miércoles, 6 de julio de 2011

Protegeme: Cap 8

Podía ser un bruto, pero la palabra ‘no’ era sagrada para él. Una mujer le decía ‘no’ y él no la obligaría a nadie. No atravesaba las barreras del límite. Pero esta era una situación crítica. Si Miley se oponía, no podría terminar de cerrar ese agujero. 

Se incorporó y cogió la cara de Miley por las dos mejillas.

-          Escúchame, tienes que relajarte y dejar que termine… tu pierna esta en mal estado y la herida se tiene que cerrar.

-          Pero duele demasiado. – dijo ella agarrándolo del jersey. Las lágrimas le corrieron por la sien, mojando el pelo que caía encima de la cama.

Estaba nerviosa, tensa. Y Nick no sabía qué hacer. Su pierna seguía sangrando. Se inclinó hacia Miley y le acarició el pelo.

-          Tranquila…

Se levantó, recordando donde había dejado un pote de anestesia de recambio. No era fuerte pero haría que Miley solo sintiera pinchazos suaves. Cogió una jeringa y le mojó con alcohol un trozo de la pierna clave para que se le durmiera. Llenó parte de la jeringa con la anestesia y la clavó suavemente en el muslo de Miley. 

Apretó lentamente, haciendo que el líquido entrara en el cuerpo de ella. Miley respiró hondo. Nick volvió a mirarla.

-          ¿Mejor? – dijo acariciándole la cara.  

Miley asintió, intentando aguantarse las lágrimas. Nick no pudo más, no podía aguantar verla así… mal, nerviosa. Se sentía tan culpable por no haber estado allí cuando ese hijo de pu.ta le disparó. Pudiera haber muerto. 

Se inclinó y besó sus labios. Miley abrió los ojos y aun se tensó más. Intentó apartar a Nick pero le quedaban tan pocas fuerzas que lo único que hizo fue dejar las manos quietas. La lengua de Nick atravesó su boca y Miley pudo sentir su exquisita y húmeda lengua. 

La misma que ayer por la noche… Miley se empezó a excitar de una manera sobrenatural. No tendría que haber rechazado a Nick. Pero… pero había tenido miedo. 

Aquello hubiera llegado a más… y ella… ella era una inexperta que guardaba su pureza para el hombre de su vida. Y Nick no era el hombre de su vida. Nick se separó al verla ya más tranquila. Ella no había contribuido en el beso, pero le daba igual. Había podido saborear su boca, y con eso le bastaba. 

Se puso como antes y prosiguió con los puntos del muslo de Miley, hasta cerrar completamente la herida.

El agua cayó por su cuerpo.  La venda que cubría el trozo de muslo se había mojado, pero se secaría de nuevo. La sangre seca que se había pegado en su piel  cayó, navegando por el desguace, hasta perderse con otros restos. Miley cogió el champú que había en la parte alta del mueble de la ducha. Un mal movimiento de su, aún dolorida, pierna y resbaló, cayendo  en la bañera. Nick apareció con la misma cara de preocupación de antes.

-          ¿Qué ha pasado? – dijo intentando no mirar… pero era inevitable no fijarse en aquella mujer… desnuda, empapada… y expuesta.

Miley se tapó los senos y cruzó las piernas.

-          Nada, me resbalé. –

-          ¿Estás bien? – dijo Nick teniéndole una mano para ayudarla.

Ella asintió. La tomó y se puso en pie. Nick no pudo evitar dirigir sus ojos hacia un fino vello… que adornaba el deseable monte de Venus de Miley.  Sus ojos se volvieron a llenar de lujuria. Miley fijó sus ojos en los de él. Nick no tardó nada en quitarse los pantalones y las botas militares.

-          ¿Qué haces? – dijo Miley sin quitar la mirada de la protuberante erección que ahora solo estaba cubierta por un bóxer de licra que no dejaba mucho a la imaginación.

-          ¿Qué pasa? ¿No puedo compartir mi propia bañera contigo? – se metió dentro y corrió la cortina para que las miradas estuvieran concentradas en ellos, y no en alguna parte fuera de la bañera. El agua caía y Miley aun estaba perpleja por lo que Nick estaba haciendo.

-          Nick, por dios…

-          Nada… - le alzó el mentón – y hazme el favor de corresponderme el beso esta vez.

Inclinó la cabeza y tomó sus labios con toda su boca, saboreándola al máximo.
Miley esta vez introdujo su lengua en la boca de Nick.  

Delicioso

Se sintió húmeda, y no precisamente por el agua de la ducha. Entreabrió los ojos. Los músculos de los brazos de Nick se tensaban, marcando aún más. 

El agua los recorría, y a Miley se le antojó pasar la lengua por todo el magnífico cuerpo masculino. Nick se separó de sus labios, aun teniendo su saliva en su propia boca. Se agachó para quitarse los bóxers empapados. Pero no volvió a incorporarse… no volvió a subir. 

