martes, 12 de julio de 2011

Protegeme: Cap 10

Entraron en una tienda de jerséis, blusas, camisones y lencería. Miley se quedó fascinada viendo todo aquello. Con lo que le gustaban las compras…  y Nick le hacia aquel favor… ya se había gastado más de doscientos dólares con los cuatro pares de pantalones y el par de zapatos.

-          Esta tienda puede que sea mi favorita. – murmuró Nick con una gran sonrisa.

A Miley también le encantaba probarse lencería. Pero no en ese aspecto… si no, porque le gustaban los conjuntos bonitos, de distintos colores, cómodos y sexys a la vez. 

Se probó un par de jerséis.

Dos hombres que estaban en la sección de ropa interior masculina se quedaron mirando a Miley. Nick fijó su fría mirada en ellos. Miley seguía buscando algún otro jersey entre los distintos percheros.
Alzó la mirada y uno de ellos le giñó el ojo.

-          Vete a coquetear con otra. – dijo Nick cogiendo a Miley del brazo y llevándola a otra parte de la tienda.

-          ¿Por qué hiciste esto? – dijo Miley dejando el par de jerséis que se había probado en el banquillo de en frente los probadores.

-          Por que se te comían con la mirada, nena.

-          ¿y? Creo que hasta ahora aun estoy soltera y libre. Y puedo dejar que otros hombres me miren todo lo que quieren, incluso que coqueteen. ¿A caso tú no lo has hecho?

Nick agachó la mirada. Pronto se le pasó el enfado a Miley. 

Un conjunto del tanga rosa con los encajes negros y el sujetador a juego, con los bordados del mismo color más oscuro le llamó la atención. Era completamente provocativo. Y completamente su estilo. Hacía meses que no compraba un conjunto así de sexy, y se había enamorado de aquel, precisamente. Sintió impulsos, de al menos probárselo.
Vio la tarjeta. 89.95 dólares. Se puso blanca de golpe. 

Nick se acercó y le susurró al oído.

-          Pruébatelo… si te gusta cómo te queda. – que de eso estoy seguro – yo te lo pago.

Miley se giró. Se encontró con la cara de Nick a milímetros de la suya.

-          No puedo dejar que me compres algo así… tan caro. – negó con la cabeza – da igual, me compraré otro más normalito. – intentó ir hacia el otro estante, pero Nick la retuvo entre él.

-          No… pruébatelo, enserio estaré encantado de comprarte algo así… - sonrió – me gusta que te guste la lencería tan erótica.

Miley se sonrojó un poco.

-          ¿De verdad me lo permites? – no pudo evitar sonreír, mordiéndose el labio.
Eso agitó a Nick.

-          Si, de verdad. – Buscó entre los percheros – adivino que… tu talla es una 95 copa C.

Miley entreabrió la boca.

-          ¿Cómo lo sabes?

-          Por que tus pechos me fascinan. Son perfectos para mí. – y ahora sí que se le subieron verdaderamente los colores. Nunca había estado tan roja.

Nick sacó un conjunto igual que el del maniquí pero con la talla de Miley.

-          Toma. - Miley lo fue a coger – Ah, ah…

-          ¿Qué? – dijo arqueando una ceja.

-          Te dije que estaría encantado de comprártelo si te gustaba.

Miley asintió.

-          Pero con una condición. – y las condiciones de Nick le daban miedo – que cuando volvamos a casa me enseñes lo bien que te queda este precioso conjunto – sonrió, pícaramente.

Miley se quedó pensativa. Fue a oponerse pero Nick se le adelantó.

-          ¿Qué pasa? No pierdes nada, ya te vi en ropa interior. – sonrió – sales ganando.

Miley lo miró. Tenía razón. Al final terminó cogiendo el conjunto.

-          Solo unos segundos.

-          Solo unos segundos – repitió Nick – con eso me basta.

Ella negó con la cabeza y se metió en el probador. Poco después salió con una sonrisa en los labios. Nick también sonrió.

-          Vamos a pasarlo por caja.

Miley llevó las cosas hasta la caja y un dependiente los cobró. Pocó después y con seis bolsas en las manos, se volvieron a subir al yate, de nuevo hacía la playa de Nicholas. Él manejaba el motor.

