam-. Vas a tener que perdonarme, Miley, pero, si me has dicho que tenías planes para salir esta noche, creo que me he olvidado por completo.
Miley frunció el ceño. Sabía que Liam no
decía nada al azar, y se preguntaba qué quería decir con aquel «¿vas a
salir?» y el «segunda etapa», cuando sabía muy bien que no iba a ninguna
parte.
Le quedó claro que no iba a hacer ningún comentario sobre su
nuevo aspecto. Tal vez no le gustaba, tal vez prefería su versión
aburrida, la que no le causaba ningún problema, la que sabía el lugar
exacto que ocupaba en el ordenado mundo de Liam y no pensaba salir de él.
Miley pensó
que lo que tal vez le ocurría a Liam era que no las tenía todas consigo,
y experimentó una sensación de triunfo. Tal vez su pregunta fuera
sincera. -y si estuviera pensando en salir, ¿qué harías? -le preguntó
La pregunta provocó de nuevo la sonrisa irónica de Liam. Al verla, Miley se estremeció llena de frustración.
-Supongo que preguntarte con quién sales -respondió Liam, que sabía jugar mejor que ella al juego de las ambigüedades.
-¿Para ver si tu mujercita sale con buenas compañías?
-Pero, entonces, ¿vas a salir? -preguntó Liam, apretando los puños- ¿Con quién? ¿Con un hombre?
-Supongo que preguntarte con quién sales -respondió Liam, que sabía jugar mejor que ella al juego de las ambigüedades.
-¿Para ver si tu mujercita sale con buenas compañías?
-Pero, entonces, ¿vas a salir? -preguntó Liam, apretando los puños- ¿Con quién? ¿Con un hombre?
Miley no cabía en sí de satisfacción.
-Cuando tú sales, no me dices con quién, no sé por qué tengo que hacerlo yo -dijo con frialdad.Liam frunció el ceño y miró a Miley como diciéndole «Ten cuidado».
-No te burles de mí -le dijo-. Dame un nombre, sólo quiero un nombre.
-Cuando tú sales, no me dices con quién, no sé por qué tengo que hacerlo yo -dijo con frialdad.Liam frunció el ceño y miró a Miley como diciéndole «Ten cuidado».
-No te burles de mí -le dijo-. Dame un nombre, sólo quiero un nombre.
Era una conversación completamente estúpida -pensaba Miley-, ya que ella no iba a ninguna parte.
-No hay ningún nombre -murmuró, furiosa por la facilidad con que Liam había estropeado aquel día tan feliz para ella. Paseó la mirada por los paquetes esparcidos por el suelo, sin encontrar en ellos ninguna satisfacción- Acabo de llegar, no iba a ninguna parte.
-No hay ningún nombre -murmuró, furiosa por la facilidad con que Liam había estropeado aquel día tan feliz para ella. Paseó la mirada por los paquetes esparcidos por el suelo, sin encontrar en ellos ninguna satisfacción- Acabo de llegar, no iba a ninguna parte.
A Liam le había
bastado con ver los paquetes y las bolsas para darse cuenta. ¿A quién
quería engañar, fingiendo con una pequeña mueca de sorpresa que no los
había visto hasta aquel momento?
Liam se acercó al paquete que tenía
más próximo, una caja larga y plana que todavía estaba sin abrir.
Aprovechando que Liam le dejaba libre el paso, Miley tomó su bolso
nuevo y se dirigió hacia la puerta tristemente decepcionada.
-¿Qué es esto? -preguntó Liam.
-¿Qué es esto? -preguntó Liam.
Miley se encogió de hombros, tan arrogante como su hija cuando no obtenía la respuesta que quería.
-Un traje -respondió de mala gana.
-¿Y esto? -preguntó Liam, señalando otra caja
con el pie.
-Ropa interior -respondió Miley ruborizándose, porque la caja rebosaba con la ropa interior más cara que Miley había visto en su vida.
-¿Y esto?
-Dos vestidos -replicó y lo miró con resentimiento-. ¿Por qué? No irás a echarme la bronca por haber gastado demasiado, ¿verdad? ¡Fuiste tú quien me dio todas esas tarjetas de crédito! Una para cada gran almacén de Londres, creo.
-Un traje -respondió de mala gana.
-¿Y esto? -preguntó Liam, señalando otra caja
con el pie.
-Ropa interior -respondió Miley ruborizándose, porque la caja rebosaba con la ropa interior más cara que Miley había visto en su vida.
-¿Y esto?
-Dos vestidos -replicó y lo miró con resentimiento-. ¿Por qué? No irás a echarme la bronca por haber gastado demasiado, ¿verdad? ¡Fuiste tú quien me dio todas esas tarjetas de crédito! Una para cada gran almacén de Londres, creo.
