Después de
tres manzanillas, Miley se sentó al lado de Nick, a ver un poco la
televisión. Liam había vuelto hacia una hora… se había quedado en el
pueblo y no había vuelto hasta las once.
Él se ocupó del cuerpo de Delta (zorra), después de contarle todo lo que había sucedido. Nick y Miley
volvían a estar solos. Ella ahora más calmada.
Apoyó su cabeza en el hombro de él.
- ¿Te importa? – murmuró, mirándolo.
- Claro que no. – sonrió.
Nick
sonreía poco. Ella ya había dicho que no demostraba mucho sus
sentimientos. Pero cuando lo hacía sinceramente, era guapísimo. Ella
suspiró profundamente.
- Espero que esto no te traume de por vida.
- Eso espero yo también. - Miley sonrió – supongo que cuando vuelva a mi vida, ya me olvidare de todo.
A Nick se le congeló el corazón. Cuando vuelva a su vida… se olvidará de todo. Incluso de mí. Esas
semanas que tenían que compartir… al fin y al cabo no significarían
nada. Cuando Miley estuviera fuera de peligro, fuera del alcance de
los secuaces de Donovan, ella podría volver a su casa. ¿Por qué coño me siento mal?
Oh, Nicholas… ese hombre se podría tragar su orgullo de vez en cuando y
ver un mirar un poco más, en su interior… para saber realmente y poder
aclarar sus sentimientos, de una vez por todas.
Él no creía en el amor,
tampoco en la mujer perfecta para él, después de lo que pasó con Selena.
Pero a veces… todo eso lo tienes en frente. O quizás sentado al lado,
con la cabeza apoyada en tu propio hombro.
Miley se
despertó. Las luces estaban apagadas. Estaba al lado de Nick, y él
dormía. Se separó un poco y lo observó. Solo la luz del televisor
iluminaba para poder ver. Las facciones de su cara estaban relajadas. Su
respiración era pausada y de su boca se escapaba algún que otro suave
ronquido.
El pecho subía y bajaba tranquilamente. Miley recapacitó.
¿Cómo había llegado a conocer un hombre tan guapo? Por que la habían
secuestrado, porque unos tíos la perseguían para matarla… solo porque
Alex le había ido detrás todo este tiempo y se la había llevado a su
casa… porque él estaba obsesionado con ella. Y ahora se encontraba allí…
en un lugar al que no pertenecía.
No, no pertenecía… Se levantó
lentamente sin despertar a Nick. Se dirigió hacia su habitación y se
puso una ropa que… que el mismo Nick le había comprado ayer por la
mañana. Se miró en el espejo. Los vaqueros apretados que Nick le había
hecho comprar… le hacían el tracero grande. ¿Por qué se los había quedado?
Solo porque a él le gustaban. ¿Por qué tenía tan en cuenta la opinión de Nicholas?… Si él ni siquiera es nada mío. Se
puso las botas y un jersey suelto que enseñaba un hombro. La verdad es
que no era ropa apropiada para una huida, pero… pero no había nada más,
aparte de más ropa de poca diferencia y el… el estupendo albornoz de
Nick.
Encendió
una lámpara, iluminaba poco, pero lo suficiente como para ver el
llavero. Vio las llaves de un Jeep. Ese coche le iría de puta madre para
conducir hasta la ciudad. Las cogió. Lo siento, Nick. No echará de menos tal coche… tampoco me he llevado el Lamborghini. Salió del precioso chalet de Nick sin hacer ruido y se dirigió hacia el apartamento donde estaba el Jeep, junto con un 4x4.
Antes de que pudiera abrir la puerta del coche, alguien la cogió por el cuello y apretó algo contra su cabeza.
Se le heló hasta la última gota de sangre.
- Como te muevas te vuelo la cabeza, hermosura. – dijo el hombre.
Tenía
un cuerpo fuerte. Miley lo pudo ver reflectado en el vidrio del 4x4.
Llevaba un pasamontañas e iba con un traje de licra negro. ¿Por qué
todos los putos espías tenían que estar tan buenos? Pudo ver la
penetrante mirada… de ese supuesto secuaz de Donovan. Sintió como aquel
hombre le metía mano.
- Eh, ¿Qué mier.da haces?
-
Cállate, si no veras tu vida pasar en unos pocos segundos. – el asesino
se apartó algo el pasamontañas y rozó el cuello de Miley con los
labios, mientras que ella sentía su fuerte brazo apretarle los pechos.
No pudo evitar gemir cuando sintió que le apretaba uno de los pechos.
Metió la mano dentro del jersey… cuando
Miley sintió el sueve tacto de los guantes negros sobre su pezón excitado, no pudo más.
Le dio una patada en la espinilla. Para algo me habrán servid las clases de autodefensa. Y seguido… Un rodillazo en sus cataplines. El hombre gimió.
- Joder, Miley. – esta voz si la reconoció, mientras él se retorcía de dolor.
Miley le quitó el pasamontañas.
- ¿Estás loco o qué? – dijo histérica - ¿Es que quieres matarme de un susto? De veras pensé que querían matarme.
- Es que quieran matarte. – dijo Nick – por eso quise darte un susto… ¿Por qué quieres escaparte?
-
¿Por qué me has tocado? – dijo Miley casi sin aliento. Estaba
excitada… Nick era único tocándola, debería haber sabido que era él.
- Te
pregunté yo primero – dijo Nick serio. La miró – vas demasiado
provocativa, de veras, si yo hubiera sido un secuaz de Donovan… te
hubiera follado sin piedad. – se relamió, riéndose.
-
Ja-ja… como ayudan tus comentarios. – dijo Miley, sarcástica. – es
que… es que siento que molesto. – dijo mirando hacia el suelo – este no
es mi sitio.
Nick la miró preocupado.
- ¿Y crees que muerta, sería mejor?
Miley negó con la cabeza.
-
Entonces deja que te proteja. – Nick le dedicó una sonrisa tierna –
Vivo para esto, no eres una molestia, de veras. – le acarició la
mejilla.
Miley sintió que esa caricia significaba algo más. Ya no era todo… picante. Ese tono, era tierno, cariñoso… quizás… ¿con amor? Oh, no por dios… Nick no hacía nada por amor… ¿O sí?. Ella sonrió. Volvió a mirar a Nick. Estaba tan sexy con ese traje de licra, negro, arrapado.
- ¿Te duele? – dijo mirando el paquete de Nick.
- Claro. – dijo él ofendido - ¿Dónde has aprendido a dar tales patadas?
- Clases de defensa.
- Quizás sí que no tendré que ocuparme de ti.
Miley negó con la cabeza. Casi por primera vez estaba hablando con Nick, tan
normal… Sonrió. Y no pensó con la cabeza, para entonces. Pensó con el
corazón.
- Te necesito. – sonrió, los ojos le brillaron – Protégeme.
OHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
ResponderEliminarME ENCCANTHOO AHHHHHHHHHHHHHH
JEENIII OTROO POR FIIISS CORRAZONN
ZIIIIS MOXAA OTROO OTROO OTROOO
PLIIISS