En el fondo, sabía que sólo estaba cediendo a la necesidad de herir a Liam donde más le dolía.
La culpa la tenía él, pensaba para justificarse mientras aparcaba su coche en un sitio vacío delante de la facultad. No debía haberse mostrado celoso de una persona como Joshua Browman. Sólo gracias a esos celos estaba allí.
Se sentó en la parte de atrás de la sala de conferencias.
No esperaba que Josh la viera, y en caso de verla, sería difícil que la reconociera, al fin y al cabo, sólo se habían visto una vez.
La culpa la tenía él, pensaba para justificarse mientras aparcaba su coche en un sitio vacío delante de la facultad. No debía haberse mostrado celoso de una persona como Joshua Browman. Sólo gracias a esos celos estaba allí.
Se sentó en la parte de atrás de la sala de conferencias.
No esperaba que Josh la viera, y en caso de verla, sería difícil que la reconociera, al fin y al cabo, sólo se habían visto una vez.
Pero sí
la vio, y la reconoció al instante. Se acercó al estrado, miró sonriendo
a la audiencia, la vio, se detuvo, volvió a mirarla, y logró que se
sonrojara al sonreír tan abiertamente que todo el mundo se dio la vuelta
para ver a quién concedía el orador su atención tan abiertamente.
Ella le devolvió una tímida sonrisa y se ocultó tras el cuello de su abrigo azul pálido con el deseo de desaparecer cuanto antes.
Ella le devolvió una tímida sonrisa y se ocultó tras el cuello de su abrigo azul pálido con el deseo de desaparecer cuanto antes.
Pero, en cuanto Josh comenzó a hablar, volvió a relajarse. El ingenioso e inteligente
discurso de Josh atrapó su atención. Estaba relajado y no dejaba de
sonreír mientras contaba cómo se las arreglaba para captar las
debilidades de sus víctimas.
En muchas ocasiones, sorprendió
a Miley riendo con el resto de la audiencia. Al verla, le guiñaba el
ojo. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan halagada.
Al terminar, Josh se acercó a ella, agradeciendo alegremente las muchas felicitaciones que recibía de los asistentes.
Al terminar, Josh se acercó a ella, agradeciendo alegremente las muchas felicitaciones que recibía de los asistentes.
-Miley... -dijo estrechando su mano- ... me alegro mucho de que hayas venido.
-y yo me alegro de haberlo hecho -replicó ella, sintiendo de nuevo una gran timidez- Ha sido muy interesante.
-¿Vienes a clase a esta facultad?
-Oh, no -respondió Miley, sonrojándose ligeramente porque jamás habría esperado semejante pregunta. Luego pensó en el aspecto que debía tener, con unos vaqueros viejos, el abrigo azul y sin maquillaje.
No se parecía en absoluto a la mujer de su primer encuentro. Más bien tenía aspecto de estudiante. -Vivimos cerca de aquí -le dijo-. Me enteré de la conferencia en el periódico local y, siguiendo un impulso, vine.
-¿Tú sola?
-Sí -dijo Miley y se sonrojó aún más, sin saber por qué, ya que aquel hombre no podía saber que apenas salía- Liam está de viaje.
-Ah -exclamó Josh, y le dirigió una extraña mirada- ¿Te interesa la política?
-Más bien el arte, o las caricaturas. Aunque no lo creas, se me daban bastante bien -admitió con timidez-, antes de que tuviera que dedicar la mayor parte del tiempo a mis hijos.
-y yo me alegro de haberlo hecho -replicó ella, sintiendo de nuevo una gran timidez- Ha sido muy interesante.
-¿Vienes a clase a esta facultad?
-Oh, no -respondió Miley, sonrojándose ligeramente porque jamás habría esperado semejante pregunta. Luego pensó en el aspecto que debía tener, con unos vaqueros viejos, el abrigo azul y sin maquillaje.
No se parecía en absoluto a la mujer de su primer encuentro. Más bien tenía aspecto de estudiante. -Vivimos cerca de aquí -le dijo-. Me enteré de la conferencia en el periódico local y, siguiendo un impulso, vine.
-¿Tú sola?