Miley pronto sintió como le abría las piernas.

-          Y esta vez si me vas a dejar que te coma como dios manda. – Sonrió. Y a
Miley le pareció la sonrisa más excitante que había visto – No pienso quitarme el caramelo de la boca. Y tu tampoco lo harás cuando sientas lo que yo, y solo yo, te haga sentir.

Nick le cogió los muslos con delicadeza y los puso en sus hombros. 

Estaba completamente excitada, y él estaba más duro que nunca. Maldijo para sus adentros… si Miley lo tocaba ahora mismo no tardaría nada en correrse. 

No pudo contener las ganas de saborear a Miley. Ella gimió al sentir la cálida lengua de Nick rozar una y otra vez su clítoris. Sus dientes, sus labios, toda su boca jugaban con ella. No pudo evitar agarrar los rizos de Nick y acercarlo más. 

Quería que se lo diera todo, quería correrse en su boca, lo necesitaba.

-          Oh dios mío… - gimió sintiendo como Nick metía dos de sus dedos en ella y los empezaba a sacar y a meter de nuevo… una y otra vez, acompañando los perfectos movimientos de la lengua.  - ¡Oh dios mío!

Su cuerpo se convulsiono, arqueándose automáticamente. Nick se separó con gran parte de su humedad en su boca. La saboreó toda. Y al fin le murmuró, sin dejar de tocarla:

-          Córrete para mí.

Y volvió a su tarea, desatando el gran orgasmo de Miley. Cerró los ojos, abrió la boca, apoyando la cabeza contra la pared de la ducha. Intentaba agarrarse a algo, pero todo estaba mojado, incluido Nick. Y él no tenía compasión, la seguía torturando, más y más. Una mezcla entre el cielo y el infierno, hasta terminar, cayendo por un precipicio. 

Nick sintió como se descargaba en su boca, mientras el gran gemido de
Miley era melodía para sus oidos. Tragó. 

Se separó de ella y la dejó, de nuevo, delicadamente en el suelo. Aun que tuvo que sujetarla para que no se cayera. Las piernas le temblaban. La besó de nuevo. Para que ella misma sintiera su propio elixir.

Nick ahora la agarró del trasero. Miley se vió obligadoa a entrelazar sus piernas alrededor de la cadera de Nick. Gimió de nuevo al sentir como el duro pene de él pulsaba contra su, ahora, sensible clítoris. 

Pero él necesitaba desahogarse, quería más… quería follarla. Lo había puesto duro como una piedra y no consentiría que lo dejase marchar así. Inclinó la cabeza para morder uno de esos tentadores pezones.

Miley, gimió de nuevo extasiada. Se le endurecieron aun más en la dominable boca de Nick. Él no pudo aguantar más. Un ligero movimiento de caderas y metió gran parte de su potencia dentro del cuerpo de Miley. Maldijo de nuevo.

-          Eres estrecha. – jadeó metiendo toda su longitud hacia las entrañas de
Miley. – húmeda y caliente. Joder, me podría correr ahora mismo. – musitó en el oído de Miley. 

Ella se contrajo de placer al oír sus palabras y Nick jadeó al sentir como lo apretaba aún más. Era cierto, no podría aguantar mucho más… y eso que se
había tirado horas podiendo penetrar un hermoso cuerpo sin correrse. 

Pero Miley lo superaba.

La cogió de los muslos, y la penetró, intensamente. Ella gimió arqueando la espalda.
Nick la empezó a embestir, rápidamente. Sentía cada caricia que las paredes vaginales de Miley le daban a su pene.  Y sentía… sentía la llegada del mayor orgasmo de su vida.

Entonces despertó.  

Temblaba, estaba completamente envuelto en sudor y con el pene completamente empalmado, casi se salía del bóxer. Ahora sí que se jodía en todo.

Solo un puñetero sueño… ¡toca cojones! ¿Por qué tenía que ser así? Quería poseer a Miley en la vida real, y lo iba a conseguir.  

Fue hacia la habitación de Miley.
Sintió que ella caminaba, se había despertado también. Tocó en la puerta.

-          Pasa. – dijo ella. Nick entró. Miley también estaba muy sudada… y precisamente no hacía calor esa noche. Miley lo miró con ojos como platos.

-          ¿Cómo está tu muslo? – dijo Nick mirándola, extasiado aun por el sueño.

-          Eh… bien. – dijo ella aun algo desconcertada.

Después de lo mojada que estaba por culpa de que Nick se metiera en sus sueños… no podía concentrarse en lo que le decía. Y la erección que guardaba él en sus bóxers, tampoco ayudaba mucho a que Miley se olvidara del mismo sueño -que había parecido del todo real- que acababan de tener, tan uno como otro.

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espero que les guste dedicado mi sis sarita

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