martes, 12 de julio de 2011

Protegeme: Cap 11

Pronto Miley apareció delante de Nick. Iba con su albornoz. Nick tubo un escalofrío al pensar que mañana después de ducharse también se pondría aquel albornoz. Hacia un milenio que no tenía un escalofrío. Cada vez le sorprendía más lo que Miley provocaba en él. La observó serio. ¿A que esperaba? Aun que ya había visto gran parte de ella, se moría de ganas de verla… con aquella lencería.

Miley tiró del cinturón y dejó caer el albornoz. Nick tragó saliva. Ese jodido sujetador y esa jodida tanga le quedaban mejor de lo que había podido imaginar.

-          Gí…gírate. – le dijo, sin poder articular casi nada.

Ella se colocó bien el pelo, haciéndose de rogar y se giró. Eso aun excitó más a Nick.
Se levantó, observando su espalda, las curvas de su cintura, el perfecto trasero desnudo, solo adornado por ese pequeño hilo que se escondía por un sitio completamente envidiable. Le rodeó la cintura con un brazo y la apretó contra él.

Miley apoyó su cabeza en el hombro de Nick. Nick besó su cuello, totalmente expuesto para él. Acarició con su mano el vientre de Miley, hasta subir hasta uno de sus pechos. Esto está mal… Nick es el diablo en persona…se arqueó al sentir como los dedos de Nick acariciaban uno de los pezones. Gimió.

-          Eso es… siente lo que te doy… - como esto sea otro jodido sueño no voy a poder aguantar otro despertar de ese modo. Pero tanto Nicholas como Miley sabían que eso era totalmente real.

Nick se separó un poco.

-          Joder, que calor hace aquí. – se quitó la camiseta y pronto volvió a ponerse, ahora, en frente de Miley. La besó de nuevo como antes y la tumbó en el sofá. 
– no sabes lo duro que me tienes, Miley... – bajó su mano hasta el mojado tanga y la metió dentro.

Miley se tensó.

-          No, cariño… - acarició sus labios con el pulgar – relájate… te va a gustar…

Y eso lo dijo mientras empezaba a tocar el punto más sensible y placentero que Miley tenía.

Miley arqueó su cuerpo ante Nick al sentir la primera fricción que hizo. Y eso que aun había ropa entre medio. Poca, pero la había. Deseo saber cómo se siente a carne viva. 

 Nick apartó las copas del sujetador. Miley tenía vergüenza. Era la primera vez que se exponía con tan poca ropa delante de un hombre. Y Nick en tan solo cinco días la tenía maullando como una gata en celo. Deseosa, llena de lujuria… destrozando los tabúes. ¿Tabúes? Eso era… lo que iba a pasar entre ellos, no tenía que pasar.

Pero… oh dios mío. La lengua de Nick empezó a acariciar sus endurecidos pezones, sus dientes los tensaban aun más y la suavidad de sus labios eran como el más caro de los camisones de seda que se hubiera puesto Miley. Sintió como Nicholas apartaba el hilo del tanga, como lo hacía a un lado y pasaba un dedo por el punto más prohibido del cuerpo de Miley.

Nick fue el que gimió ahora. Sentirla tan mojada, sentir su suave carne que resbala en mis manos… sentir como se estremece. Esto es lo más excitante que he vivido nunca, ostia. Quiero oír como grita mi nombre hasta caer rendida en el mayor orgasmo de su vida.

-          Nick… - murmuró ella, ahora con los ojos entrecerrados.

-          Shh… - dijo inclinándose en su cuello de nuevo – no sabes lo hermosa que te
ves, Miley... – dijo su nombre con tanta sensualidad en su tono de voz que se le puso la piel de gallina – te voy a dar placer… mucho… - le mordió el cuello – así que relájate y disfruta…

En ese preciso instante Nick introdujo un dedo en el interior de Miley. Le dolió un poco, pero no le dio importancia. Ella volvió a sentir un gemido de Nick… y como su pene se clavaba en su muslo, mientras la tocaba. 