-Sí -dijo Miley y se sonrojó aún más, sin saber por qué, ya que aquel hombre no podía saber que apenas salía- Liam está de viaje.
-Ah -exclamó Josh, y le dirigió una extraña mirada- ¿Te interesa la política?
-Más bien el arte, o las caricaturas. Aunque no lo creas, se me daban bastante bien -admitió con timidez-, antes de que tuviera que dedicar la mayor parte del tiempo a mis hijos.
Le dio un vuelco el corazón
cuando se dio cuenta de lo que había dicho, ya que Josh creía que Liam y
ella se habían casado hacía muy poco.
Josh frunció el ceño con desconcierto y ella se mordió el labio.
Por suerte, alguien les interrumpió para hacerle algunas preguntas a Josh.
Por suerte, alguien les interrumpió para hacerle algunas preguntas a Josh.
Miley decidió que lo mejor era aprovechar la ocasión para
marcharse, antes de que se enredaran más la cosas. Se metió las manos en
los bolsillos y se dio la vuelta. Pero Josh la agarró por el brazo.
-No te vayas -dijo- Tengo que despedirme de los organizadores, pero si me esperas, podemos ir a tomar una copa.
Miley vaciló, presa de algo parecido a la tentación.Tomar una copa, en un pub, con un hombre que no fuera Liam no era como cruzar el límite invisible que imponía el matrimonio. ¿O sí lo era? ¡La gente lo hacía continuamente! ¡Liam lo hacía continuamente! ¿Qué daño podría hacerle a nadie si aceptaba? ¿A quién le importaba que lo hiciera?
Probablemente a Liam, se respondió. Pero, inmediatamente, se olvidó de ello, ya que era mucho más fuerte su deseo de revancha. Además, Joshua le caía bien, y estaba muy interesada en lo que hacía.
-Gracias -dijo-, me encantaría.
En aquel momento, fue Josh quien vaciló y dirigió a Miley aquella mirada pensativa que recordaba de la primera ocasión en que se habían visto. Luego asintió y le soltó el brazo.
-Cinco minutos -prometió y se marchó.
Miley se quedó debatiéndose con su conciencia. Disfrutó del rato que pasaron en un pub cercano.
El lugar estaba lleno, porque más de la mitad de la gente que había asistido' a la conferencia estaba en él.Josh y ella estaban en la barra, bebiendo una cerveza.
Le encantaba estar allí, relajadamente, hablando simplemente de persona a persona y no sólo como madre o esposa. Le gustaba la cordialidad de Josh, su modo de escuchar, tan atento, cuando ella le contó sus propias ideas, primero tímidamente y luego, con entusiasmo.
El nombre de Liam no apareció en la conversación hasta el momento de las despedidas.
-¿Cuánto tiempo lleváis casados Liam y tú, Miley?
-preguntó Josh.
Miley suspiró, sintiendo que el placer de la noche se desvanecía.
-Siete años -respondió-. Tenemos tres hijos, dos niños y una niña. Los mayores, Lucas y Marie son mellizos.Joshua sonrió, pero sin el menor asomo de humor. -Creo que te debo una disculpa por la noche que nos conocimos -dijo.
Se refería a sus. alusiones a las otras mujeres de Liam. Miley sintió una punzada en el corazón, pero se encogió de hombros.
-No, no me debes ninguna disculpa -replicó- Sólo fuiste sincero. Fuimos Liam y yo los que no dijimos la verdad. Buenas noches, Joshua -añadió antes de que él pudiera decir algo más. No quería hablar de aquella noche, no quería saber qué más estaba pensando-. Me lo he pasado muy bien, gracias.
Se dio la vuelta para abrir la puerta de su coche.
La voz de Josh la detuvo.
-Escucha -le dijo-, estoy pensando en dar un curso de caricaturas en esta facultad. Un día a la semana durante doce semanas. ¿Te interesaría asistir?
¿Le interesaba? Miley lo miró con suspicacia. Tal vez, se le acababa de ocurrir.
-No lo sé -respondió con vacilación- ¿Hay tanta gente interesada-como para que te merezca la pena venir aquí a dar un curso?
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