sábado, 16 de julio de 2011

The έναν εξαπατώντας σύζυγο: cap 8

Cuando entró en el salón, Liam estaba sentado en el sofá con un libro entre las manos. Tenía el aspecto de alguien que no se hubiera movido del sitio durante horas. No se molestó en saludar a Miley, que, tras una corta pausa, esperando su repentina explosión de furia, que no llegó, cerró la puerta y se dirigió a la cocina. 
Esbozaba una sonrisa. 

Liam no la engañó ni por un momento con su aire de indiferencia, le había visto mirando por la ventana justo antes de entrar por la puerta del jardín.
Dejó el abrigo sobre una de las sillas de la cocina, se quitó las botas y preparó café. 

Liam entró como un gato en busca de su comida diaria. Llevaba vaqueros y camisa de algodón.
-Será mejor que llames a Tay -murmuró, apartando una silla con el pie para sentarse en ella 

-¿Por qué? -dijo Miley con curiosidad, y mirándolo por un instante.
-Porque no he parado de llamarla creyendo que estarías en su casa, y ella no me lo quería decir.
-¿Y por qué estás tan seguro de que no ha sido así?
Antes de contestar, Liam guardó silencio por unos instantes.
-Porque llamé a mi madre para que cuidase de los niños y me fui a su apartamento para ver si era verdad. -Así que no sólo Tay, sino también tu madre sabe que he estado fuera todo el día -dijo Miley con acritud sirviéndose el café, que ya estaba listo.
 
No puedes echarme la culpa de que estuviera tan preocupado después de cómo te fuiste -se quejó Liam.
 
«Eso está mejor», pensó Miley. «Eso le enseñará a no tratarme como a una niña. Puede que lo sea, pero eso no significa que me guste que me traten como tal. Además, así se dará cuenta de que su predecible esposa no es tan predecible después de todo.»
 
Se sentó frente a él, tomando con gusto la taza de café caliente entre las manos, todavía frías. Liam se pasó las manos por el pelo y luego las apoyó sobre la mesa y comenzó a tamborilear con los dedos, como si algún pensamiento le rondara en su interior. Inclinó la cabeza hacia delante. Tenía el pelo revuelto, como si se hubiera pasado las manos por él muchas veces.

Miley nunca lo había visto así, con un aspecto tan frágil.
-Tus padres también lo saben -dijo inesperadamente- Los llamé cuando no se me ocurrió ningún otro sitio donde pudieras haber ido. Han estado esperando que aparecieras por Altrincham toda la tarde. Será mejor que los llames para decirles que estás bien.
 
Así que sólo se le había ocurrido llamar a tres sitios para localizarla. ¿Qué le decía eso a ella de sí misma? Se preguntó, pero decidió que ya había hecho suficiente auto análisis aquel día y decidió posponer la respuesta.
 
-Te voy a decir una cosa, Liam -le sugirió- ¿Por qué no los llamas tú ya que fuiste tú quien los has preocupado? Llama a tu madre y a Tay, no tengo ninguna gana de hablar con ella.
 
-¿Con quién? ¿Con mi madre?
 
-No, con Tay -dijo Miley sarcásticamente-
 
Has sido tú la que la has vuelto a meter en este lío después de decirle que se ocupara de sus asuntos, así que, si crees que está preocupada, llámala tú.
 
-iTodos estábamos muy preocupados! -exclamó Liam, dirigiéndole una mirada furiosa.
 
-No pienso suicidarme -dijo Miley con calma, sorbiendo su café. Cuanto más nervioso estaba Liam, más tranquila estaba ella- Puede que me hayas tomado por una imbécil, pero no me voy a perder el resto de mi vida por eso.
 
-¡Yo no te he tomado por una imbécil!
-Claro que lo has hecho. Por ejemplo, cuando has perdido el tiempo pensando que había hecho una tontería -dijo Miley con mordacidad.

