martes, 30 de agosto de 2011

Recuerdos: cap 22


Selena se sentó en el sofá, justo al lado de Nick.

-          ¿Hoy llega Miley, no?

-          Si. – dijo seco, y cambió de canal, dando un trago a la cerveza.

-          Vi su anillo, ¿estáis prometidos? – dijo cruzando las piernas y abriendo la revista.

-          No te importa.

-          Si me importa, ella es mi amiga. – fulminó a Nick. – que tu sigas cabreado conmigo, no significa que no me pueda acercar a ella.

-          Es que no me gusta que estés con ella.

-          ¿Por qué?

-          Porque eres una puta. – dijo sin más.

-          ¿Perdona? Oh, gracias Nicholas. – lanzó la revista a la mesilla. – No empecemos con los insultos, saldrás perdiendo.

-          ¿Yo? Eso tu, mejor no empieces. – volvió a cambiar de canal y dejó también la cerveza encima de la mesa. – No sé qué tramas, y de veras, me da igual, siempre y cuando no esté relacionado con Miley.

Umh… siento decirte que si lo está, querido.

-          Te juro que si te pasas de la ralla con ella, te mato. – dijo mirándola mal.

-          Eres un jodido cínico.

-          Ambos lo somos. ¿No fuimos alistados para matar? Pues aquí estamos.

-          No sé que hace una chica como Miley con un capullo como tú.

-          Cuando salías conmigo no te quejabas tanto. Además, ¿A qué te refieres con ‘una chica como Miley?

-          Que ella es demasiado santa para ti.

-          No.

-          Bien que lo sabes. Bien que sabes que un día u otro o tú te cansarás de ella, o ella de ti.

-          ¿Y eso quien lo dice? ¿Tu? Me rio. – dijo sacando una risa bien irónica.

-          Nick, ¿estáis enamorados? ¿O simplemente, es lo que tú crees?

-          Estamos enamorados. – se levantó. – Mira, estoy empezándome a hartar de ti y de tus estúpidos comentarios. – dijo entrecerrando los ojos.

-          Eso es porque te da joda que te diga la verdad. Tu y yo estábamos igual, y mira como hemos terminado.

-          ¿Eh? ¿Perdona? Lo mío contigo nunca fue como lo que estoy teniendo con Miley.

-          ¿A no? ¿Y que era? – dijo Selena, levantándose también.

-          Una mier.da. Eso es lo que era. – Nick la esculpió con la mirada.

Los ojos de Selena se aguaron. Lo esquivó y fue hacia al baño. Nick se dejó caer de nuevo en el sofá. Se había pasado. Quizás si había cambiado, quizás todo eso no lo decía con mala intención. Y él solo la había ofendido. Nunca antes había sentido remordimientos. Pero una vez más, deducía que era des de que había conocido a Miley.

Nick se levantó y fue hacia el baño.  

-          Selena… eh… yo… lo siento… - ella abrió la puerta. Se apoyó al marco, las lagrimas parecía que le fueran a salir de un momento a otro, de esos ojos verdísimos que, a pesar de todo, seguían siendo la debilidad de Nick… se encantaba mirándolos.

-          ¿A si? – dijo ella mordisqueándose su carnoso labio inferior.

-          Si… me pasé contigo…

-          ¿No me digas? – agachó la mirada – ya que lo que tuviste conmigo fue una verdadera mier.da, eso me hace sentir de puta madre ¿sabes?

-          Lo siento…  - se pasó la mano por el pelo, compadeciéndose de ella.

Selena terminó por esbozar una sonrisa. Nick le abrió los brazos, ella aceptó el abrazo gratamente. Lo estriñó fuerte. Nick sintió como sus cuerpos de juntaban. El de ella, delgada, pequeño. Pero al contrario que el de Miley, no la encontraba tan frágil.
Sintió como los pechos de Selena se clavaban como montes en su bajo torso. Empezó a reaccionar.

-          ¿Me sigues queriendo? – preguntó Selena, sin dejar de abrazarlo. Ni él a ella. -
¿Al menos como amigos?

-          Si. – dijo Nick, sonriendo. Se olvidó de todo, volviendo un poco al pasado. A ese pasado, junto a ella. - ¿Cómo no hacerlo? Lo nuestro fue bonito mientras duró. –  
Más bien dicho, hasta que te fuiste.

-          Me preguntó qué hubiera pasado… si no me hubierais dado por muerta…

-          Yo también. – Selena alzó la vista. Nick se encontró con esos ojos, que le pedían. ¿Qué le pedían?

-          Nick, yo… - sus ojos se volvieron a aguar de nuevo. El corazón de Nick se encogió. ¿Por qué?

La puerta se abrió en ese momento. Los dos se soltaron, Nick se asomó.

-          Mi vida… - sonrió y fue a darle la bienvenida a Miley. – mirate, estás ¿más morena?

-          Si, puede ser. – dijo sonriéndole. Y lo besó. – te he echado de menos mi niño… - dijo con una voz aguda, bajita. Selena se asomó por la puerta del baño. –
Hola Selena. – dijo sonriéndole, y fue a darle dos besos.

-          ¿Todo bien? – dijo ella.

