sábado, 13 de agosto de 2011

The έναν εξαπατώντας σύζυγο: cap 24

Miley seguía mirando fijamente el teléfono cuando Liam llegó unos minutos más tarde. Él la vio nada más entrar y se detuvo al instante. -¿Qué ocurre? -le preguntó con impaciencia, dándose cuenta de que Miley sufría una especie de conmoción.Miley se llevó la mano a la mejilla. La tenía helada. -Selena acaba de llamar -le dijo-. Quiere que la llames.
 
Sin dejar de mirar a Liam, se preguntó si se desmayaría o se echaría a llorar. Liam se sonrojó y dio un suspiro. Pocas veces había visto Miley tanta emoción en sus ojos.

Liam dejó caer la cartera y suspiró con los dientes apretados.
Luego se acercó a una paralizada Miley, la apartó de su camino y se dirigió a su estudio. Entró y cerró la puerta. Miley se quedó mirándolo, haciéndose preguntas acerca de lo que acababa de ocurrir entre ellos, además del holocausto que tenía lugar en su interior.
¿Liam reaccionaba así ante la simple mención del nombre de Selena? Miley contuvo un sollozo, negándose a dejarse llevar por lo que ocurría en su interior.
¡Al saber que Selena acababa de llamar, Liam había corrido al teléfono como un poseso!
Estaba con William en el salón cuando Liam entró buscándola. Estaba pálido, y, aunque de sus rasgos había desaparecido todo rastro de emoción, podía ver huellas de la conmoción que sentía en sus ojos. Marie corrio hacia él para abrazado, como de costumbre, pero sólo recibió una caricia en el pelo. Lucas estaba viendo la televisión y William estaba cansado, así que se limitó a dirigir una mirada a su padre antes de volver a sumergirse en el cálido abrazo de su madre.

Liam miraba fijamente a Miley.
-Lo siento -dijo con voz grave- Le dije que no llamara aquí nunca.
-No importa.
-¡Claro que importa! -exclamó Liam violentamente. Los niños se dieron la vuelta para mirado. Se pasó la mano por el pelo, tratando de tranquilizarse. -Lucas ... Marie. Quedaos con William un momento mientras yo hablo con mamá.
 
Sin dar lugar a una respuesta, levantó a William, y lo dejó sobre la moqueta, entre las piernas de Lucas. Luego dirigió a sus tres sorprendidos hijos una mirada tranquilizadora.
Se dio la vuelta y agarró a Miley de la mano. Al llegar a su estudio, la soltó.
-Le dije que no debía llamar aquí -repitió- ¡Le dije que si era muy urgente, le dijera a la señora de la limpieza que me llamara en su lugar! ¡Pero que ella no llamara nunca!
-Ya te he dicho que no importa.
-¡Pero sí importa! -estalló Liam ferozmente- ¡Te ha hecho sufrir, y no quiero que eso ocurra! -Entonces, lo que tenías que haber hecho ...

Miley se interrumpió porque no quería insultado y, encogiéndose de hombros, se acercó a su mesa. -¿Cómo es que sigue trabajando para ti? -le preguntó entre dientes- Si decías que todo había terminado.
-No trabaja para mi -dijoLiam-. Trabaja para mi bufete de abogados. Hace meses que le pasé todos mis asuntos a uno de sus compañeros.

Miley no lo creía. Tenía grabada la expresión de su cara cuando le dijo que Selena acababa de llamar. Todavía recordaba cómo la había apartado para correr a llamarla.
-Entonces, ¿por qué te ha llamado?

Liam suspiró. Miley estaba segura de que trataba de controlar las emociones que le había provocado la llamada de Selena.
-Era la única que estaba en la oficina cuando llegó una información muy importante por fax -le explicó Liam-. Lo bastante importante como para que yo lo supiera inmediatamente. Y no había nadie más en el bufete.
-Oh -exclamó Miley, que no podía pensar en algo más que decir- Bueno, pues asegúrate de que no vuelva a llamar -añadió fríamente, para acabar con el asunto.
 
Pero el incómodo silencio que se hizo a continuación, le decía que aún no había concluido.
-El caso es que -dijo Liam con prudencia:- tengo que marcharme. Ha surgido un problema legal con el negocio de Liverpool y tengo que volver a la oficina para solucionarlo personalmente.
La compra de Harvey's y el negocio de Liverpool, ¿dónde estaba la diferencia?
-Claro que sí. Tú tienes que irte -dijo con tal acidez que fue como una bofetada en la cara-, y yo tengo que meter a los niños en la cama.
 
Lo empujó con la intención de abandonar el estudio. Pero Liam la detuvo.
-No -exclamó-. Voy a mi oficina, no a la de Selena.
No voy a verla. No quiero verla. Estaré en la otra punta de Londres, ¿lo entiendes?
¿Entender? Sí, por supuesto, Miley lo entendía todo.
Le estaba pidiendo que confiara en él. Pero no podía. Tal vez nunca volviera a confiar en él.
-Tengo que acostar a William-murmuró y le empujó para salir de la habitación.
 
