Entraron de nuevo al chalet de Nick. Él se quitó el jersey de licra, dejando ver sus músculos, tensados.
- Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo. – dijo Nick fastidiado
– como te vuelvas a intentar escaparte, te tendré que castigar – dijo con un tono más pícaro.
Miley arqueó las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había
perdido el sueño, lo miró descarada. Aun que no estuviera excitado, los
pantalones de licra negro se apegaban a los fuertes muslos de Nick… a
los ejercitados gemelos… y a su potente masculinidad.
-
¿Castigarme, tu a mi? – dijo ella riéndose – te queda bien este traje
negro. – murmuró sonriente. Nick le devolvió la sonrisa.
- Te pone. – le masculló, sin ningún escrúpulo.
- Yo no he dicho eso.
- Lo digo yo. – Nick se sentó en el sofá.
Miley cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.
- Auch. – se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de
Nick,
a mirar de nuevo el televisor, hasta que se enfriara un poco. Pero él
la cogió y la hizo sentarse a horcajadas encima de él.
Le dio un rápido beso a la boca.
- A mí sí me pone está Miley enfadada.
- ¿Estás muy necesitado, verdad? – masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Nick la apretó más hacia a él.
- ¿Qué fue lo de antes?
- ¿El qué?
-
Que te fueses de esa manera. – la miró a los ojos – no me digas que no
quieres que te folle, cuando escuché que anteayer te masturbabas después
de que intentara saborear tu dulce co…
- ¿Puedes ser algo más fino? – dijo Miley más sonrojada que nunca.
- Eres adorable cuando te sonrojas.
Miley bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.
- ¿Entonces? – reprendió Nick.
- Digamos que mis anteriores experiencias no fueron muy buenas. – mintió y fue sincera a la vez.
- Pero conmigo sería distinto.
- ¿Cómo puedo saberlo?
- Probándolo.
- ¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? – puso los ojos en blanco –
Ahora, va en serio Nick… eres un hombre que podría conseguir a cualquier mujer… ¿Por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te pica?
- No. Por el simple hecho de que eres especial.
Nick tumbó a Miley en la cama de la habitación de invitados, donde se había
instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento.
Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a Miley... Si,
era especial… diferente.
No
una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, discutía con él. Su
carácter lo volvía loco y su manera de ser le encantaba, por no decir
otra cosa. Miley arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de
Nicholas. Error… eso era una invitación como una casa.
-
Si no quieres que te penetre, al menos… vayamos paso a paso. – le
murmuró en el oído – solo pude probarte en un escaso minuto, ahora vas a
dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca.
Miley se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Nick le quitó
las botas los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La
observó. Le era suficiente con eso. Miley se aguantó las ganas de
cubrirse, la mirada de Nick la avergonzaba. ¿Qué pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo… Nick se inclinó y le quitó el sujetador, desabrochándolo por el encaje de delante. Gimió al ver los pechos de la joven.
-
Eres tan… - metió uno de sus caramelos en la boca y lo succionó con
fuerza, haciendo que Miley jadeara de placer y dolor a la vez.
- ¿Tan… qué? – dijo arqueándose ante él.
- Tan… perfecta… - la miró – dios, no es bueno tener una mujer como tu metida en mi casa…
La
volvió a besar. Y siguió bajando y bajando por su cuerpo. Miley
estaba nerviosa… pero la excitación podía con todo. Deseaba tanto a
Nick… era un hombre testarudo y odiable cuando quería… pero le
encantaba. Una oleada de aire le vino de repente. Nick le había quitado
las bragas. Sintió como él le levantaba las piernas y las ponía apoyadas
en sus hombros, acariciando su ancha espalda. Miley se estremeció.
-
Aún no he hecho nada y ya te estás retorciendo de gusto… - dijo Nick
mirándola entre sus piernas. – Tranquilízate… yo no voy a tratarte como
los cretinos de tus ex novios… la primera en disfrutar serás tú.
Sintió
como la boca de Nick empezaba a besar su monte de Venus. Dios mio, no
iba a poder aguantar nada con este hombre practicándole sexo oral.
Sintió como Nick gemía.
-
Hueles tan bien… - se hundió en ella. Miley casi grita de la
sorpresa. La lengua de Nick empezó a juguetear con su clítoris, sus
dientes le rozaban la carne más sensible que tenía en el cuerpo. Sus
labios, eran una tortura; su boca, el cielo. – Dios, y sabes tan bien…
Sintió como los dedos de Nick se clavaban en sus muslos, la apretaban más contra su cara. Nick la quería devorar.
- ¡Niiiick! – gimió arqueándose entera. El cuerpo le empezó a convulsionar - ¡Dios mío, no pares!
La lengua de
Nick la seguía torturando, frotándola de arriba abajo. La fricción era
más que magnifica, en ese estado… Miley era tan vulnerable… tanto que
si Nick la hubiera penetrado con su enorme arma no se hubiera opuesto. Nick se separó a milímetros. Ella echó en falta el contacto de su lengua.
- ¿Puedes aguantarte? – Miley hizo fuerza en las piernas. – Así… muy bien.
Ahora
supo el por qué. Nick aprovechó la mano izquierda para ayudar a su
propia boca. Miley se sentía completamente llena, no iba a aguantar
mucho más. Sentía como Nick gemía contra su húmeda vagina. Eso no hizo
más que excitarla. Volvió a combulsionarse, más fuerte.
-
Ahh… sigue… ¡sigue! – gimió. Miley sintió como Nick sonreía. Él le
metió más los dedos. Ella volvió a tener espasmos, estaba a punto.
- Joder, tu coño es tan apretado… - murmuró tan cerca de su humedad que
Miley estuvo a punto de estallar. - ¿estás a punto de correrte?
- ¡Sí! – gimió Miley con los ojos cerrados, cogiéndose de las sabanas. –
Dios mío, no te pares ¡Niiick!
Nick no dudó en seguir. Hundió de nuevo su boca en el dulce sexo de Miley , mientras la penetraba con los dedos. ¿Pero dónde está la otra mano? Nick volvió a gemir contra su sexo. Dios, ahora lo entendía. No lo podía ver, pero el imaginarse a
Nick
masturbándose a la vez que se lo hacía a ella… era súper excitante. Se
corrió en su boca. La garganta le ardía, y se dio cuenta de que era por
los gemidos tan altos que soltaba. Nick aceptó gratamente su orgasmo, lo
tragó como si fuera el elixir más deseado. Miley se derrumbó, sin
enterarse siquiera de que Nick se había corrido también. Se incorporó en
la cama y cerró los ojos con la respiración muy agitada. Nick se tumbó a
su lado, rodeando su cintura con un brazo. Le besó el hombro, el
cuello.
Miley sonrió al sentir los labios de Nick de nuevo contra su piel. ¿Por qué
sentía tantas emociones si ni siquiera eran pareja? No encontraba
respuesta a tantas preguntas… aun que muy en el fondo, se temía lo que
estaba pasando.
Las
caricias, los susurros y los besos de Nicholas, fueron más allá de solo
sexo. Al menos para ella… le entraban, le provocaban dolor de corazón y
de cabeza de lo confusa que estaba. Y al fin, se durmió.
Pensando en que… la leche que antes quemaba, volvía a estar fría.
NEENII SIS JENII OTRO PLIIIS OTRO OTROO SII??
ResponderEliminarPLIIISS SUBEEELOO AHH ME DEJASTHES SUPER INTRIIGADAAAAA
AWWW SIS QUE MALIIIS EREES AAAAHHH