Tantas horas
de insomnio, hicieron que Miley durmiera durante veinte horas
seguidas. Todo un lirón, pensaba Nick. Pero le daba igual… era preciosa
cuando dormía. ¿Preciosa? ¿Perfecta? ¿Cuando le he dicho yo eso a una mujer? Pero Miley no era una de esas mujeres con las que se había acostado. Le había
practicado sexo oral, nada más… y eso ya significaba mucho para él. ¿Por
qué?
Alguien abrió la puerta.
-
Hombre, amigo… - dijo Nick sorprendido – Ayer no viniste hasta las
once, te volviste a ir para ocuparte del cadáver de Delta… y vuelves hoy
a las diez de la noche.
- Calla, calla… - Liam se tiró al sofá – estoy rendido… si tú supieras el peso que nos he quitado de encima.
- A ver, cuéntame. – Nick se sirvió algo de Jack Daniels y le sirvió una copa a
Liam, el cual la aceptó con mucho gusto.
- Aquí el otro día eliminamos a uno de los secuaces de Donovan.
- Ajá. – dijo dando un trago.
- Bueno… ayer mientras me llevaba a Delta se me apareció un hijo de puta de esos…
Nick abrió los ojos mientras bebía.
-
Lo dejé como un colador con mi querida AK 47 y lo metí junto con su
jefa o compañera, o lo que fueran de la zorra de Delta. – suspiró y dio
un lago trago de Jack
–
Total, que cuando llegué a la oficina de Snade, me dijo que sus agentes
habían metido en la cárcel a dos de ellos, y que habían matado a uno. –
sonrió y miró a Nick con esos ojos azulísimos, de un potente y apuesto autraliano. – Echa cuentas.
Nick contó.
- Joder, solo quedan dos. Nos hemos cargado a tres.
- Más los que han metido en una cárcel de Rusia para cadena perpetua.
- Toma ya. – Nick sonrió y chocó la mano con Liam. Realmente le había quitado un peso de encima.
¿Pero
que pasaría cuando se cargaran a esos dos que quedaban? Como dijo Miley... volvería a su vida normal… y se olvidaría de todo.
En
ese momento la vio salir. Con los ojos aún endormiscados, bostezando,
un pelo de lo más gracioso y desarreglado… y su jersey. Sonrió al ver
las preciosas piernas que había podido disfrutar, que había podido
besar. El frágil cuerpo, pero perfecto… los pechos, que por lo que
marcaban, no llevaba sujetador. Y esa carita de ángel. Puede que no
fuera la mujer más atractiva del mundo. Pero para Nick, si lo era.
- Buenos días, princesa. – Liam arqueó una ceja al oír decir eso a Nick.
- Buenos días. – sonrió Miley.
A Nick le latió rápido el corazón. ¿Por qué? Se seguía preguntando.
- ¿Queréis un café? – dijo Miley girándose, aun que Nicholas pudo ver un
rubor en sus mejillas. Tan inocente… se acordará de lo de anoche.
- No, nena… tengo el gusto del Jack en la boca. – rió Liam - ¿quieres?
Miley lo miró abriendo los ojos.
- ¿De qué? ¿De Jack Daniels?
- Claro. – Liam levantó la copa. Nick lo miró mal.
- Déjala si no quiere.
¿Déjala si no quiere? Nunca me he opuesto a que una mujer beba, ¿Por qué me siento mal ahora que Liam le ofrece una copa?
Miley sonrió. Solo se había emborrachado una vez. Y las había pasado bastante
mal. Pero de eso hacía varios años, cuando aún tenía dieciséis. Por
ponerse algo contenta… no pasaba nada ¿no?
Unas
tres copas más tarde y seis cervezas de más, Miley no sabía ni donde
se encontraba. Se reía a carcajadas de las tonterías que decía Liam.
Nick estaba de morros. No le gustaba ver a Miley borracha. Ella
estaba demasiado pedo, pero no lo suficiente como para no darse cuenta
de según qué cosas.
- ¿Nick? – dijo sonriendo y cambiándose de sofá.
- Que. – dijo él mirándola enfadado.
- ¿Por qué te cabreas? – se sentó en horcajadas encima de sus muslos. A Nick parece haberle pasado el enfado.
Su
vista se centró en las piernas de ella. Las tenía abiertas, expuestas
para él, de par en par. Y pudo saber que no llevaba bragas. Tan solo su
jersey. El pene le empezó a latir, deseando apartar las mal.ditas latas
de alcohol de la mesa y follarla ahí mismo.
