Escrito por: Rosser
Adptado por: Jeny
Un veintitrés
de octubre. Otoño, hacía frio. Miley llega a casa y deja caer el
maletín al suelo. Cuelga su chupa de cuero marrón, la que se le ceñía
al cuerpo, estilizando sus magnificas curvas, haciendo que… cualquier
hombre que la viera, tuviera que girarse un par de veces.
Cerró
los ojos, un olor riquísimo le invadió las fosas nasales. Alguno de sus
platos favoritos mezclado con un perfume de chocolate y lirios blancos.
Para terminar de culminarlo, ve a Nick pasando con solo una toalla en
la parte de abajo que le queda… pequeña. ¿Y cómo no? Con semejante
cuerpo. Sonríe al verla. Se acerca a ella y le da un tierno beso en la
boca. No puede dejar de mirar… al perfecto hombre que tiene delante.
Cuando Nick retira la mano de su mejilla, ella la echa en falta. ¿Y el hombre frio que conocí hace unos meses? Ha desaparecido…
- ¿Cómo ha ido la faena?
- Bien… cansada. Hay varios nuevos clientes.
- Hombre… después de tomarte unos meses de vacaciones, normal que te echen de menos.
-
Joder, solo fue un respiro… - se acercó a él, y le dio otro beso, sin
dejar de sonreírle. – Un respiro que necesitaba del todo. – pellizcó la
nalga izquierda de Nick y le arrancó la toalla de golpe. – Mmmh… ¿Qué
hay para cenar? – dijo alzando de nuevo la vista hasta los ojos de él.
- Devuélveme eso… - dijo Nick entrando en su juego.
Miley,
ágil apartó la mano, y se escabulló por un lado de Nick. Él la siguió,
recorriendo, desnudo, por toda la casa. Al final la atrapó. La vio, tan…
tan ella, sentada de rodillas en la cama. Y con su toalla entre los
dientes.
-
¿La quieres? – murmuró retirándola un poco, y jugueteando con la
toalla… tan sensualmente que eso lo puso a mil-y era más que evidente,
pues iba desnudo y el tamaño de Nick no era fácil de esconder-entre sus
dedos. – Ven a buscarla. – volvió a encajarla entre sus dientes,
metiendo una de sus manos por debajo del suéter.
Nick
no tardó en subirse en la cama, en cubrirla con todo su cuerpo. Miley tuvo el placer de sentir toda la carne desnuda de su amado,
aplastándola. Y no le molestaba, al contrario… adoraba estar así,
adoraba… sentir que Nick estaba allí, para ella… y solo para ella.
Nick le subió el suéter de rombos.
-
Adoro como te queda este jodido suéter… - le susurró al oído,
provocándole un escalofrío. encajó sus grandes manos en la fina cintura
de Miley, sin dejar de besarla.
- Nicholas. – murmuró contra su boca. Nick aspiró su aliento de mentol. –
Hazme tuya… - arqueó las caderas, frotándose contra el miembro - ya durísimo- de él.
- Tiempo al tiempo… - dijo, aun que no quería esperar por entrar al cuerpo de su chica.
- No… ahora.
Nick rió. Se levantó deprisa.
- ¿Dónde vas? – le suplicó Miley.
- A apagar el fuego. Se quemará el arroz a la paella.
- Mmh… paella.
- ¿Prefieres eso… o yo? – le dijo apoyando los brazos, abiertos contra el marco de la habitación.
- ¿No es obvio? - Miley rió, tapándose la boca. Nick pensó que parecía una niña… su niña – La paella.
- Oh, vale… entonces, cariño, vamos a cenar, y a dormir, que es muy tarde. – replicó Nick, como si fuera su padre.
-
Oh, papi… - dijo Miley con cara de niña buena – Era broma, sabes lo
que quiero… - se tumbó boca abajo – Ahora ven aquí y hazme una mujer. –
dijo con tono divertido. Otra carcajada se escapó de la boca de Miley.
- Ya vale ¿no? Con el cachondeo… - Nick se cruzó de brazos. Miley se volvió a mirarlo de nuevo.
-
No sabes lo caliente que te ves así… desnudo y con cara de enfadado. –
ella se quitó la camisa de un tirón. – Sabes que no es broma, sabes que
quiero que ahora mismo vengas y te metas entre mis piernas…
Nick sonrió.
- Voy a apagar el fuego.
- Date prisa. Antes de que se apague el fuego que hay aquí también.
- Cariño, sabes que si se apaga… - dijo Nick des de la cocina. – Lo volvería a
encender en menos de dos segundos.
Miley
se rió. Y entré esas sonrisas que a Nick tanto le gustaban se terminó
de desnudar, escondiéndose de su amado… afuera, en la pequeña terracita.
- Coño, que frio hace aquí. – murmuró para ella misma.
- Ya estoy a… ¿Dónde te has metido? – miró hacia ambas partes - ¿Miley?
Tiró la bayeta de la cocina hacia a un lado y sonrió.
- Quieres jugar… ¿eh?...
Empezó
a buscar a Miley por el baño, por la habitación de invitados, hasta
por los armarios, y debajo de las camas. Pero nada.
-
Venga Nick, que tengo frio. – se dijo Miley a sí misma, sentada en
el suelo de la terraza, con las vistas de Los Ángeles en sus pies, y…
quizás algún vecino
que podría ver algo no debido.
Nick se sentó en la cama de matrimonio, donde minutos antes había estado tumbada
Miley. La erección se le había bajado. Rendido.
- Bueno, ya vale. ¿Donde se habrá metido esta mujer?
Un corriente de aire le puso la piel de gallina. Miró hacia a fuera, la puerta del balcón estaba corrida, con un par de palmos.
- Estás loca. – Sonrió y se acercó hacia la terraza – pero así me gustas.
Corrió más la puerta para pasar y vió a Miley sentada en el suelo. Lo miró.
- Al fin… - acarició la pierna de Nick, él estaba de pie. Eso fue suficiente para
que su pene empezara a cobrar vida de nuevo.
- Estás medio loca ¿lo sabías?
- Eso me dicen… - rió. Nick se puso en cuclillas, a su lado. – pero a menos… estoy loca por ti.
Beso la boca de Nick deseándolo. Le mordió el labio inferior. Eso lo excitó aun más. La cargó entre sus brazos.
- Estás helada. – Nick la entró y la tumbó en la cama, tapándolos a los dos. – Aquí se está mejor…
- Nick, hacerlo en el exterior es una de mis fantasías. – dijo besándole el cuello.
-
Te prometo que cumpliré cada una de tus fantasías, mi vida… pero esta
déjala mejor para primavera, o verano… además, algún pervertido podría
haberte visto… a saber lo que estará haciendo ahora. – Nick se rió, para
sí mismo. – Seguro que cagán.dose en todo… por verme metiéndote aquí…
para mi solito…
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