-          Aun no entiendo porque estás haciendo todo esto. – dijo Miley mirando todas las bolsas. Volvía a sentirle mal.

-          Quieres dejar ya las preguntas. Si lo he hecho es porque quiero… yo quiero que te pasees por casa con una vieja sudadera mía.

-          Mmhh… ¿no te gusta cómo me queda? – dijo Miley riendo.

Nick sonrió y la miró. Ahora que iba mejor, con un jersey ceñido, aquellos tejanos y aquellas botas altas de tacón.

-          Me gustas con cualquier cosa que te pongas. – Nick se dio cuenta de su fallo.
No le había contestado la pregunta, si no que le había dado información innecesaria.

Por primera vez Miley vio como las mejillas de Nick se teñían de un rosado adorable. Quiso besarlas… sintió gran impulso hacia a él. – quiero decir que sí, que me gusta cómo te queda… pero estas mucho mejor así…

El yate paró en el pequeño puerto de la playa de Nick. Él bajó y llevó las bolsas hasta la casa. 

Luego volvió y, cogiendo a Miley de la cintura la bajó del yate. Pero una casual piedra que estaba escondida entre la arena de la cala hizo que Nick tropezara,  haciendo que Miley lo siguiera. 

Por primera vez, ambos sintieron la presión de estar un cuerpo encima de lo otro. Nick había vivido mucho, pero aquello lo superaba. Le gustaba el calor del cuerpo de Miley, y si era la mitad de bueno que en su puñetero sueño semi pornográfico, se conformaba. Quería perdurar así, de diferente modo – exactamente para él sería perfecto si estuvieran los dos desnudos -.

Miley sentía la dureza de los músculos de Nick. Se acordó del delicioso beso que le dio, ayer en la tarde, cuando le habían disparado en la pierna. Se incorporó para salir de encima de él. La sonrisa le tembló.

-          ¿Estás bien? – dijo levantándose y tendiéndole la mano a Nicholas.

-          Si… perfectamente. – sonrió y atrapó la pequeña mano de Miley. – Disculpa mi torpeza.

Antes de que Miley pudiera decir nada tiró de ella nuevamente, esta vez, haciendo que Miley cayera a horcajadas sobre él. Ahuecó su cabeza con las manos y la besó. Quería, necesitaba, sentir los labios de ella nuevamente. Metió su lengua, devorándole la boca. Miley gimió, aún así aceptándolo. Pasó sus dedos por entre los rizos de Nick y se movió encima de él. Nick pensó que moriría en ese mismo instante si ella volvía a hacer ese movimiento de invitación hacia sus caderas.

La cargó hasta a dentro de la casa. ¿Liam? ¿Dónde estaba Liam? No importaba, porque Nick no pararía por nada. ¿Por qué deseaba a Miley mucho más que a cualquier otra mujer que hubiera tenido o visto? La tumbó en el sofá y acarició sus muslos por encima del nuevo pantalón. ¿Caricias? Parecía que Nick no hubiera tocado un cuerpo femenino en toda su vida. 

Necesitaba a Miley, necesitaba poseer su cuerpo de todas las maneras posibles. La deseaba des de que Snade le enseñó esa puñetera foto. Miley sintió como el pene de Nick se clavaba en su muslo. Arqueó la espalda, acariciando el pecho de Nick con los suyos.

-          Nena harás que estalle… - le susurró colocando su pelo detrás de la oreja – dios, me encantas… - sonrió y le besó la comisura de los labios. - ¿No tenías algo que enseñarme?

Miley sonrió. Nick era tan oportuno… Se escabulló de debajo de él y fue a buscar la bolsa. 

Nick la observó desaparecer en el lavabo. Observó su erección y se acarició por fuera. El simple roce de su propia mano hizo que sintiera gran placer. Y eso solo era una pequeña muestra de lo que Miley producía en él.

1 comentario:

  1. olisss sis komo esthasdoo espero que super mega biien
    jejej komo siempre me dejas super pikada con cada capii me encaanthooooo muxiximooo sis ahhh!!
    espero prontho el siguienthe no tardes tannthooooooooooo pliiis sube pronthoooo te quieroo cuidathee byye

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