Miley no las había utilizado nunca. Hasta aquel día, no se había dado cuenta de las delicias que podían ofrecerle.Liam ignoró el comentario.
-Es un vestido que merece una cena en uno de los restaurantes más caros de Londres, tal vez con un poco de baile después, ¿no te parece?
-Es un vestido que merece una cena en uno de los restaurantes más caros de Londres, tal vez con un poco de baile después, ¿no te parece?
Miley se estremeció y miró a Liam a los ojos, sin acabar de comprender.
-¿Me estás invitando a cenar? -preguntó con tanta inocencia que Liam no pudo evitar una sonrisa irónica. -Sí -asintió con cierta burla.
-¿Me estás invitando a cenar? -preguntó con tanta inocencia que Liam no pudo evitar una sonrisa irónica. -Sí -asintió con cierta burla.
-Sí, Miley -repitió Liam con mayor amabilidad, como si se hubiera dado cuenta de la inquietud de Miley y lamentara haberla causado- Te estoy preguntando si te gustaría que saliésemos a cenar esta noche.
-Ah -exclamó Miley desconcertada y sin saber qué responder.
Se alegró de oír a Lucas bajar corriendo por las escaleras, como un alud. Pasó a su lado como una exhalación y saltó a los brazos de su padre.
-¡Hola! -exclamó- Mamá me ha comprado un juego nuevo -prosiguió con excitación- ¿Puedo bajado y ponerlo en la televisión? Es un simulador de vuelo y hay que aterrizar y despegar en un tornado.
-¿Por qué no? -dijo Liam sonriendo sin dejar de mirar a Mley-. Si a tu abuela no le importa, puedes bajarlo. Tú madre y yo nos vamos a cenar.
-¿Os vais a cenar los dos juntos? -exclamó Lucas, tan sorprendido como Miley-. ¡Qué bien!' -agregó mirando a su madre- Papá te lleva a cenar en vez de ir tú sola como el otro ...
-Lucas -dijo su padre. El niño se calló.
Miley se sintió muy incómoda.
-A lo mejor tu madre no puede quedarse -dijo.
Sabía que Liam sólo la había invitado a cenar al ver todas las molestias que se había tomado para cambiar de aspecto- Ha estado aquí todo el día y no me parece bien que ...
-No importa -dijo Anne, viniendo por el pasillo. Miley se dio la vuelta. Anne y Marie estaban allí.
Tuvo la sensación de que en aquella casa no había la menor intimidad.
-Por supuesto que importa -dijo- Has estado aquí todo el día y yo ...
-Llévala a un sitio bonito -dijo Anne, ignorando las protestas de Miley.
Miley suspiró con impaciencia, sabiendo que su opinión importaba poco.
-Creo recordar que no he dicho que quiera salir -dijo.
-Claro que quieres salir -intervino Anne-. Así que recoge todas esas cosas y súbetelas. ¡Marie y Lucas, ayudad a vuestra madre!
Miley exhaló un suspiro de resignación. A no ser que quisiera contarles a todos sus razones para no salir con Liam, no tenía más remedio que hacerlo.
Los niños obedecieron inmediatamente. Recogieron varios paquetes y salieron, dejando que Miley recogiera el resto. Cuando estaba al pie de la escalera, oyó la voz de Anne.
-Si quieres saber mi opinión, Liam, ya era hora de que salieseis juntos. Y no estaría de más que empezaras a llevarla a esas cenas donde conoces a tanta gente del mundo de los negocios.
Miley se había detenido en las escaleras y esperaba con curiosidad la respuesta de Liam, pero cuando habló no pudo distinguir sus palabras.
Sin embargo, a Anne se le entendía perfectamente. -¡Tonterias! -replicó-. ¿Cómo sabes que no le va a gustar cuando no le has dado la oportunidad de averiguado? Tu problema, Liam, es que la tienes tan envuelta entre algodones que no le dejas descubrir lo que realmente quiere de la vida.
¿Era eso lo que Anne pensaba?, se dijo Miley. En realidad, ella creía que siempre había sabido lo que quería de la vida, ser una buena madre y una buena esposa. Eso era todo. No era algo ni muy excitante ni muy ambicioso. Sólo quería ser una buena esposa para el hombre al que amaba y una buena madre para unos hijos a los que adoraba. ¿Qué tenia eso de malo?
siiiiiiiiiiiiiiiissssssssss
ResponderEliminarahhh me encaantharoooonn todoooss
loss capiiiiisssssssss
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh komooo los dejas asiii siguelas las dos noveees
chiiiik!
ResponderEliminarjeje ya kiiiero el siguiente cap!
jeje de todas las noves jeje!
en serio chik!
me encantaaaa!
me encantan las noves!
kuidathe
te kiiiiero :)