La mano de Nick empezó a moverse, adentro, a fuera, en círculos… tan hábil que Miley sintió que no aguantaría mucho. Un segundo dedo fue a parar en el interior de su vagina. Gimió.
Nick se relamió los labios, como si pudiera saborear los jadeos de Miley.
Adoraba verla con esa expresión de ‘quiero más, y solo tú puedes dármelo’. Y solo yo puedo dártelo, nena… y no dudes en que lo voy a hacer.

-          Dios mío… - gimió – es demasiado bueno…

Nick se dio cuenta de que sin querer había aumentado la velocidad de los movimientos de su mano. Y Miley sentía tanto placer que empezó a contraerse. Ahora Nick si pensó que moriría. 
Sentía las paredes de la vagina de Miley apretar sus dedos.  
Como deberá sentirse cuando me meta ahí dentro… será el infierno en directo. Los pantalones de Nick parecía que se iban a romper.  No podía más… si Miley se corría, el también lo haría, sin que ella lo hubiera tocado, siquiera.

Dejó de tocar a Miley. Ella hizo una mueca en señal de desacuerdo. Nick se rió.

-          Tranquila, tengo mucho más para ti… - dijo como el ronroneo de un gato.

Dios… que hombre. Observó a Nick, estaba de rodillas, delante de ella… sin camisa… y se estaba desabrochando el pantalón. ¡¿Qué?! ¡Se estaba desabrochando el pantalón! Esto había ido demasiado lejos… Pero antes de que Miley pudiera decir nada,
Nicholas ya se los había quitado. Y no llevaba bóxers. Miley entreabrió la boca.

-          Cierra esa boquita, que soy capaz de cometer una locura con lo duro que me tienes… - se inclinó y la beso, tan desesperadamente que hasta él se quedó sin aliento.

Miley tenía el punto de vista de Nick de que era un hombre frio… sádico. Pero ahora, le parecía todo lo contrario. Era cariñoso, había buscado su placer y su cuerpo emanaba un calor sorprendente… pero para sorprendente lo que tenía algo más abajo del ombligo.

Que no hubiera hecho el amor con ninguno de sus ex novios, no significaba que no supiera como era la anatomía del sexo opuesto… y mucho menos que no hubiera llegado a masturbar a alguno de ellos. Pero nunca había llegado a ver… semejante cosa. ¿y Nick tenía la intención de meter eso dentro de ella? ¡Ja!... la tenía caliente, si… pero no lo dejaría… no.

Dios ¿Qué me hace esta mujer? Nick la observó, de nuevo, desnuda, en el sofá de su propia casa. Ella lo miraba, de arriba abajo… y las simples miradas de inocencia lo provocaban muchísimo. ¿Qué es lo que le atraía tantísimo de Miley? Parecía un jodido desesperado por follar…

Ella era atractiva… mucho, pero… no había para tanto ¿o sí?... Quería – necesitaba – poseerla ya… y nunca había rogado por follar el cuerpo de una mujer, pero por hacerlo con ella, estaría más que dispuesto. Meterle los dedos había sido fantástico… imaginar cómo sería cuando metiera su duro pene…

Nick separó las piernas de Miley. Ella lo miró sería. El calentón se le había bajado al cero. Bueno… ver a Nick así… a ese dios griego, más caliente que la propia lava era una tentación demasiado grande… que la excitaba sobremaneramente. Pero no quería… no. No había perdido la virginidad con hombres con los que había estado durante años, ¿y la perdería con un hombre al que conocía a penas hacía cinco días? Ni hablar. Que Nick siguiera soñando… con ella.

-          ¿Qué te pasa? – gruñó Nick, ya con las pupilas dilatadas del deseo.

