Miley se
sonrojó. En cambió observó a Nick por el rabillo del ojo. Él no estaba
ruborizado, para nada. Después de la acusación del policía... se
imaginaba ¿y si aquello hubiera sido cierto?. Sin pensarlo, se aferró
más a la chupa de Nick. Olía bien, olía a hombre, mezclado con un
perfume viril y excitante.
- ¿A dónde vamos? – preguntó Miley pensativa.
-
A una casa que tengo en mi cala privada. – dijo orgulloso. Miley
supo que a aquel individuo que la había raptado le sobraba el dinero.
- ¿Por qué no me llevas a mi casa y olvidamos lo sucedido? – suspiró – yo como si no te hubiera visto nunca.
-
Nena, eso es imposible. – en su rostro se dibujó una sonrisa
espectacular. La ronca voz estremeció la espina dorsal de Miley,
produciéndole un delicioso escalofrió. – Además, los secuaces de Alex,
una de las bandas de una mafia rusa, te estarán buscando, ahora que ya
has tenido trato con él.
- ¿Pero por qué? Yo no hice nada.
-
Bastó con las relaciones que tuviste con Alexander Donovan, para que te
involucraran con él. Ahora eres tú a la que buscan. Son así de
sádicos... – Nick tragó saliva, a Miley le extrañó, y con un hilo de
voz terminó la frase – los rusos...
A Miley se le llenaron los ojos de lágrimas.
-
No me llores, ya te he dicho que no me gustan las lágrimas. – Dijo Nick
entrando en un gran subterráneo donde había un BMW plateado, igual de
bonito que el caro Lamborgini. – Conmigo estás a salvo, mi jefe me
encomendó que te protegiera e intentara sacar de ti más información
sobre la mafia de Donovan. Y así lo haré.
Salió
del coche y se dirigió al copiloto. Miley se había olvidado de
todo, hasta de desabrocharse los pies. Nick abrió la puerta y al ver que
aun seguía con la cuerda se agachó y se la desabrochó. Miley se
sonrojó al sentir la respiración de la boca de
Nick, chocando contra su muslo. Pronto la cuerda cayó al suelo.
-
Habrá un par de normas. – dijo Nick, estricto – No intentaras huir, a
no ser que quieras que te maten – rió – Aun que es prácticamente
imposible, el acceso aquí es muy difícil hay muchas armas de protección
contra personas alienas. Esta enorme cala es mía, todo lo que tiene me
pertenece a mí. – la miró – Ahora tú estás incluida a la lista.
- No te pertenezco – musitó Miley.
-
Ahora sí. Estas en mi propiedad, eres de mi propiedad. – la miró –
prométeme que por tu seguridad no saldrás de la isla.
Miley agachó la mirada.
- Miley. – la primera vez que decía su nombre. Y fue como el mejor de los roces, su piel se erizó.
- Bueno... – dijo con énfasis en la segunda vocal.
- Miley. – volvió a repetir con más seriedad – si te pasa algo yo seré el responsable.
- De acuerdo… - suspiró - ¿Hasta cuanto tendré que quedarme aquí?
-
Hasta que cojamos a los cabro.nes que van a por ti. – empezó a caminar
hacia una puerta – O los mataran mis compañeros… - la miró sonriendo – o
vendrán y me cargaré a los siete secuaces de Donovan, uno por uno.
Miley tuvo otro escalofrío. Nick era un tipo duro, no le importaba matar a la gente.
- ¿Te gusta tu trabajo? – dijo Miley con expresión preocupada.
- ¿Te refieres a matar a la gente? – entró en el ascensor, cogiendo del brazo a
Miley. - ¿O a ser un agente secreto?
- A lo primero…
-
No gusta nunca matar a la gente, a no ser que seas uno de esos
terroristas, que siguen matando aun que les cueste la vida a ellos.
Miley observó los limpios trechos de su cara. Era guapo… no, guapísimo. Unos
ojos marrón oscuro penetrantes, que clavaban la vista al vacio, una
nariz recta y unos labios generosos. Nick le pilló la mirada con la
suya. Ella agachó la vista enseguida. Él sonrió.
- ¿Qué mirabas? – dijo gracioso. El simple tono de frialdad con la que la trataba antes desapareció.
- Na…nada.
- ¿Te gusto? – preguntó sin más, abriendo los brazos. - ¿te gusta esto, muñeca?
Miley no pudo evitar morderse un labio.
- Me deseas. – sonrió Nick – deseas mi cuerpo ¿verdad?
En
ese momento se abrieron las puertas. Miley salió rápido de allí,
más roja que un tomate. Nick era un creído. Un creído con el cuerpo de
Dios griego. Y la cara de ángel. Topó con algo.
-
Perdón. – masculló, aun con la imagen de Nick abduciendo su mente. Un
hombre apuesto, fuerte, de rasgos germánicos, rubio y con pequeños pero
preciosos ojos azules yacía estático en frente de ella.
- Perdóneme a mí, señorita… - se inclinó para besarle la mano.
-
Bueno, ya, ya… cursileras. – dijo Nick poniéndose entre medio –Él es Liam, un compañero mío, el cual me debe una muy gorda y de momento le
dejo que se ocupe de esta casa… pocas veces vengo. Muy pocas. Y ella es Miley.
- ¿La de Dovone? – dijo el supuesto alemán sonriendo y mostrándose aun más guapo.
- Y dale, que no tengo nada que ver con Alexander. – dijo Miley cruzándose de brazos.
Tenía
enfrente a un hombre salido del propio infierno y a otro caído del
cielo. Los dos supuestos agentes de la misma agencia, con habilidades y
fuerza bruta. El cuadrado alemán se la quedó mirando, descaradamente.
- Alex se habrá puesto las botas – dijo centrando sus ojos en sus muslos desnudos.
- Ya basta, Liam. – le dijo Nick. – ella dice que no ha tenido ninguna relación con Alex.
- Entonces, que desperdicio. – sonrió relamiéndose.
-
Oh dios, quiero irme a mi casa ¡ya! - Miley se echó el pelo hacia
atrás, abriendo la chaqueta de nuevo, sin querer y dejando ver sus
pechos cubiertos por el sujetador negro. Los dos hombres se la quedaron
mirando.
Era
un peligro, un verdadero peligro, dos hombres que rebosaban de
testosterona, con una sola mujer encerrada en aquella casa de la Isla o
cala de Nick.
- Será mejor que te calmes.
- Si, será mejor que me tome una ducha… - dijo bufando - ¿Tienes?
-
¿Por quién me tomas? Tengo hasta piscina. – masculló Nick – Primera
puerta a la izquierda. Ahora te traigo las toallas y algo de ropa… - la
miró de arriba abajo – aun que con el tipito que tienes mi ropa te irá
grande… tendré que comprarte algo, aun no sabemos el tiempo que te
pasaras aquí.
Miley asintió y se dirigió a la ducha, dejando caer antes la chaqueta,
dejando ver un culo deseable y unas buenas piernas, moviendo las
caderas. Dejando a Nick aturdido – y eso que para mujeres, él había
visto de todo tipo -, aquello lo ponía, aquella mujer lo excitaba, más
de lo que pudiera llegar a pensar.
Me encanto xd (:
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