Liam tragó saliva. Quería contenerse, evitar cualquier disputa.
-¿Dónde has ido? -preguntó.
-A Londres -respondió Miley, irguiendo la cabeza
con orgullo.
-¿A qué parte de Londres? ¿Y para qué? Has estado fuera desde las diez de la mañana, ¡casi doce horas! ¿Qué has estado haciendo durante doce horas si las tiendas están cerradas?
-¡Puede que haya salido con un hombre! -exclamó Miley, y vio con satisfacción que a Liam le mudaba el semblante- No es tan difícil encontrar uno, ¿sabes? Puede que haya decidido echar una canita al aire e irme a buscar... comprensión, ya que, últimamente, no encuentro mucha en esta casa -dijo con ironía.


Liam se puso de pie, dando un golpe con la silla contra el suelo.
-¡Ya basta! -dijo Liam, pasándose la mano por el pelo- ¡Deja ya de tomarte la revancha! No solías disfrutar haciendo daño a los demás.
 

Eso era cierto. Era extraño comprobar cómo podía cambiar una persona de la noche a la mañana. Nunca había tenido ningún desea de hacer daño a nadie, pero, de repente, ni siquiera le importaba que sus padres estuvieran preocupados par ella. Probablemente, la madre de liam estaría sentada en su apartamento, apenas a un kilómetra de allí, esperando con inquietud una llamada que le dijera que su adorable Miley estaba bien.
 

-Haz esas llamadas y no tendrás que escucharme -replicó miley con la vista fija en la taza de café que tenía entre las manos.

Liam la miró con furia. Parecía a punta de estallar, pero, para sorpresa de Miley, suspiró profundamente y se marchó. Miley .oyó que cerraba de un portazo la puerta del estudia e hizo una mueca.
 

Subió al piso de arriba para darse una ducha. Recogió su larga melena en el garro de baño y se metió bajo el agua.
Después de ducharse, mientras se ponía el albarnoz recordó que no había hecha la maleta de Liam.
Con una maldición, entró apresuradamente en la habitación, recogió la maleta de cuero, la dejó sobre la cama y la abrió.
 

-No hace falta que lo hagas -dijo Liam, desde la puerta- Esta tarde he cancelado el viaje.
-Vaya por Dios --dijo miley, mientras él cerraba la puerta- Qué decepción se habrá llevada Selena.


Liam se encogió, como si alguien le hubiera golpeado con un látigo. Miley sintió pánico al ver su semblante pálido. Liam se acercó, la agarró por los brazos y ella se estremeció.
 

-Ya no puedo soportarlo –dijo Liam entre dientes-. ¡No vas a cambiar de .opinión sobre mí a pesar de la que haga o diga!
-Ya he cambiado de opinión sobre ti! -replicó miley, sintiendo temor ante el extraño brillo de los ojos de Liam-. ¡Pensaba que eras un santo, ahora sé que eres un cerdo!
-¡Pues, entonces, voy a portarme como un cerdo!-exclamó Liam y la besó.
 

No fue un beso persuasivo, ni dulce, fue un beso brutal. Miley gimió. Liam clavó sus manos como garras en sus hombros. Miley hizo esfuerzos para apartarse, tratando de no tocar su cuerpo.

Liam le metió la lengua entre los labios, y ella quiso morderle. Pero Liam, que preveía su reacción, apretó sus labios con fuerza para impedírselo y le acarició la lengua con sensualidad. Miley se estremeció y le golpeó el pecho con los puños, en un desesperado intento por detener el ardor que despertaba en su cuerpo. Aunque lo odiara desde lo más profundo de su ser, seguía siendo vulnerable a sus caricias.

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Les Gusto Jajaja Dedicado a Aracely me encanto tu truco
Ahora subo de Protegeme

2 comentarios:

  1. OOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
    ME ENNNNNCAANTHO SISSS AHH AHORA LEO PROTEHJEEMEE ME ENCCANTHOO

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  2. Mala por que la dejaste en la mejor parte espero el otro pronto

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