Aquello ocurrió un viernes. Al lunes siguiente, Liam se marchó a Liverpool para atar los cabos sueltos del contrato antes de las vacaciones de Navidad. Y después de un horrible fin de semana, durante el cual los dos se comportaron con exquisita cortesía, Miley sintió alivio al verlo partir.
 
Pero hicieron el amor el domingo por la noche. Y, en medio de sus desesperados intentos por conseguir algún nivel de mutua satisfacción, Liam rompió una de las estrictas reglas que se habían instituido entre ellos y le habló. Le pidió que le perdonara. Miley le dijo que se callara, para no estropear más las cosas. Liam se mordió la lengua, pero, cuando la penetró, lo hizo con una ansiedad tal que rayaba en el tormento. Al terminar se separó de ella y hundió el rostro en la almohada. Miley sintió entonces la desesperada necesidad de consolarlo, pero no pudo, porque habría sido concederle algo demasiado importante.
El problema era que ya no sabía qué era aquello tan importante, porque había empezado a perder la noción de las causas que los separaban.
«Selena», recordó, «Selena».
Pero incluso aquel nombre empezaba a perder el poder de hacerle tanto daño como antes

Los días siguientes, Miley se sumergió en los apresurados preparativos de las fiestas de Navidad. Ignoró las frecuentes molestias de su estómago y se dispuso a limpiar y reordenar las habitaciones. La noche que volvía Liam, consideró seriamente si no sería mejor meterse en la cama y descansar.
Estaban todos en el salón, tratando de poner en pie el enorme árbol de Navidad que acababan de traer, cuando se abrió la puerta y entró Liam. Una sonrisa suavizó sus duros rasgos al ver los esfuerzos de su mujer y sus hijos para sostener el árbol.
 

-Veo que para algunas pequeñas tareas todavía hago falta -dijo en broma, atrayendo la atención de sus hijos.
Los niños abandonaron a Miley y corrieron hacia Joe. Él, fingiendo terror, cayó en la moqueta mientras Marie y Lucas se abalanzaban sobre él gritando y riendo. El tercer miembro del trío gateó como pudo hasta alcanzar los pies de su padre.


Miley observó la escena embobada, mientras las agujas del pino se le clavaban en la palma de las manos.
Fue en aquel preciso instante, al sentir una sensación de dulzura y afecto que jamás había experimentado, cuando se dio cuenta del valor que tenía su vida.
Amaba a su familia. Amaba el amor de su familia.

Un amor sencillo que extendía sus lazos de unos a otros y que los unía hasta tal punto que, cuando un eslabón se rompía amenazando con romper la cadena, los demás volvían a unirse para formarla otra vez.
El Liam de aquella escena era el viejo Liam. No el que estaba tan cansado que no tenía tiempo de echarse en el suelo para jugar con sus hijos, para disfrutar de ellos.


William estaba sentado sobre él, golpeándole el pecho con los puños.
-Me rindo, me rindo -decía Liam, mientras Lucas le sujetaba por los brazos para que Marie pudiera hacerle cosquillas sin piedad. Los dos niños sabían que Liam no podía hacer ningún movimiento para salvarse mientras tenía a William sentado sobre él- ¡Ayúdame, Milñey! ¡Necesito ayuda!


Miley soltó el árbol, asegurándose de que no caería sobre ellos antes de ir a agarrar a William con un brazo y atacar a Marie con sus propias armas, dejando que Liam se las entendiera con Jerry. Al cabo de unos segundos, el padre había doblado el brazo de su hijo mayor sobre su espalda y no dejaba de darle besos.
-¡Puaj! -protestaba Lucas, pero, en realidad, disfrutando y riéndose como un loco.


No hay muchas formas de darle a un niño de seis años los besos que necesita, pero que no se deja dar. Liam estaba empleando el mejor truco, porque se los daba jugando. Cuando dejó al niño en el suelo, estaba loco de felicidad, aunque sin dejar de hacer gestos de asco. Luego se moría de risa cuando su padre persiguió a Marie, que no paraba de chillar, pero que, en realidad, estaba deseando que Liam la abrazara y la cubriera de besos.

William observaba con una sonrisa de felicidad y Miley se abrazó a él. El cálido cuerpo de su hijo la reconfortó, aunque en realidad, lo que más deseaba era esperar a que le llegara el turno de que Liam la persiguiera también a ella, como había hecho en el pasado.

Fin
_____________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
jejejeje es broma no a terminado jejejeje solo queria preguntarles que opinade esta novela

3 comentarios:

  1. awwww me espanytas malaa
    jejejejej amm q mas te puedo deciir me encaantho muxoo sis la nove super super enceriio waooo
    jejej espero prontiitoo maz capiiz jojojo ya me voy ando apachurrada waa no ando tan haapy ooww

    ResponderEliminar
  2. Hello Jenny. Aqui estoy de nuevo. Jajaj Me super encanto el capitulo :) Espero el proximo prontito, no te tardes. Te espero en mi blog :D Cuidate, besotes ♥

    ♪Last time around ♫

    ResponderEliminar
  3. hay esta hermosisiismaaa ,
    jeny en serio me encantaaa :)
    subee pronto pleaseee, estoy ansiosa D:
    cuidateee, besitos :)

    ResponderEliminar