Verla
desarreglada, con la piel ruborizada y en esa postura… tan jodidamente
sexy, lo ponía duro, durísimo. Y Miley ni siquiera lo había tocado.
- ¿Eh? – remarcó ella besándole el cuello.
- No estoy cabreado.
- ¿Y por qué no hablas?
- No es eso… es que no me parece bien que hayas bebido tanto.
Liam se rió.
- Dios, la gatita está caliente… - miró a Nick – y como estás tú, romanticón no me jodas que estás…
- No. – dijo Nick antes de que Liam terminara la oración. – ni te atrevas.
Lo miró amenazante. Pero al contrario, Liam lo miró burlón, observando la situación.
- ¿Entonces te la has tirado? Joder, mírate, estás más empalmado que nunca.
Nick bufó, sonrojándose.
- No, no me la he tirado.
Liam hizo una cara, como si no entendiera nada. Y de verdad, no entendía nada.
-
No te tengo que dar explicaciones. – Nick cogió a Miley, que miraba
su erección, sonriendo y con los ojos muy abiertos.
Liam silbó, viéndolos desaparecer en la habitación donde se alojaba Miley .
Miley besó a Nick, en un intento improvisado. Él tuvo que apoyarse en la
pared, agarrando con fuerza los muslos descubiertos de Miley. Ese
beso lo pilló completamente desarmado. Joder, como amaba su boca, su
lengua, sus labios.
Su erección se clavaba en la feminidad de Miley, y ella no hizo mucho para ayudar, al contrario, se frotó
contra él, gimiendo, deseándolo… Pero no puedo abusar de una mujer… borracha. La
tumbó en la cama. El jersey se subió, dejando ver demasiado. Hasta por
encima del ombligo. Miley miró tan inocente a Nick… creyó que la
cremallera del pantalón iba a petar. Gimió al ver la posición de Miley. Rápidamente le bajó el jersey.
- Ven aquí. – dijo Miley tirando de sus manos – quiero que me hagas el amor… - murmuró en el oído de Nick.
-
No, dios mío, Miley... – escondió su cara entre su melena, olía tan
bien… - Por favor, pídeme lo mismo mañana… si, hostia, quiero hacértelo,
hacértelo todo, pero cuando despiertes también quiero que recuerdes
cada y uno de los detalles.
Nick besó su frente. Se retiró. Miley hizo un puchero gracioso y lo cogió de su jersey, intentando que volviera.
- Pero yo voy a recordarlo… - Viendo que Nick no volvía hacia ella, puso en práctica otra cosa.
Miley se quitó el jersey y se tumbó, recorriendo con sus manos, su propio
cuerpo. Las pupilas de Nick se dilataron, disfrutando de esa imagen.
- Miley... – gimió pasándose una mano por el pelo, después de frotarse
los ojos. Una nube de lujuria volvía a cubrirle la vista. La deseaba,
la deseaba con todo su ser. Y nunca había sentido nada tan fuerte. Temía
que aquello que Liam había estado a punto de decir, fuera cierto.
- No me deseas… - afirmó Miley.
- Claro que sí. – Nick se tumbó a su lado y le acarició la cara – pero estás borracha y no sabes lo que haces…
-
Sé muy bien lo que hago, lo que digo y lo que quiero… y lo que quiero
en este momento es que me folles… dios, Nick, quiero que me cojas y me… -
un salvaje beso interrumpió sus palabras.
Nick
la cogió de las caderas y la apretó contra su cuerpo. Miley gimió
al sentir la erección. No tardó en meter la mano en el pantalón. Nick la
sintió… toda, tocándolo. Pero eso no aliviaba.
Las manos de Miley
sin duda, lo hacían disfrutar. Pero él… él quería sentir como la humedad
del apretado sexo de Miley lo rodeaba hasta el último centímetro de
su duro pene.
ahhhhhhhhhhhhhhhhhh jeNIIII SIS JENIII SUBEE OTROO PLIIS NO MEEE DEJES ASIIII NO SEAS MALIIS PLIIS CORRAZOOON SUBE PRONTHOOO CORRAZOONNN SI JENIII SUBEE POR MII SIIII ANDALE SUBEEEEE
ResponderEliminarsube otro por favor no no dejes con la incógnita
ResponderEliminaroooooh!!!
ResponderEliminarkiiiero el siguiente!!!
pliiiiiiiiiiiiiiiiiiis!!!!!
por favor sis!
jeje kiero el siguiente jeje!
te kiierop :P
kuidathe girl!