Miley se levantó y Nick observó maravillado su trasero desnudo. Se sentía culpable… al menos el cincuenta por ciento… si ella no quería acostarse con Nick, ya ni siquiera tendría que haber aceptado el trato de Nick. No, cincuenta por ciento culpable no… totalmente culpable. Nicholas era un hombre… como todos. Y quería mojar, y mojar, y mojar… Estaba comprobado que más de la mitad del cerebro masculino solo piensa en sexo. Así que no estaba nada dispuesta a perder su pureza con aquel – sexy, afrodisiaco y guapísimo – agente de no se qué agencia secreta. Daba igual lo bueno que estuviera, y lo mucho que la haría disfrutar… ella se reservaba para el hombre de su vida, y Nick, no era ni mucho menos el hombre de su vida. – aun que si de sus sueños, literalmente. –

Se enrolló el albornoz en el cuerpo. Nick estaba alucinando.

-          ¿Qué haces?  - preguntó ahora.

-          No quiero hacer el amor contigo. – le dijo seria.

Nick se echó a reír.

-          Cariño, te mueres de ganas por que te eche un buen polvo.

Si, lo hacía. Pero era lo que había… y no iba a caer. Había aprendido a vivir esquivando el chocolate y las bollerías para mantener una dieta. También aprendería a vivir unas semanas esquivando a Nick.

Miley alzó la barbilla y se dio la vuelta, dirigiéndose a su habitación. Nick se colocó sus pantalones a toda prisa, aun que le costó… abrochárselos. La detuvo cogiéndola por el hombro.

-          ¿Qué te pasa? ¿No lo dirás en serio? No puedes dejarme así.

Miley centró su mirada en el paquete de Nick. La verdad es que le hubiera gustado aliviarlo… No dijo nada, solo volvió la vista a sus ojos de nuevo.

-          Venga, Miley... estas de broma.

-          No, no lo estoy. – se giró y siguió andando – esto… no tendría que haber sucedido, ni de un buen principio tendría que haberme mostrado en ropa interior delante de ti.

Nick bufó.

-          Serás calientapollas, ¿haces esto con todos o qué? - Miley se giró arqueando las cejas.

-          ¿Cómo dices?

-          Nada, déjalo. – Nick se giró para recoger su jersey.

-          ¿Yo una calientapollas? – dijo Miley siguiéndolo ahora ella. – Eres un completo idi.ota. Estás tan acostumbrado a que las mujeres caigan rendidas a tus pies, que, que una te rechace te jode más que nada.

Nick abrió los ojos, mirándola.

-          Oh, aparte de calientapollas eres una lagarta ida de la lengua. – arqueó la boca, en lo que a Miley le pareció una irónica sonrisa.

Ella no pudo contenerse más. Puede que fuera inocente en según qué aspectos, pero no dejaba que le pisaran de esa forma su orgullo… y mucho menos que la insultase semejante tipo.

-          ¿Y tú? ¿Te has visto? Por favor, a parte de una perfecta farmacia llena de asteroides, te he considerado como un putón que las veinticuatro horas se las pasa follando.

-          ¿Asteroides? Nena, mi cuerpo es más natural que cualquier cosa… - se acarició el torso – se que te parecerá extraño que esté tan bueno, pero es así. – le guiñó un ojo – Y bueno, me da igual lo que tu creas. Al menos, si me las paso follando, hago disfrutar a la mujer, y lo que es más importante… la llevo hasta EL FINAL. – le dio énfasis a estas últimas palabras. A Miley le recorrió un escalofrío por la espalda.
Si ella era orgullosa, Nick la superaba.

-          Creído.

-          Zorra.

Parecía que aquello no iba a terminar. Pero Miley estaba claro que no iba a dejarlo allí.

-          Bueno, una zorra que por lo visto te pone como una moto ¿no? Y por si fuera poco, la primera en dejarte con las ganas. Pues vete acostumbrando por qué no tendrás la virtud de meterte en la cama conmigo.

-          Tampoco lo necesito.


2 comentarios:

  1. ooohh jenyy moxaa subistrhes otroo ahhh otro otro otroo!!
    ahh me dejhasthes con la intriigaaa ahhh quiero otro jenyyyy andale sis sii?'
    di que siii

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  2. wow estubieron buenos los cap hehe ups perdon me atrase en tus noves pero ya me puse al corriente y comentare mas seguido ;) sube pronto me gusto la noveee picosos hahahaha cuidate muchoooo bye

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