-          Si, estupendo. Nueva York es bonito. Y grande. – dejó la maleta a un lado y se quitó el abrigo- ¿Y vosotros? ¿Algo nuevo?

Nick y Selena se miraron. Los dos negaron con la cabeza.

-          ¿Te has portado bien, Nick? – dijo frunciendo el ceño. Él asintió. – Confío en ti… - lo abrazó, pasando los brazos, rodeándole la espalda. Y volvió a besar su boca.

Selena fue hacia su cuarto.

-          ¿Desharás ahora la maleta? – murmuró Nick, acariciando su pelo. - ¡Ei! ¡Te has cortado el pelo!

Miley asintió.

-          Déjame ver… - Nick la hizo girar. – Sigue siendo mi estimada melena, pero me gusta este corte escalado. – le pasó la mano, cogiéndolo en una suave coleta y dejándolo ir a la vez. – y te lo has aclarado.

-          ¿Te gusta?

-          Estás preciosa. – dijo. Y la abrazó por detrás. – yo también te he echado mucho, mucho de menos. Mucho.

Miley  sonrió y ladeó la cabeza. Observando ya el anillo que yacía en su dedo anular, de la mano izquierda.

-          Te amo… - susurró ella. Y volvió a buscar su boca. – Y no, ahora no desharé la maleta… porque, tengo que ir a la clínica. Mónica tiene que darme unos informes.

-          ¿No te tomas un tiempo para relajarte?

-          Nick, no he ido a un rali de veinticinco quilómetros andando. He ido a hacer unas pruebas, se puede decir que no estoy tan cansada.

-          ¿Pero y el viaje y todo? Tómate una ducha, anda, deberás…

-          Cuando venga, solo estaré un par de horas en la clínica. – puso la mano en frente, como cortando el tema. Como diciendo ‘no hay nada más a hablar’.

-          No paras…

-          Me gusta mi faena, y soy aplicada, eso es todo.

-          Como te adoro… - dijo esbozando una sonrisa traviesa en su cara. – mi chica trabajadora… - la volvió a besar.

-          Me voy, si no Mónica me echará bronca… como siempre.

-          Eso si… la puntualidad no es lo tuyo.

-          ¿Alguna novedad? – sonrió y le guiñó el ojo. – Hasta luego.

Una vez se hubo ido Miley, Nick fue hacia la habitación de invitados.

-          ¿Qué te pasa?  - masculló a Nick – parece que te sienta mal que Miley haya vuelto.

-          No, me sienta mal que haya vuelto justo en el momento en que tu y yo… digamos que nos estábamos reconciliando.

-          ¿Y qué más da?

-          No lo sé. – dijo ella, dejando de quitar ropa del armario. – Quizás esté celosa.
Me conoces más que nadie.

Nick tuvo un breve dolor de cabeza. Era cierto.

-          ¿Qué haces? – dijo cambiando de tema.

-          ¿Te importa? – Selena alzó una ceja, abriendo una de las enormes maletas
que había traído al principio. – Me voy.

-          ¿Por qué?

-          Nick, mi sitio no es este. Me voy para Rusia de nuevo. Con Alexander.

-          ¡¿Con Alexander?!

-          Si. – Selena lo miró extrañada.

-          Pero si hace casi un año, lo maté…

Selena se echó a reír.

-          ¿Te paraste a pensar que quizás no fuera ese Alexander Donovan? Quizás es por eso que Snade te llamaba tanto. Quien sabe...

Nick bufó.

-          Da igual, si está en Rusia, ya no es de mi incumbencia.

Nunca se sabe, querido Nick… Él detuvo a Selena.

-          ¿Qué? – dijo ella, mirándolo.

-          No te vayas.

-          No estoy bien.

-          ¿Por qué? – dijo Nick. Esa mirada penetrante… esa mirada color chocolate que ella tantas veces había adorado. Y que tanto la excitaba.

-          Por que no. – sonrió, cínicamente - ¿Es que acaso me echabas de menos? – masculló, poniendo ahora ropa interior. Nick pasó la mirada rápidamente por la excitante lencería. No, no, no… deja de mirar eso.

-          Sabes la respuesta. ¿Para qué preguntas?

Selena se detuvo. Se lo quedó mirando y dejó caer la maleta al suelo, para acercarse más a él. Casi se podían mezclar los dulces alientos.

-          Porque quiero que salga de tu boca.

Selena se echó hacia adelante y besó la boca de Nick, adentrándose en su sabor, como en tiempos pasados, en unos antiguos recuerdos, ella misma había vivido. Gimieron.
Se separó un poco de él.

-          No sabes cuánto hecho de menos tus caricias… - murmuró cerca de la oreja de Nick. – no sabes… cuanto te necesito Nicholas.

Y empezó todo. Eligiendo la lujuria, dejando a un lado el corazón. Y las palabras de ella fueron el colmo. El colmo para que Nick perdiera sus propios estribos.

1 comentario:

  1. NOOOOOOOOOOOO !!}
    QUE NICK NO LE PONGA LOS CUERNOS !
    NOOO NOO NOO !
    AY QUE ESTUPIDOS SON LOS HOMBRES EH !

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